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˚₊‧꒰ა Pretendiendo en Wembley  ໒꒱ ‧₊˚


















📍Londres | marzo 19









‧₊˚♪ 𝄞 Gabriela ࿐₊˚




Sumida en un sueño profundo, como siempre, disfrutaba de esa comodidad que ni siquiera una decena de alarmas lograba romper. Cada día era lo mismo: el sonido constante de las alarmas resonando sin lograr que abriera los ojos. Normalmente Luisa, con paciencia y algo de fastidio, me movía hasta que finalmente lograba despertarme.

Pero esta mañana fue diferente.

Aún adormilada, sentí una mano cálida que me movía con cuidado. No era mi prima. Al abrir los ojos lentamente, el rostro de Bellingham apareció ante mí. Su expresión era de pánico, aunque intentaba disimularlo.

—Finalmente... —murmuró, claramente aliviado—. Pensé que estabas muerta o algo.

Entrecerré los ojos, parpadeando con confusión, todavía atrapada entre el sueño y la realidad.

—¿Es necesario que parezcas un cadáver cada vez que duermes?—su sarcasmo no tardó en seguir.

Lo ignoré, acomodándome lentamente en la cama mientras mis músculos se quejaban por lo de la noche anterior. Fue entonces cuando noté que él no llevaba camiseta, solo un jogger azul con el escudo inglés, que colgaba bajo en sus caderas. Sin querer, mis ojos lo recorrieron, recordando lo que había sucedido, y me di cuenta de que solo llevaba puesta su camisa y unas bragas.

Una risa suave casi se me escapó al darme cuenta, pero la contuve, tragándome el nerviosismo. Me senté lentamente, mientras observaba al britanico, quien ya estaba alejándose hacia la mesa del otro lado de la habitación.

—He pedido el desayuno —dijo él, con un tono que trataba de sonar casual, como si la noche pasada no hubiera significado nada.

Arqueé una ceja y me levanté de la cama, caminando descalza hacia la mesa. Al ver lo que había sobre ella, no pude evitar que una risa se me escapará esta vez.

—¿Desayuno británico? ¿En serio? —dije con burla evidente, observando los huevos, las salchichas, y esos frijoles que siempre me habían parecido una elección cuestionable para una primera comida del día. —Muy original, Bellingham.

Wild Love | Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora