El caso, por primera vez en semanas o mejor dicho meses, parecía haberse calmado. Con la redada en preparación y la sensación de que tenían al asesino acorralado, Nathaniel se permitió un respiro. Mientras se preparaba para ir a la estación, su teléfono sonó. Era su exmujer. La llamada no lo tomó por sorpresa, pero lo que le pidió sí lo hizo.—Nathaniel, necesito que cuides a los niños hoy —le dijo, casi sin preámbulos. —No tengo a nadie más y tengo que resolver algunas cosas urgentes.
Nathaniel no dudó ni un segundo. La oportunidad de ver a sus hijos lo llenaba de una felicidad que no sentía hace tiempo, y antes de colgar, ya estaba sonriendo.
Sin embargo, al terminar la llamada, se dio cuenta de algo que lo hizo fruncir el ceño: había dejado el caso casi completamente en manos de Jonathan, al menos por un día. Esa sensación de culpabilidad por no estar trabajando se le asentó en el pecho. Sin embargo, sabía que un día con sus hijos no le haría mal, tanto para él como para ellos.
Decidido, envió un mensaje a Jonathan, explicándole que se tomaría un día de descanso.
—Tranquilo, Nathan, no pasa nada —respondió Jonathan con su habitual tono despreocupado.— De todas formas, estamos esperando las órdenes judiciales. Disfruta de tus hijos. Ah, y tal vez me pase a hacerte compañía. Nunca he conocido a tus chicos, solo los he visto en fotos en tu apartamento.
Nathaniel sonrió, resignado a que, aunque fuera su día libre, su compañero no lo dejaría olvidarse del caso tan fácilmente.
De regreso en su apartamento, Nathaniel decidió que era mejor aprovechar el tiempo antes de la llegada de sus hijos para poner un poco de orden. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que su departamento necesitaba una limpieza urgente. Entre el caos del caso y las largas horas de trabajo, había descuidado completamente el lugar.
Soltó un suspiro cansado y se dirigió primero al baño, sintiendo que necesitaba una ducha para despejar su mente. El agua caliente cayendo sobre su cuerpo lo relajó, permitiéndole, por unos minutos, olvidarse del caso y de todo lo que lo rondaba. Pero no pudo evitar pensar en cómo Jonathan estaba manejando las cosas. Sabía que el azabache era capaz, aunque siempre prefería supervisar todo por sí mismo.
Al salir del baño, se pasó una toalla por el cabello húmedo y se miró al espejo. El reflejo le mostraba un hombre cansado, pero había una chispa de energía renovada en sus ojos. Se vistió con ropa cómoda y decidió ponerse a trabajar en ordenar el apartamento.
Primero fue el salón. Recogió papeles esparcidos sobre la mesa de café, pilas de documentos que había dejado a medias y algunas tazas vacías. Todo esto iba a ser un problema si sus hijos lo veían. Sabía lo observadores que eran, especialmente su hija, que siempre le hacía comentarios sobre el desorden. Sonrió para sí mismo al imaginar su cara de disgusto si lo viera ahora.
Mientras guardaba los archivos, su teléfono vibró de nuevo. Era Jonathan, esta vez con un mensaje corto:
"Todo bajo control. Te actualizo luego. Disfruta el día."
Nathaniel no pudo evitar sonreír. Por un momento, imaginó a Jonathan haciéndose cargo de la redada y todo el papeleo, algo que solía fastidiarle. Volvió a concentrarse en su apartamento.
Limpiando el polvo de las repisas y arreglando algunos de los juguetes viejos de sus hijos que aún conservaba, se dio cuenta de cuánto los extrañaba. Hacía meses que no pasaban tanto tiempo juntos, y aunque siempre había intentado compensar el tiempo perdido con llamadas, no era lo mismo que tenerlos allí, corriendo por su casa, llenando el ambiente de risas.
Por último, fue a la cocina. Abrió el refrigerador y revisó si tenía algo para los niños. Sabía que a su hijo le encantaban las hamburguesas caseras, mientras que su hija tenía debilidad por los panqueques. Revisó los ingredientes y decidió que haría las dos cosas. Estaba decidido a darles un buen día, sin preocuparse por el trabajo o el caso por una vez.
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↬𝙴𝚗𝚍𝚕𝚎𝚜𝚜 𝙲𝚑𝚊𝚜𝚎↫
RandomEl Detective Nathaniel y su compañero Jonathan fueron llamados a investigar una serie de asesinatos que ocurrieron en la ciudad con el mismo tipo de modus operandi. Los dos siguen la pista de el o los asesinos, pero cuando descubren la verdad se en...