Takuma Ino

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El día perfecto (imperfecto)

Takuma Ino había pasado las últimas semanas planeando todo con meticulosidad. No era un hombre de grandes gestos, pero para ti, su pareja, quería hacer algo especial. Habían estado juntos el tiempo suficiente para que él conociera tus gustos, tus recuerdos favoritos, y todos esos pequeños detalles que le hacían sonreír al pensar en ti. Hoy sería un día para revivir los mejores momentos de su relación, un día perfecto.

Lo primero que hizo fue invitarte a desayunar en ese café que habían visitado en su primera cita. Era pequeño, acogedor, y siempre había algo especial en el aroma del café recién hecho que llenaba el aire. Sin embargo, cuando llegaste, el lugar estaba abarrotado, mucho más de lo que habían anticipado.

—Vaya, parece que no somos los únicos que aman este lugar —dijo, rascándose la cabeza con una pequeña sonrisa nerviosa.

Te reíste suavemente. —Es un buen lugar, no me sorprende.

—No te preocupes, tengo un plan B —respondió rápidamente, sacando su teléfono para buscar un sitio alternativo.

Encontraron una pequeña cafetería cercana, menos familiar, pero igualmente encantadora. Mientras comían, Ino comenzó a hablar de esa primera cita, cómo había estado tan nervioso y casi se derrama el café sobre sí mismo.

—Estaba seguro de que arruinaría todo —confesó, riendo—. Pero luego te reíste y pensé: 'Quizás no soy tan terrible después de todo'.

—No lo eres —le aseguraste, sonriendo de manera cómplice.

La mañana pasó rápidamente mientras compartían anécdotas y recuerdos. El siguiente paso en su plan era llevarte a un parque, el mismo donde habían tenido una conversación profunda que cimentó su relación. El cielo estaba despejado, el aire fresco, y por un momento parecía que todo estaba yendo perfecto, hasta que el clima decidió jugarles una mala pasada. Sin previo aviso, el cielo comenzó a oscurecerse, y unas gotas empezaron a caer.

—¿De verdad? —murmuró Ino, mirando al cielo como si pudiera razonar con las nubes—. Esto no estaba en los planes...

Te echaste a reír mientras sacabas una pequeña sombrilla que habías llevado por si acaso. —Supongo que deberías haber revisado el pronóstico, ¿no?

—¡No te preocupes, esto no arruinará nada! —respondió rápidamente—. Solo cambiaremos un par de cosas. ¡Vamos a una galería cercana en su lugar!

Aunque originalmente había planeado un paseo largo por el parque, la galería de arte resultó ser una idea maravillosa. Mientras caminaban entre las exhibiciones, Ino tomó tu mano y comenzó a hablar de lo que más le gustaba de esos días juntos: lo fácil que era estar contigo, cómo todo siempre parecía fluir, incluso cuando los planes cambiaban. Era uno de esos momentos tranquilos, donde el simple hecho de estar juntos lo hacía todo perfecto.

Después, te llevó a un restaurante que había reservado especialmente para esa noche, con una vista hermosa de la ciudad. Mientras cenaban, recordó uno de los momentos más dulces que compartieron: una tarde lluviosa en la que habían pasado horas hablando bajo la protección de un pequeño quiosco, refugiándose del aguacero.

—A veces pienso que fue en ese momento cuando me di cuenta de lo importante que eres para mí —confesó Ino, su tono más serio de lo habitual—. No necesitábamos hacer nada grandioso; simplemente estar juntos era suficiente.

Te quedaste mirándolo, conmovida por sus palabras. Cada pequeño detalle del día, incluso con los malentendidos y cambios de planes, había sido significativo porque venía de él, de alguien que siempre se esforzaba por hacerte sentir especial.

Sin embargo, justo cuando creías que la noche estaba llegando a su final, Ino sonrió, algo nervioso.

—Todavía falta una cosa más... —dijo mientras sacaba una pequeña caja de su bolsillo.

Tu corazón dio un vuelco. Aunque no había hablado mucho de compromisos o grandes pasos, algo en su expresión te decía que este era uno de esos momentos que lo cambiarían todo.

—Sé que las cosas hoy no salieron exactamente como planeé —comenzó, abriendo la caja para revelar un simple pero hermoso anillo de plata—. Pero creo que eso es lo que siempre me ha gustado de nosotros. No importa cómo vayan las cosas, siempre encontramos la manera de hacerlas especiales, siempre lo haces mejor solo con estar ahí.

Sus ojos brillaban con una mezcla de nerviosismo y emoción. —Así que... aunque no todo salió como esperaba, lo único que quiero saber es si tú... si tú también quieres seguir haciendo esto conmigo. Si quieres seguir compartiendo todos esos momentos... para siempre.

Las palabras flotaron en el aire, llenas de significado. Por un segundo, todo se detuvo, como si el mundo estuviera conteniendo el aliento, esperando tu respuesta.

Lo miraste, una sonrisa creciendo en tus labios mientras sentías una calidez incontrolable en tu pecho. Asentiste con suavidad.

—Claro que sí, Takuma.

La sonrisa de alivio y felicidad que iluminó su rostro fue todo lo que necesitabas para saber que, a pesar de los imprevistos, el día había sido perfecto, de una manera que ni siquiera él podría haber planeado.

One Shots, JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora