『Completa』
En el mundo de la musica, donde los sueños y las pasiones se entrelazan SunHi conoce a YoonGi. Ella a sus 19 años desea aplicar para la Universidad de Artes y Musica de Seúl y toma clases de piano con YoonGi, un hombre que a sus 31 años a...
Min Hye coqueteó con un tipo en la barra del club al que fuimos mientras yo me mantenía sentada en la unica mesa que habíamos conseguido a la hora que llegamos. Parecía muy segura de lo que hacía, en cambio yo me estaba arrepintiendo de estar en un lugar como este en un pantalón tan ajustado como el que me había prestado desde su armario.
Intenté desastrosamente acomodarme el top para que me cubriera el ombligo pero solo dejaba ver más el escote, el ambiente era caluroso para colocarme la chaqueta de cuero que complementaba el outfit.
—¡Tenemos alcohol gratis!— Min Hye llegó a la mesa muy feliz y yo le sonreí evitando a gritos decirle que me sentía incomoda ante los ojos de la gente que nos rodeaba.
—¡Genial!
—Cuéntame de una vez quien es este chico que te trae mal— jugueteó con sus dedos en la mesa.
—Es mi profesor de piano.
—¿Viejito?— rió ella a modo de burla.
—¡No! Tiene al menos unos treinta, es guapo y tiene una voz sexy— sentía el calor en mis mejillas al hablar de él.
—¿Muy bien y? ¿Que pretendes con él?
—Juraría que existe la posibilidad de vivir algo como JiHu y Min Suk en Oficina para dos— miré al mesero acercarse con los tragos y los dejó en la mesa.
—Cortesía del señor Kwon y amigos— apuntó la mesa y esos hombres de unos cuarenta años nos miraron sonrientes sacudiendo sus manos.
—No me gusta esto— Mis ojos buscaron evitar a esos hombres y a los tragos también —, No creo que deberías beber esto MinHye, puede tener droga o algo extraño.
—¡SunHi no seas aguafiestas, es alcohol gratis!—bebió un poco de la pajilla saboreando el cóctel que parecía ser de fresa —¡Está delicioso!
Miré mi trago, luego a los hombres de la mesa quienes parecían estar atentos a que bebiera y aquello lo hacía más sospechoso por lo que llevé la pajilla a mi boca e imité el beber tratando de pasarla bien. Mi vista recorrió el lugar entre el monólogo de MinHye sobre Paris y me encontré engatusada por la imagen de ese hombre en la barra que por alguna razón miró hacia nosotras y yo, llena de vergüenza y sobriedad fingí estar concentrada en MinHye.
—Creo que está aquí— dije entre dientes mirándola fijamente.
—¿Quién?
—Mi Sunbae— busqué mirar nuevamente pero ya había desaparecido de la barra.
—Es un sábado por la noche SunHi, todo el mundo está aquí, calma las pasiones—rió haciéndome ver como una paranoica —, Si no vas a beber dámelo— tomó mi cóctel y siguió bebiendo.
