Tormentas Inesperadas

22 5 0
                                    

Las primeras semanas viviendo juntos fueron una mezcla de emociones. Doyoung y Jaehyun encontraron una nueva rutina, compartiendo pequeños momentos cotidianos que antes parecían lejanos. Preparar el desayuno juntos, discutir sobre quién dejaría los platos en la cocina y acurrucarse en el sofá al final del día. La convivencia les brindaba una sensación de estabilidad que, hasta ese momento, no habían conocido.

Sin embargo, no todo era perfecto. Jaehyun, aunque intentaba ocultarlo, había empezado a sentir la presión de mantener el equilibrio en su vida profesional y personal. Su trabajo lo absorbía más de lo que había anticipado, y aunque amaba estar con Doyoung, el estrés comenzaba a filtrarse en su relación.

Una tarde, mientras Jaehyun estaba en una reunión virtual, Doyoung regresó a casa con una sorpresa: había comprado entradas para un concierto al que ambos querían ir desde hacía meses.

—Jaehyun, tengo algo para ti —dijo Doyoung, entrando emocionado en la sala.

Jaehyun, con la mirada fija en su computadora, levantó una mano rápidamente.

—Un segundo, Doyoung. Estoy en medio de algo.

Doyoung se detuvo en seco, notando el tono de frustración en la voz de Jaehyun. No era la primera vez en las últimas semanas que había una tensión latente. Decidió esperar, pero la emoción que había sentido al llegar a casa comenzó a desvanecerse lentamente.

Diez minutos después, Jaehyun cerró la computadora y se levantó, frotándose los ojos con cansancio.

—Perdón por eso, ha sido un día largo.

Doyoung sonrió débilmente, sacando las entradas de su bolsillo.

—No te preocupes. Mira, conseguí entradas para el concierto que queríamos ver. Pensé que podríamos ir juntos y distraernos un poco.

Jaehyun miró las entradas, pero su expresión no cambió. En lugar de la emoción que Doyoung esperaba, Jaehyun solo suspiró.

—Eso suena genial, pero no sé si voy a poder. El trabajo está bastante complicado y tengo que entregar varios proyectos esta semana.

Doyoung sintió una punzada en el pecho, pero trató de mantener la calma.

—Jaehyun, llevamos semanas sin pasar tiempo de calidad juntos. Pensé que esto podría ser una oportunidad para desconectar y disfrutar.

—Lo sé, Doyoung —respondió Jaehyun, tratando de sonar comprensivo—, pero ahora mismo no es el mejor momento.

El silencio que siguió fue tenso. Doyoung dejó las entradas sobre la mesa y se dirigió a la cocina sin decir nada más. Jaehyun, consciente de que algo no estaba bien, lo siguió.

—Doyoung, no quiero que te sientas mal. Solo estoy tratando de manejar todo lo mejor que puedo.

Doyoung se giró para enfrentarlo, sus ojos llenos de frustración.

—Eso lo entiendo, Jaehyun, pero siento que ya no somos una prioridad para ti. Me pediste que viviéramos juntos, que diéramos este paso, pero desde que lo hicimos, apenas hemos tenido tiempo para nosotros.

Jaehyun frunció el ceño, sintiendo cómo la tensión en su pecho aumentaba.

—No es que no seas una prioridad, solo que estoy tratando de equilibrar todo. No es fácil, Doyoung.

—¿Y crees que para mí lo es? —respondió Doyoung, alzando un poco la voz—. También tengo mis cosas, mis responsabilidades, pero estoy haciendo el esfuerzo de estar aquí, de construir esto contigo. Siento que soy el único que está luchando por mantener esto a flote.

Roses (Jaedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora