El reloj marcaba las tres de la madrugada, pero Nathaniel seguía despierto, con los ojos fijos en la pizarra llena de notas y fotografías que había montado en su oficina. El acertijo que el enmascarado había dejado zumbaba en su mente como una melodía siniestra:
"Sangre y amor, una mezcla dulce. Come del corazón, si quieres saber dónde. Si amas de verdad, sabrás dónde hallar."
A cada nueva lectura, las palabras parecían adquirir un tono más burlón. Nathaniel había pasado horas tratando de descifrar su significado, pero solo encontraba más frustración. Los posibles significados se arremolinaban en su cabeza, pero ninguna teoría lo convencía lo suficiente como para avanzar en la investigación. Estaba atrapado, enredado en las maquinaciones del asesino.
Los días pasaban, y el peso del caso comenzaba a cobrar factura en su cuerpo y mente. Sus noches se llenaban de sueños intranquilos y sus días de café y estrategias fallidas. El cansancio era evidente en su semblante: ojos hundidos, barba incipiente, y una tensión constante en sus músculos.
Finalmente, el capitán intervino. Era evidente que Nathaniel estaba al borde del colapso. El veterano policía fue llamado a la oficina del capitán, quien lo recibió con una mirada que combinaba preocupación y autoridad.
—Nathaniel, no puedes seguir así —le dijo el capitán, su tono firme pero comprensivo—. Estás descuidando tu salud, y eso no solo te afecta a ti, sino también a la investigación. Necesitas un descanso.
—Capitán, no puedo permitirme un descanso ahora. Estoy cerca, lo sé —insistió Nathaniel, pero su voz traicionó el cansancio que sentía.
—No es una solicitud, es una orden —replicó el capitán—. Vas a tomarte unos días para descansar, y Jonathan te acompañará para asegurarse de que lo hagas. No quiero verte aquí hasta que hayas recuperado fuerzas.
Nathaniel sabía que no tenía opción. Con un gruñido resignado, aceptó la imposición, aunque odiaba la idea de abandonar la investigación, aunque solo fuera temporalmente.
De mala gana,salio de la oficina de su capitan notando que al lado de la puerta ya el de cabello azabache lo estaba esperando ,seguramente ya habia sido notificado antes que el ,Nathaniel dejó la estación de policía con Jonathan a su lado. A pesar de la tensión que aún persistía entre ellos tras los recientes eventos, Jonathan se comportó con su habitual despreocupación, haciendo bromas ligeras mientras caminaban hacia el coche. Nathaniel, sin embargo, permaneció en silencio, su mente todavía anclada en el acertijo y en cómo había sido superado por el enmascarado.
Jonathan miró a Nathaniel de reojo mientras caminaban hacia el coche, intentando medir su estado de ánimo. A pesar de la tensión evidente, no pudo evitar ser él mismo y romper el silencio con su habitual ligereza.
—Oye, Nath, ¿qué te parece si antes de ir a tu cueva hacemos una parada para comer algo? —sugirió Jonathan, con una sonrisa que pretendía ser conciliadora—. No sé tú, pero a mí este tipo de situaciones me da un hambre de los mil demonios.
Nathaniel apenas reaccionó, limitándose a soltar un leve suspiro mientras subía al coche. A pesar de su desagrado por la situación, sabía que necesitaba alimentarse; había pasado horas sin siquiera probar bocado.
—Haz lo que quieras —respondió finalmente, con un tono que dejaba claro que no le importaba demasiado, pero que al menos no rechazaba la idea.
Jonathan, satisfecho con esa pequeña victoria, arrancó el coche y se dirigió al restaurante más cercano. Aunque mantenía su actitud relajada, su mirada delataba una preocupación real por su compañero. Sabía que Nathaniel no estaba bien, y eso lo inquietaba más de lo que quería admitir.
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↬𝙴𝚗𝚍𝚕𝚎𝚜𝚜 𝙲𝚑𝚊𝚜𝚎↫
عشوائيEl Detective Nathaniel y su compañero Jonathan fueron llamados a investigar una serie de asesinatos que ocurrieron en la ciudad con el mismo tipo de modus operandi. Los dos siguen la pista de el o los asesinos, pero cuando descubren la verdad se en...