Itadori Yuji

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Un Baile Inolvidable

La boda de tu hermana estaba a solo unos días y, aunque el evento estaba planeado hasta el último detalle, una duda había rondado tu mente desde el principio: ¿quién sería tu acompañante? No fue sino hasta la tarde antes del gran día cuando, con un pequeño impulso de emoción y algo de nervios, llamaste a Yuji para invitarlo.

Él atendió casi al instante, con esa voz cálida que te hacía sonreír de inmediato.

"¡Hola, preciosa! ¿Todo bien?"

"Hola, Yuji. Te llamaba porque... bueno, quería preguntarte algo," le dijiste, jugando nerviosamente con un mechón de tu cabello. "Mañana es la boda de mi hermana, y pensé... ¿te gustaría acompañarme? Ser mi pareja en la boda."

Del otro lado del teléfono, pudiste sentir el cambio de tono. Aunque no lo veías, sabías que Yuji sonreía.

"¿Es en serio? ¡Claro que sí! ¡Voy a ser el mejor acompañante que hayas visto!" exclamó, emocionado. Podías escuchar la alegría genuina en su voz.

Y así, el día de la boda llegó, y mientras todos en tu casa se apresuraban para los últimos preparativos, tú te arreglabas con cuidado, eligiendo cada detalle de tu vestuario. Cuando te miraste en el espejo por última vez, acomodando los pliegues del vestido y dándote unos toques finales, un nudo de nervios se formó en tu estómago. Pero tan pronto como escuchaste la voz de Yuji desde el vestíbulo, esos nervios se disiparon, reemplazados por la emoción de verlo.

Bajaste las escaleras y, al girar la esquina, ahí estaba él, de pie, esperándote. Vestido de manera impecable, Yuji parecía especialmente arreglado para la ocasión, pero fue su reacción lo que realmente te detuvo el aliento. Al verte, sus ojos se abrieron y una expresión de asombro genuino llenó su rostro.

"Wow...," murmuró, acercándose. "Estás increíble... eres hermosa."

Sentiste un leve rubor en tus mejillas y bajaste la mirada, encantada. Él extendió su mano hacia ti, y cuando la tomaste, una chispa de emoción llenó el ambiente.

"Gracias por invitarme," dijo en voz baja, mirándote con ternura. "No puedo esperar a pasar este día contigo."


La música llenaba el aire mientras observabas la magnífica iglesia con su alta cúpula y ventanas de cristal que reflejaban los últimos rayos de sol. Tu hermana estaba radiante, y mientras se deslizaba por el pasillo tomada del brazo de su nuevo esposo, tu corazón latía con emoción y un toque de nostalgia. Sin embargo, justo a tu lado, Yuji estaba ahí, sonriéndote con esa calidez que siempre lograba poner todo en perspectiva.

Después de la ceremonia, todos se dirigieron a un salón de recepción espectacular. Las luces caían en cascadas, y el elegante ambiente de la sala añadía un toque mágico. Te giraste hacia Yuji, y él te miró con una sonrisa traviesa.

"¿Sabes? Esto me hace pensar en esos bailes de cuentos de hadas," comentó, mirándote de reojo. "Y siempre pensé que serías una princesa excelente."

Un rubor inmediato te cubrió las mejillas. Sin embargo, antes de que pudieras responder, Yuji tomó tu mano y te guió hacia la pista de baile, donde muchas parejas ya comenzaban a moverse al ritmo de una melodía suave.

"Aún no soy un bailarín profesional," te advirtió con una risa mientras se colocaba frente a ti. "Pero por ti, estoy dispuesto a hacer el ridículo."

La risa se te escapó involuntariamente. Yuji siempre lograba arrancarte una sonrisa en los momentos menos esperados. Con una ligera inclinación de cabeza, él te tomó por la cintura y comenzó a moverse... o a intentarlo, al menos. Sus movimientos eran exageradamente cautelosos, como si midiera cada paso para asegurarse de no pisarte.

"¿Es en serio?" le susurraste, conteniendo una risa mientras él intentaba llevar el ritmo sin mucho éxito.

Yuji asintió con una sonrisa concentrada. "Oye, esto es serio, ¡mi reputación como novio en esta boda depende de este momento!" Diciendo esto, intentó girarte de una manera elegante, aunque el giro terminó siendo un poco torpe y ambos casi pierden el equilibrio.

"¡Eres un caso!" te burlaste, sin poder evitar reír.

"¿Así que quieres bailar en serio, eh? Está bien, ¡voy a darlo todo!" Yuji ensanchó su sonrisa y se dispuso a tomar la iniciativa con una energía renovada. Con movimientos un tanto descoordinados, comenzó a balancearse de un lado a otro, tratando de imitar el estilo de los bailarines a su alrededor. En algún punto intentó un paso de salsa, o algo que podría haber sido parecido, mientras tú te aferrabas a él para no caer en un ataque de risa.

Los demás en la pista comenzaron a notar sus intentos, y algunas parejas se unieron a sus risas. Pero eso a Yuji no le importaba. De hecho, parecía encantado de que te divirtieras tanto. Su mirada se mantenía fija en ti, como si fueras lo único que realmente importaba en esa fiesta.

"¿Sabes algo?" te susurró en un momento de tranquilidad, acercándote un poco más a él. "Bailo mal, sí... pero todo vale si te veo así de feliz."

El ambiente cambió por un segundo, y su mirada se suavizó. Lo viste realmente sincero, con ese brillo especial en los ojos que solo tenía cuando estaba contigo. Antes de que pudieras responder, Yuji te rodeó con sus brazos y, de manera inesperada y sin reservas, se inclinó hacia ti para besarte. Sus labios se encontraron con los tuyos en un beso suave y profundo, lleno de todo el cariño que sentía. El salón, la música, las demás parejas a su alrededor, todo desapareció. En ese instante, solo existían ustedes dos, compartiendo un momento que sabías recordarías siempre.

"Ok, ok, ahora viene mi mejor paso," anunció de repente, rompiendo el momento serio. Sin previo aviso, te levantó con cuidado y dio un pequeño giro. Con una risa llena de emoción, lo abrazaste con fuerza mientras él, triunfante, completaba el movimiento.

Cuando por fin ambos se detuvieron y bajaron de la pista, tomados de la mano y con una mezcla de risas y suspiros, Yuji te miró con esa expresión que demostraba cuánto significabas para él.

"Gracias por invitarme," dijo, dándote un pequeño apretón en la mano. "Cada momento contigo es inolvidable... pero este, esta noche, es especial."

Le devolviste la sonrisa, sintiendo la calidez de sus palabras en lo profundo de tu corazón. Era cierto, Yuji no era un bailarín experto, pero en su entusiasmo, sus risas y su cariño, te había hecho sentir la persona más importante en el mundo. Y ese recuerdo, sabías, lo atesorarías siempre.

One Shots, JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora