25 𝘥𝘦 𝘈𝘣𝘳𝘪𝘭 𝘢 𝘭𝘢𝘴 07:33 𝘢𝘮
Nathaniel había comenzado la mañana con el pie izquierdo. Recibió la noticia que menos quería oír: le habían asignado un compañero. A lo largo de su carrera, siempre había trabajado solo, y así era como prefería las cosas. Era más eficiente, más enfocado, sin distracciones ni la necesidad de adaptarse al ritmo de otro. Este cambio repentino en su rutina no tenía ningún sentido para él.
Empujó la puerta de su oficina privada con más fuerza de la necesaria y se detuvo en seco al ver la escena frente a él. El capitán estaba allí, junto con un joven que no podía tener más de veintitantos años, sentado despreocupadamente en su silla de escritorio. El chico giraba ligeramente de un lado a otro, jugando con la silla como si estuviera en un parque y no en una oficina de detectives. Nathaniel sintió una oleada de irritación recorrerle el cuerpo. Lo que le faltaba: un maldito niño que, seguro, lo retrasaría más que ayudar.
—¿Y tú quién eres? —soltó Nathaniel con un tono que rezumaba molestia, clavando su mirada fría en el joven.
El chico detuvo la silla y se levantó con una sonrisa despreocupada.
—Jonathan, mucho gusto. —Extendió la mano hacia Nathaniel, quien apenas le dirigió una mirada antes de ignorarla por completo. Jonathan la dejó caer sin inmutarse, manteniendo la sonrisa en su rostro—. Supongo que seremos compañeros de ahora en adelante, ¿eh?
Nathaniel resopló con desdén y se giró hacia el capitán, ignorando deliberadamente a Jonathan.
—¿Qué es esto, Capitán? —preguntó con un tono de voz que apenas contenía su frustración—. He trabajado solo durante años, y ahora me asignan a... —miró de reojo a Jonathan, que seguía sonriendo, como si la tensión no le afectara en absoluto—. A un novato que apenas sabe cómo atarse los zapatos.
El capitán, un hombre curtido por los años, cruzó los brazos y respondió con calma.
—Nathaniel, Jonathan no es tan inexperto como piensas. Ha demostrado ser muy capaz en su asignación anterior, y creemos que puede aportar una nueva perspectiva a los casos. Además, con la carga de trabajo que se nos viene, necesitarás a alguien que te cubra las espaldas.
—¿Cubrirme las espaldas? —repitió Nathaniel con sarcasmo—. Lo que necesito es que no me pongan trabas en mi trabajo. Usted sabe que prefiero trabajar solo. Siempre ha sido así.
El capitán mantuvo su postura firme.
—Las cosas están cambiando, Nathaniel. No es solo por ti, es por la eficiencia del departamento. Además, Jonathan es más que capaz de mantenerse al día contigo. Solo dale una oportunidad.
Jonathan intervino en ese momento, su tono amistoso y carente de malicia.
—Mira, Nath, no tienes que preocuparte. No estoy aquí para hacerte la vida imposible. De hecho, podrías decir que soy bastante bueno en hacer que las cosas sean más fáciles, y hasta divertidas —dijo con un guiño, provocando un nuevo fruncimiento de ceño en Nathaniel.
—No me llames Nath —respondió Nathaniel secamente, antes de dirigirse de nuevo al capitán—. Y aún no me ha dado una razón que me convenza de este cambio.
El capitán suspiró, dándose cuenta de que Nathaniel no cedería tan fácilmente.
—Sé que esto es difícil para ti, Nathaniel, pero necesitamos que esto funcione. Tómalo como una orden directa. Jonathan es tu compañero, y te guste o no, van a trabajar juntos. La decisión está tomada.
Nathaniel apretó la mandíbula, pero no dijo nada más. Simplemente asintió con la cabeza, aceptando a regañadientes la situación.
Jonathan, por su parte, dio un par de palmadas en la espalda de Nathaniel, que las recibió con visible incomodidad.
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↬𝙴𝚗𝚍𝚕𝚎𝚜𝚜 𝙲𝚑𝚊𝚜𝚎↫
DiversosEl Detective Nathaniel y su compañero Jonathan fueron llamados a investigar una serie de asesinatos que ocurrieron en la ciudad con el mismo tipo de modus operandi. Los dos siguen la pista de el o los asesinos, pero cuando descubren la verdad se en...