Capítulo 9

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Nicole

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Nicole

Desperté con el calor de Stiven envolviéndome, su brazo descansaba sobre mi cintura, su respiración suave choca contra mi cuello en cada exhalación.

Entonces volví a cuestionarme de nuevo, ¿Como es que llegamos a esto?, se suponía que simplemente hablaríamos y terminamos metidos debajo de las sábanas.

Recordé la noche anterior, la emoción que sentimos al reencontrarnos, la confesión de mi amor eterno por él. Y luego... luego nos perdimos en el momento, en la pasión, en el amor.

Me sentí ruborizada, avergonzada. No había planeado esto. No había planeado pasar la noche con él, no después de todo lo que habíamos pasado. No después de lo que le había hecho.

Pero al mismo tiempo, me sentía feliz. Feliz de estar en sus brazos de nuevo, feliz de sentir su calor, su amor.

Miré a Stiven, dormido a mi lado. Su rostro estaba relajado, sereno. Me sentí enamorada de nuevo, de su sonrisa, de sus ojos, de su corazón.

Pero no podía hacernos esto, no otra vez. No podía darle falsas esperanzas de regresar cuando no es una opción para mi.

Con mucho cuidado de no despertarlo aparte sus manos de mi cintura y con lentitud logre salir de la cama. Busque a mi alrededor mi ropa, tratando de hacer el menor ruido posible, una vez reuní todas mis prendas me vestí rápidamente.

Salí de la habitación en busca de mi bolsa y mi chaqueta, la cual Stiven me quito la noche anterior cerca del bar. Una vez tuve todas mis pertenencias, camine hasta la puerta de la habitación.

- ¿A donde vas?. - Un escalofrío recorrio todo mi cuerpo al escuchar su ronca voz detrás de mi, suavemente solté el pomo de la puerta que no alcancé a girar y me volví a mirarlo.

Su cabello azul estaba levemente desordenado, en su cintura se encontraba envuelta la sabana con la que tapamos nuestros cuerpos luego de tener sexo, sus ojos se veían notablemente hinchados debido a que recién acababa de despertar, sin embargo, se veía bastante serio y malditamente irresistible.

- Tengo que irme. - Respondí, tratando de sonar lo más natural posible. - No quería despertarte.

- Stiven me miró con cierta decepción. En su rostro, la tristeza palpable de la herida que acababa de abrirle. - ¿Sin decirme nada?. - Frunció su ceño. - Nicole, acabamos de pasar la noche mas magica y maravillosa juntos. - Reclamó levantando un poco su voz. - ¿Y pensabas irte sin decirme nada?, de nuevo.

Mi corazón se estrujo al escuchar como su voz se quebró en sus últimas palabras. Claramente esto no había sido buena idea, había abierto una herida que posiblemente él tenia cerrada y el hecho de haber estado con él, lo hacía mucho peor.

- Stiven, por favor...- Mis palabras salieron casi en tono de suplica. Solo quería irme de ahí y no terminar de joder las cosas.

Él camino hasta llegar frente a mi, sus manos temblorosas tomaron las mías, sorbió su nariz y finalmente me miró, estaba llorando.

- No te vayas. - Pidió. - No te vayas sin hablar de esto, de lo que hicimos. - Su mirada llena de dolor se mantenía fija en la mía. Transportandome a aquel día en que termine con él. - No puedes simplemente desaparecer luego de decirme que me amas.

Su voz se quebró de nuevo, apartó su mirada de la mía y vi las lágrimas salir de sus ojos. Nuevamente lo había herido y me sentí terrible por eso.

- Stiven, lo siento. - Dije en un hilo de voz.

- No lo sientas. - Nuevamente me miró, con ambas manos tomo mis mejillas y me obligó a mirarlo. - Aún puedo hacerte feliz.

- No... No lo entiendes. - Suavemente aparte sus manos de mi rostro. - No podemos estar juntos.

- Su rostro se desfiguro por completo al escucharme. - ¿Por que?, por favor, no te vayas. - Suplicó. - No me dejes de nuevo.

Me sentí desgarrada por su dolor, pero tengo que ser fuerte. Él no merece vivir lo que estoy pasando. Suavemente tome sus manos y con mi pulgar acaricié el dorso de esta.

- Estas mejor sin mi, créeme. - Susurré, sintiendo como mi voz se quebraba al igual que la de él.

- No. - Stiven se acercó un poco más a mi, con su rostro completamente rojo a causa de su llanto. - Dime que debo hacer - Pidió con desesperación. - ¿Que hago para que te quedes conmigo?.

- Me sentí completamente agobiada por su dolor. - No hay nada que hacer. - Mi voz tembló en cuanto salió de mis labios.

- ¿Como puedes ser tan egoísta, Nicole?. - Preguntó levantando su voz y apartandose lo suficiente de mi. - ¡Mierda!. - Gritó, con una de sus manos tumbo todas las copas que se encontraban sobre la barra, lo que me hizo brincar sobre mi sitió. - ¡Ayer dijiste que me amas!. - Me observó, ahora completamente enojado y dolido. - No puedes fingir qué nada paso y largarte como si fuera un pedazo de mierda. Lo que sucedió ayer, ambos lo quisimos, no me arrepiento en lo absoluto de haber hecho el amor contigo, ¡Por que te amo, te amo maldita sea y yo no dudo de eso como lo haces tu!.

Mi voz se cortó por completo, nunca durante todos nuestros años de relación lo había visto así, si habían ocasiones en las que se enfadaba,pero no hasta este punto.

- C-calmate por favor. - Pedí.

- No, no me pidas que me calme. - Volvió a levantar su voz. - ¿Esto era lo que querías?, ¿Hacerme mierda de nuevo?, por que lo lograste.

- ¿Que?, no, por supuesto que no.

- ¿Por qué me dijiste que me amas?. - Preguntó, completamente alterado. - Y esta vez, por favor dime la verdad Nicole.

Me mantuve en silenció, mientras organizaba nuevamente mis ideas en mi mente. Me dolía verlo así, tan... enojado y destruido.

- ¿Sabes qué?. - Su voz se torno dura y llena de amargura. - Creo que a fin de cuentas nunca te he importado lo suficiente, ¿No?, siempre buscas una excusa para irte. - Dijo con despreció.

Claramente me sentí golpeada por sus palabras. Nunca creí que pensará eso de mi, obvio me importaba, me importa y me seguiría importando siempre.

Ciertamente podría parecer que buscaba excusas para apartarme de su lado, pero tengo mis razones para hacerlo y una de esas no es que no lo ame, precisamente por que lo amo, es que no quiero que este a mi lado.

- Stiven, por favor... - Traté de hablar, pero me interrumpió.

- No eres tan importante. - Escupió con odio. - Si quieres irte, ¡Bien!, pues vete. No voy a morir simplemente porque decidiste dejarme de nuevo. - Su mirada ahora se mantenía inexpresiva, simplemente me miraba de una forma fría. - Como dije anteriormente, haz lo que te de la gana, al fin y al cabo tengo miles de mujeres detrás.

Me sentí herida, pero algo dentro de mí se rompió. No pude contener las lágrimas que comenzaron a caer por mis mejillas.

- Tú... Tú no tienes una puta idea de por lo que estoy pasando. - Sollocé. - No entiendes...

- ¿Que es lo que no entiendo?. - Levantó una de sus cejas y cruzo sus manos frente a su pecho. - ¿Que eres una cobarde que siempre huye de tus problemas?.

Me sentí como si me hubieran golpeado en el estómago. Pero algo en sus palabras me hizo reaccionar.

- ¡Estoy enferma!. - Alce mi voz enojada.

Su expresión cambió de inmediato, me miró con asombró, quizás tratando de procesar lo que acababa de decir o sintiéndose completamente culpable por como acababa de tratarme.

- ¿Que?. - Preguntó finalmente en un hilo de voz.

- Mis lágrimas cayeron por mis mejillas, tome aliento y fuerzas y finalmente se lo confesé. - Tengo cáncer, Stiven.

MÍRAME | Blessd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora