La luz de la mañana se filtraba a través de las ventanas del castillo, iluminando la habitación donde Seokjin se encontraba. Sin embargo, a pesar de la belleza del día, Seokjin no podía evitar sentirse incómodo. Había tenido varios episodios de náuseas y mareos en los últimos días, lo que lo preocupaba.—¿Jin? —llamó Yoongi, entrando a la habitación con una bandeja de desayuno—. He traído algo de comer. Necesitas reponerte.
Seokjin forzó una sonrisa, pero el malestar seguía presente en su estómago.
—Gracias, Yoongi. Solo no tengo hambre —respondió, tratando de sonar más optimista de lo que se sentía.
Yoongi frunció el ceño, preocupado al notar la palidez de Seokjin.
—Eso no es bueno. Quizás deberíamos llamar al médico —sugirió, dejando la bandeja a un lado y acercándose a él—. Quiero asegurarme de que estés bien.
Seokjin tomó la mano de Yoongi y la apretó suavemente.
—Realmente estoy bien. Solo creo que he estado un poco estresado —dijo, aunque sabía que no era del todo cierto.
En ese momento, un sirviente entró apresuradamente en la habitación, llevando consigo un aire de urgencia.
—Mi rey, el Oráculo ha llegado —anunció el sirviente, haciendo una reverencia antes de salir.
Seokjin intercambió una mirada preocupada con Yoongi. El Oráculo siempre traía noticias, y a menudo, no eran fáciles de escuchar.
—¿Deberíamos…? —comenzó Seokjin, pero Yoongi lo interrumpió.
—Sí, debemos escuchar lo que tenga que decir. Tal vez sea algo sobre tu salud.
El Oráculo entró en la habitación con una presencia imponente, su mirada era penetrante y sabia.
—Reyes de los lobos —comenzó con una voz profunda—. He venido a traeros un mensaje importante.
Seokjin sintió un escalofrío recorrer su espalda.
—¿Qué sucede? —preguntó, manteniendo la mano de Yoongi entre las suyas.
—He sentido una gran perturbación en las energías que rodean este lugar. Rey Seokjin, tú estás a punto de recibir una gran bendición. El futuro de la corona está en camino —reveló el Oráculo, su mirada fija en Seokjin.
El corazón de Seokjin se detuvo por un momento. ¿Un heredero? La alegría y el temor se entrelazaron en su pecho.
—¿Heredero? —repitió, su voz temblando.
Yoongi, al escuchar la noticia, sintió que su corazón se llenaba de felicidad. No pudo contener una sonrisa amplia que iluminó su rostro.
—¿De verdad, Jin? ¿Vamos a tener un hijo? —preguntó, su voz llena de asombro y amor.
Seokjin asintió, sintiendo una mezcla de alegría y miedo.
—Pero, Oráculo, también… —comenzó, recordando su malestar—. He estado sintiéndome extraño. ¿Es eso normal?
El Oráculo asintió con solemnidad.
—Es normal que experimentes malestares durante este tiempo. El vínculo que compartes con el próximo heredero puede ser intenso. Pero hay otra advertencia —continuó, su tono cambiando a uno más grave—. Debéis ser más cuidadosos. Los enemigos de Yoongi pueden actuar en este momento vulnerable. La seguridad de la corona y del futuro heredero debe ser la prioridad.
La expresión de felicidad de Yoongi se tornó seria al escuchar las palabras del Oráculo.
—Entendido. Redoblaremos la seguridad en el castillo y haremos que todos estén alerta —dijo, su voz firme y decidida.
Seokjin sintió que el peso de la noticia se volvía aún más pesado. No solo sería padre, sino que ahora también tendría que preocuparse por la seguridad de su hijo.
—¿Qué debemos hacer, Oráculo? —preguntó Seokjin, buscando guía en la sabiduría del Oráculo.
—Debéis fortalecer los lazos con los aliados y aumentar la seguridad en cada rincón del castillo. También recomiendo que establezcáis un lugar seguro para el futuro heredero —respondió el Oráculo—. La protección es crucial en este momento.
Mientras el Oráculo hablaba, Seokjin no podía evitar que su mente divagara. Había leído sobre los embarazos de hombres en varios libros antiguos y, aunque había creído en su existencia, nunca pensó que le ocurriría a él. La idea de estar esperando un hijo lo llenaba de felicidad, pero también de ansiedad.
No estoy en el mundo de los humanos. Esto es real, pensó, sintiendo la mezcla de la emoción y la preocupación retumbar en su pecho. ¿Estoy realmente preparado para esto?
—Estamos en esto juntos, Jin. Lo que venga, lo enfrentaremos —dijo Yoongi, apretando su mano—. No dejaré que nada te haga daño a ti ni al bebé.
Seokjin sintió una oleada de gratitud y amor por su compañero.
—Gracias, Yoongi. No podría hacerlo sin ti —respondió, sintiendo que la esperanza comenzaba a brillar en su interior a pesar de los desafíos que se avecinaban.
El Oráculo asintió, reconociendo la fuerza de su unión.
—Recuerda, la unión de un rey y su consorte es más poderosa de lo que podéis imaginar. Proteger el futuro de la corona es su deber, y lo haréis con amor y determinación.
Con esas palabras, el Oráculo se despidió, dejándolos a solas con sus pensamientos y emociones.
—Juntos enfrentaremos lo que venga, incluso lo inesperado —dijo Yoongi, acercándose para besar a Seokjin con dulzura, sellando su promesa de amor y protección.
Mientras la luna brillaba en el cielo, Seokjin supo que, aunque el camino sería difícil, no había nada que temer mientras estuvieran juntos.
ESTÁS LEYENDO
El reino de los lobos; yoonjin
Fantastik¿Y si te digo que tu destino es ser pareja de un hombre lobo? historia corta 🌺 yoonjin