Capítulo 8

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Stiven

Con facilidad regrese su ropa interior al puesto inicial antes de reincorporarme a mirarla. Sus mejillas estaban teñidas por un rojo sutil, sus labios se veían notoriamente hinchados a causa de mis besos y sus ojos completamente llenos de lujuria y placer.

No logró procesar como es que llegamos a esta situación, Nicole besándome y terminar aquí a punto de comérmela sobre el bar de mi habitación, pero no quiero indagar mucho en el tema, solo deseo disfrutar de este momento.

Pase mi mano por su cintura y con seguridad levante su cuerpo atrayendolo al mío, Nicole enredo sus piernas en mi cintura apretandose a mi. La calidez de su piel me abraza y su aroma me embriaga por completo.

Camino a pasos seguros con ella enredada en mi cuerpo hasta llegar a la puerta que separa la habitación del pequeño bar, una vez dentro, camino con ella hasta el filo de la cama para dejarla en ella.

Recorro su cuerpo con mi mirada, sintiendo como todo mi deseo y ganas de hundirme en ella se represan en mi falo erecto.

Nicole mantiene su mirada en mi también, mientras comienzo a quitar mi pantalón y mis bóxers, liberando mi erección para ella. Una sonrisa traviesa se instala en sus labios, se reincorpora, arrodilladose sobre la cama.

Sus ojos conectan con los míos, mi cuerpo se estremece por completo al sentir sus manos abarcar nuevamente mi pene. Ella sube y baja de una forma lenta y tentadora, masturbándome. Pero no solo sus caricias son lo que hace que logré enloquecerme bajos sus caricias, Nicole envuelve mi miembro con sus labios, permitiéndome sentir la suavidad de la parte interna de su boca con mi glande.

- Voy a follar tu boca. - Anunció. Muevo mis caderas una y otra vez dentro de su boca, buscando liberarme.

Hago de su cabello una cola dentro de mi puño y con algo de ayuda, profundizó sus mamadas haciéndola tener arcadas, sus ojos se encharcan y algunas lágrimas divagan por sus mejillas, cosa que me hace sentir mucho más excitado.

- Solo un poco más...- Pido. - Aguanta un poco más.

Sus manos se plantan sobre mis muslos, sus uñas se entierran en ellos haciéndome sentir un dolor bastante placentero, el cual me ayudo a alcanzar tan anhelado orgasmo.

La liberación fue exquisita, venirme en su boca fue algo que puedo decir, me acerco al cielo y me trajo de regreso a la tierra. Su mirada durante todo el tiempo estuvo fija en mi, fue como si tuviese una chupeta.

Pero a pesar de que había logrado liberarme, mi erección regreso sin problema en cuanto pensé en lo cálido que seria hundirme en ella. Su coño completamente húmedo y preparado para recibirme me abrazaría con tal calor que me haría venirme dentro de ella como un jovencito en su primera vez.

Entonces la ayude a recostarse de nuevo, me cerni sobre ella, junte nuestros labios de nuevo y busque con desesperación nuevamente apartar su ropa interior, acaricié su hendidura, mis dedos se deslizaron con rapidez por todo su coño debido a lo húmeda que estaba. Los sonidos de satisfacción que se ahogaban en mis labios, solo incrementaban cada vez más mis ganas de penetrarla y hacerla gemir mi nombre hasta quedarse sin voz.

Introduje dos de mis dedos en su interior y los moví con rapidez, Nicole arqueo su espalda hacia mi, presionando sus senos a mi pecho. Rompí nuestro beso y me reincorpore para poder admirar su coño y su rostro con sus ojos cerrados y gimiendo mi nombre mientras suplicaba por más.

Con mi mano libre apreté sus senos, pellizque sus pezones ocasionando qué estos quedarán completamente rígidos ante mi estimulación. Me acerque a ellos y los chupe, succione y mordí a mi antojó.

- Stiven...por Dios. - Hablo en un suspiro. Mientras que con sus manos me apretaba más a ella. - No te detengas.

- Me aparte para mirarla, estaba a punto de llegar a su orgamos. Sonreí. - No lo haré. - Ella abrió sus ojos y me miró. - Córrete para mi, princesa.

Aquellas palabras fueron como una bomba recién detonada, Nicole se estremeció por completo bajo mis brazos y meneando sus caderas por unos cuantos segundos más logro alcanzar su tan anhelado orgasmo.

Mientras ella terminaba de recuperarse, preparé mi miembro aún erecto para introducirme en ella. Con agilidad coloque el condón desde la punta y lo arrastre hasta la base. Finalmente volví a mirarla.

Nicole se incorporó un poco para tomarme por el cuello y atraerme a ella para besarme, ambos caímos sobre la cama. Paso sus piernas sobre mis muslos y se acercó un poco su sexo al mío, haciéndolos rozarse.

- Hazme tuya, Stiven. - Pidió.

Aquellas palabras nublaron por completo mi buen juicio, alinee mi ereccion con su centro y como un cazador viendo a su presa, me hundí en ella. Su coño seguía siendo igual de apretado a como lo recordaba, sus paredes se envolvieron en mi pené de una forma exquisita, apretándolo de una manera increíble.

- Maldita sea...Te extrañe. - Dije, dando algunas estocadas en su interior.

Moví freneticamente mis caderas, buscando liberarme por completo de todo ese placer que me tenía preso. Ella al igual lo buscaba, pude sentir como su mano se abrió espacio en medio de nuestros cuerpos y comenzó a acariciar su clitoris mientras mis embestidas se volvían cada vez más fuerte.

- Stiven...- Gemio, entregándose por completo a la pasión del momento. Mis ojos se posaron sobre ella,mientras movía mis caderas cada vez mas rápido y constante.

- Voy a venirme. - Anuncié. Nicole sonrió.

- Yo igual. - Dijo con dificultad.

Entonces como era de costumbre, mi mano reemplazo los movimientos sobre su sexo. Lo que ocasionó que sus ojos comenzarán a virarse y gimiera deseosa por libersrse.

- Más rápido. - Sus ojos se cerraron y con sus piernas atrapó mi cintura manteniendome ahí.

- Mírame. - Pedí.

Así lo hizo, mi miró directamente a loz ojos mientras buscaba mi liberación en su interior, haciéndome sentir por completo en el cielo.

- Stiven....

- ¿Si?. - Pregunté con dificultad, sintiendo como mi semen comenzaba a salir.

- Te amo.

Luego de Aquellas palabras un gemido inundó la habitación, sus manos apretaron la sabana de forma fuerte mientras que yo continuaba penetrandola.

- Yo también te amo. - Dije finalmente en cuánto me liberé por completo. Para luego dejarme caer sobre ella y sentir sus brazos abrazarme calidamente.

Jamás cruzo por mi mente que esto podría pasar si nos llegábamos a encontrar de nuevo. En mi mente habían estado aquellas palabras de cuando terminamos, lo cual me alejaba por completo de una situación así.

Pero su confesión de hoy, ocasionó estragos en mi.

No quiero perderla de nuevo y voy a hacer hasta lo imposible por recuperarla.



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