『Completa』
En el mundo de la musica, donde los sueños y las pasiones se entrelazan SunHi conoce a YoonGi. Ella a sus 19 años desea aplicar para la Universidad de Artes y Musica de Seúl y toma clases de piano con YoonGi, un hombre que a sus 31 años a...
Era martes y toda la rutina básica de mi semana se volvía a repetir como si lanzara un boomerang volviera a mi para bofetearme el rostro. La satisfacción por la rutina era lo mio, me creo sentir cómodo cuando mi mundo interno es predecible sin embargo nada de la que estuviera fuera de mi alcance lo era, menos SunHi.
Cuando llegué a abrir la sala ese martes por la tarde la vi sentada en las banquetas del ante jardín de aquel edificio clásico de intervenciones modernizadas, leía un libro y como soy un aficionado con nuevo material busqué memorizar con una pequeña mirada parte del titulo y como lucia la portada. Ella supo que estaba ahí alzando un poco la mirada y guardó el libro en su bolso para seguirme por el pasillo.
—¿Cómo está su amiga Srta. Lee?— dije mientras abría el salón con mis llaves de repuesto.
—Creí que ya era SunHi para usted, Sunbae— respondió entrando primero ya que le había dado la señal de que lo hiciera.
—Cuando estamos aquí hay que ser cordiales, es el contexto para que acostumbre porque este mundo de la musica es así— miré sus zapatos con su pequeño tacón y guardé mi sonrisa, estos sonaban clásicamente contra el piso.
—Comprendo, Sunbae— dejó su bolso en las perchas y tomó dos partituras del mueble principal dirigiéndose al piano de cola blanco al final de la sala.
Miré la hora en el reloj de la pared mientras dos a tres alumnos se sumaron a la clase, eran menos que en un día común lo cual me sorprendía para mal y estos chicos que habían asistido hoy eran los mas débiles en habilidades inclusive en lo más básico.
Me acerqué a SunHi sacándola de su momento de practica, muy concentrada muy seria tocando y mirando la partitura.
—Srta. Lee ¿Sería tan amable de ayudarme en algo?—me apoyé en el piano para mirarla y ella se detuvo alzando sus ojos hacia mi bajo esas pestañas de muñeca.
—Estoy para lo que guste— respondió haciendo que mi inconsciente tomara de forma muy literal aquello.
—Necesito ayuda con los dos chicos que ves allá— apunté a dos chicos de al menos unos quince dieciséis años que estaban con sus audifonos puestos practicando con sus teclados básicos —, Les puedes ayudar con cosas básicas, yo me tomaré el tiempo de ayudar al otro chico en este piano— acaricié la superficie.
—Creí que este sería mi lugar— miró las teclas y las acarició —, No se si el enseñar se me de pero si puedo ser de ayuda lo haré— se levantó del asiento alisando su falda y camino campante hasta esos jovenes llamándoles la atención.
Llamé al pequeño SeokJung de unos diez años quien tenía un oído muy bueno en lo musical y este, el piano, era su tercer instrumento musical que aprendía a su corta edad despues del violín y el clarinete, debía sacarle potencial y no distraerme con adolescentes que al parecer venían obligados a esta clase.