El día después de la propuesta de Jaehyun, todo parecía diferente. La idea de vivir juntos no solo emocionaba a Doyoung, sino que también le traía una mezcla de nervios y anticipación. No era solo una cuestión de compartir un espacio; era un compromiso real, un paso significativo en su relación que, hasta hace poco, parecía estar en un terreno incierto.
Doyoung caminaba por su apartamento, observando cada rincón como si lo estuviera viendo por primera vez. ¿Cómo sería compartir este espacio con Jaehyun? ¿Qué cambios implicaría? Lo cierto es que, aunque la idea le emocionaba, también le generaba cierta ansiedad. Siempre había sido una persona que valoraba su independencia, y la convivencia era un cambio importante.
Jaehyun, por otro lado, estaba lleno de entusiasmo. Aunque sabía que la vida en pareja traería sus propios desafíos, estaba convencido de que dar ese paso fortalecería su relación. Esa tarde, después de salir del trabajo, fue a visitar a Doyoung con una bolsa de compras llena de cosas para cenar juntos.
—Hoy cocino yo —dijo Jaehyun con una sonrisa traviesa mientras entraba al apartamento de Doyoung.
Doyoung lo observó con curiosidad.
—¿Estás seguro? La última vez que cocinaste casi quemas la cocina...
Jaehyun rió, dejando las bolsas sobre la mesa.
—¡Eso fue un accidente! Hoy tengo todo bajo control, confía en mí.
Doyoung se sentó en la barra de la cocina, observando cómo Jaehyun comenzaba a desempacar los ingredientes. La atmósfera era ligera, cómoda, como si ambos hubieran encontrado un nuevo equilibrio después de la conversación de la noche anterior.
—He estado pensando en cómo sería vivir juntos —dijo Doyoung de repente, rompiendo el silencio.
Jaehyun se detuvo un momento y lo miró con interés.
—¿Y qué has pensado?
Doyoung se encogió de hombros, sonriendo.
—No lo sé... Será interesante, eso seguro. Somos bastante diferentes en algunas cosas.
Jaehyun asintió mientras comenzaba a picar algunos vegetales.
—Sí, pero también creo que eso es lo que lo hará divertido. Además, hemos pasado suficiente tiempo juntos como para saber cómo manejarnos.
Doyoung lo observó en silencio por un momento. Tenía razón. Si bien había diferencias entre ellos, también habían aprendido a complementarse. Jaehyun traía una energía que lo equilibraba, y viceversa.
—Creo que lo que más me preocupa —continuó Doyoung, esta vez con un tono más serio— es cómo manejaremos los momentos difíciles. Porque los habrá. No siempre va a ser tan fácil como lo es ahora.
Jaehyun dejó el cuchillo y se acercó a él, colocando suavemente sus manos sobre las de Doyoung.
—Lo sé, y no voy a pretender que todo será perfecto. Pero confío en que, si seguimos siendo honestos el uno con el otro y enfrentamos las cosas juntos, podremos superarlo. Al final del día, eso es lo que importa, ¿no?
Doyoung lo miró a los ojos, sintiendo una calidez familiar en su pecho. Sabía que Jaehyun tenía razón, y esa certeza lo ayudaba a calmar sus propias inseguridades.
—Tienes razón —dijo finalmente—. Vamos a hacerlo funcionar.
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