Capítulo 4

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Después de dejar al jefe,  revisó algunos informes en su portátil y salió de la oficina. En el ascensor aprovechó para programar las alarmas y revisó que llevaba todo. Su primer destino era la oficina de Francis en la empresa que desarrolla el software Eyes of God. Cuando llegó el lugar parecía abandonado, todo estaba en su sitio, todo estaba ordenado pero había muy pocas personas por no decir ninguna. Subió por las escaleras hasta el piso de la oficina y cuando llegó no había nadie. No había rastro de Francis. Rebuscó en su escritorio en busca de algún documento relacionado, pero no encontró nada. Intentó entrar en su ordenador pero por supuesto estaba  bien protegido. Mientras terminaba de revisar todo apareció Louisa, tímida como siempre y con un fino hilo de voz llamó a Atsushi.

-¡Louisa-san! Está bien, que alivio, me alegro de verla.
-S-sí. ¿Vienes por lo de Francis-sama?
-Sí, ¿sabes algo?
-Será mejor que nos sentemos a tomar un té.

Atsushi siguió a la pequeña mujer hasta una salita con una mesita y dos sofás. Le invitó a sentarse y comenzó a preparar el té.

-¿Te gusta dulce?
-Ah yo, si, supongo, nunca he tomado té.
-Oh bien, entonces espero que esta mezcla te guste.

Lousa llevó las dos tazas de té a la mesita y posteriormente puso un plato de galletas en medio.

-Adelante por favor.
-Oh no, es demasiado amable.
-Insisto, son de una pastelería cercana, las hacen muy buenas.

Ante la insistencia de Louisa, Atsushi cedió y efectivamente las galletas estaban muy ricas, después de cinco minutos hablando de té y galletas Atsushi se centró.

-¿Louisa-san, dónde está Francis?

Lousa quedó en silencio y puso su taza sobre el plato.

-Sé dónde está. Pero ir con él ahora es muy peligroso.
-¿Qué le ha pasado?
-Yo… no sabría decirte. 
-De repente es como si fuese el viejo Francis, el que no ha superado la muerte de su querida hija.
-¿Recuerdas algo antes de su cambio de actitud?
-Hmm
-Cualquier cosa vale, quiero ayudar.
-Hmm, hubo una noche en la que apareció borracho, o bueno parecía borracho. El nunca ha bebido más de la cuenta, sabe controlarse. Pero cuando apareció esa noche estaba murmurando el nombre de su esposa e hija, entonces pensé que había tenido una repentina recaída. Es comprensible una actitud así en un hombre que está lejos de su mujer y que su hija ha fallecido. Así que lo di por algo puntual pero normal y cuidé de él. Al día siguiente era como si nada hubiera pasado. Sin embargo…

Louisa comenzó a dudar.

-¿Qué ocurrió al día siguiente?
-A la mañana siguiente temprano entró en mi cuarto y me pidió un plan para hacerse con “Taka” el dron del gobierno.
-¿Le preguntaste para qué lo querría?
-Sí por supuesto y me dijo que era para mejorar Eyes of God.
-Pero te mintió.
-Sí, preparé varios planes y cuando se los presenté me di cuenta de que era mentira. Intenté detenerle pero se fué y se llevó todos mis planes. Una semana más tarde…
-Se había hecho con Taka y está siendo un problema.
-Sí… Atsushi-kun por favor ayudale, el no es un mal hombre solo algo ambicioso y ahora mismo no es el mismo.

Hubo un pequeño silencio, Atsushi miraba a la castaña mientras estaba miraba su taza triste.

-¿Louisa-san le puedo preguntar algo personal?

La mujer levantó la mirada.

-¿U-usted está enamorada de él?

Louisa enrojeció y se puso nerviosa, empezó a mirar a todos lados pero al darse cuenta de que estaban  solos y no tenía donde esconderse volvió a agachar la cabeza finalmente asintió.

–Pero él es un hombre casado.
-Lo sé- se calmó.
-¿Y aún así?
-Atsushi-kun sabes sobre la pareja predestinada.
-Sí
-El es mi destino.
-P-pero…
-Yo le conocí mucho después de que se hubiera casado con Zelda. Ya era demasiado tarde, pero no quería romper su matrimonio, él era muy feliz con ellas.
-P-pero tengo entendido que cuando dos destinados se encuentran lo saben.
-Así es, fue un flechazo para ambos, y un duro golpe para él. Pero al final decidimos que así era mejor, yo aprendí a inhibir mis feromonas y el controla las suyas cuando estoy alrededor.
-¿Por qué no estar juntos, no lo término de comprender?
-Porque él ya era feliz, para estar con él tendría que romper su felicidad y eso me dolía demasiado. Lo más importante para mí es que mi persona amada esté bien y sea feliz.
-¿Y porque se quedó a su lado, es posible que su presen…
-Yo iba a desaparecer, pensé lo mismo que tu. Pero él insistió y ya sabes como es, su carisma y confianza me convencieron.

Destinos FortuitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora