Capítulo 6

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Atsushi abría lentamente los ojos, ese techo se le hacía familiar, estaba en casa. Sentía su cuerpo pesado, pero también tenía mucho calor. Apartó el futón mientras se estiraba. Comenzó a escuchar los ruidos de la casa, Kyoka estaba fregando y la lluvia golpeaba la ventana. 

-¿Cuánto llevo dormido?

Kyoka se tensó por un momento, extrañando al chico, pero rápidamente se recompuso se secó las manos con un trapo y se dió la vuelta.

-Una semana.
-¡Una semana!
-Si, cuando te trajo Dazai estabas bastante mal, Yosano te tuvo que dar un tratamiento especial.
-Menos mal que estaba desmayado. Y Francis, ¿cómo está?
-El magnate está bien, su secretaria le está cuidando.
-¿C-cómo te sientes?
-Hmm diría que bien.
-Ah casi se me olvida, Yosano me dijo que te diera esta medicina si llegabas a despertarte.

Kyoka le acercó una bandeja con un vaso y un platito con tres pastillas de diferentes colores. 

-¿Para qué es?
-P-para el celo.
-¿Para el celo? Pero… si no me toca todavía. Además no me siento cansado ni nada.
-Yo… me ha insistido en que te las tomes.
-Oye Kyoka desde que me he despertado estás tensa. ¿Ocurre algo?
-¿Qué… no…nada, porque lo dices?
-Kyoka dime la verdad.
-Te dice la verdad, no sabes lo preocupada que estaba durante estos días, ahora no sabe cómo reaccionar.
-¡Dazai-san!

Kyoka se alejó mientras suspiraba aliviada.

-¿Cómo te encuentras Atsushi, estás bien?
-S-sí.
-¿Qué fue de la misión?
-Fue todo un éxito, el presidente te quiere elogiar en cuanto te sientas mejor. Aunque nos tenemos que hacer cargo de un edificio destrozado.
-L-lo siento.
-Oh no te preocupes por eso llegaremos a un acuerdo con el gran empresario.

Dazai se sentó al lado de Atsushi con una sonrisa en los labios y se hizo el silencio. Fue extraño Atsushi no sabía qué decir y Dazai no hacía nada por iniciar una conversación, tampoco intentaba burlarse de él. Kyoka había vuelto a la cocina, miraba el mensaje que le había enviado a Dazai pidiéndo ayuda. Cerró el móvil y miró por la ventana, las densas nubes hacían parecer que era de noche y la lluvia golpeaba con fuerza, la chica se sentía algo triste y ansiosa. Querría que todo eso terminara lo más pronto posible pero ya llevaban más de una semana así, en una alerta constante. Varios agentes vigilaban el apartamento y Dazai estaba siempre disponible por lo que pasara. 

-Dazai-san no me mientan, noto que algo ocurre. ¿Por qué me tengo que tomar eso? No debería estar en mi calor ahora mismo.
-No lo notas.
-¿El qué?
-Atsushi se que es muy raro pero sí que estás en celo y uno muy fuerte. Para estar cerca de aquí he tenido que tomar un cóctel de feromonas porque las tuyas me absorberían.
-¿Qué? pero yo no noto nada. No siento que esté esparciendo feromonas. 
-Y eso es lo que más me sorprende.
-... ¿Qué demonios le pasa a mi cuerpo?
-...
-¿Dazai-san?
-...
-¿Porque parece que sabe algo?
-No sé nada te lo prometo.
-No suenas muy convincente. 
-...
-Dazai-san…
-Atsushi no te lo puedo decir.
Dazai había adoptado su actitud seria. 
-¿Qué no me puedes decir? Esto es sobre mi cuerpo, estoy en mi derecho de saberlo.
-Lo siento pero es una orden de arriba.
-Pues en ese caso, hablaré con quien haga falta.
Atsushi comenzó a levantarse cuando Dazai le obligó a sentarse de nuevo.
-¡Dazai-san! suélteme.
-No puedes salir de aquí.
-¿Qué?
-Es peligroso.
-¿Peligroso en qué sentido?
-...
-Kyoka-san, ¿qué está pasando?

La mencionada se quedó petrificada y se hizo el silencio mientras Atsushi miraba a las dos únicas personas que había en ese cuarto a parte de él. Después de un rato Dazai se levantó.

-Bien, me alegro que estés bien. Tómate esas pastillas y aquí tienes las dosis de OmegaX de lo que queda de día.

Dazai dejó la cajita al lado de la bandeja y se marchó.

Al día siguiente Atsushi se ocupaba de las tareas domésticas junto a Kyoka. Dazai había pasado a dejarles comida y medicinas, al salir Atsushi escucha como cierra la puerta con llave desde fuera, pero finge que no se da cuenta. Kyoka por su parte seguía rara, se quedaba absorta en sus pensamientos y por supuesto no respondía a ninguna de sus preguntas, en su lugar ponía cara de compungida. Atsushi se rindió en preguntar y se limitó a observar, cada medía hora miraba su móvil durante unos segundos y lo volvía a guardar, pero por la tarde sonó una notificación, cuando miró el mensaje empalideció.

-¿Qué ocurre Kyoka-chan?

La recién mentada le observó con terror en los ojos.

-N-nada.

Estaba claro que algo pasaba, pero insistir para que se lo contara sería contraproducente, así que siguió con sus labores. Kyoka recibía información del exterior a través del móvil así que si se lo quitara sabría que estaba pasando.


-¡Akutagawa cálmate!

Dazai quién cargaba al inconsciente Atsushi en su hombro corría mientras intentaba esquivar los ataques de su ex-subordinado. Francis y Louisa corrían junto a él, edificio abajo, mientras este desmoronaba poco a poco.

-¿Qué piensa hacer Dazai, no creo que eso se calme con algo de charla?
-Si quiere nos podemos quedar con Atsushi-kun.
-En ese caso os perseguiría a vosotros.
-Digamos que confiamos en tus habilidades.
-Esa es demasiada confianza en un suicida como yo. !Bien¡

Dazai le lanza el chico a Francis y frena en seco dándoles la espalda.

-Seguid, llevadlo a la agencia.
-¡Dádmelo! Es mío.

Sin dejar de mirar al pelinegro saca el móvil y manda un mensaje.

-Porque no te calmas un poco

El mencionado solo grita mientras se precipita hacía su mentor, con habilidad Dazai lo esquiva.

-Por aquí gatito.
-No tengo nada que hacer contigo, lo quiero a él. 
-Si quieres que te lo de, tendrás que venir conmigo.

Akutagawa volvió a gritar como una bestia y fue tras el castaño. Jugaron al gato y al ratón por todo el edificio hasta que Dazai de repente corrió hacía una ventana y la atravesó. Sin pensárselo dos veces Akutagawa fue detrás suyo, pero cuando atravesó la ventana se dió cuenta de su error.  Lo primero que vió fue Gin y a Tachihara sosteniendo una red, en cuanto se enredó en ella apareció Hirotsu con una gruesa cadena y logró agarrarlo. Dazai apareció ante él en brazos de Chuuya, estaban flotando con su habilidad.

-Akutagawa no te voy a dar a mi mejor pupilo incluso aunque ese sea vuestro destino.
Akutagawa rugió y comenzó a sacudirse, pero Gin le inyectó un dial en el cuello y dejó de moverse.
-Oi oi qué hubieras hecho si se escapaba.
-Confiaba en que lo volverías a capturar… cariñin.
Chuya se puso rojo al completo
-Haaaa, no digas eso frente a mis hombres.
-¿Qué haremos con él Chuya-san?
-Le encerraremos en los cuarteles, es un peligro para toda la ciudad.
-P-pero…
-No te preocupes podrás visitarlo cuando quieras.
-Vigilen lo muy bien, hasta que no cese su rut, no puede salir.
-No me des órdenes, ya no eres parte de la mafia
-Tan gruñón como siempre Chu-Chu.


Kyoka se había puesto a hacer la comida, Atsushi acechaba el bolsillo en el que guardaba el celular. Podía ver como la correa del mismo se asomaba. Se ponía nervioso al pensar en maneras de quitárselo sin que se diera cuenta. En el silencio de esa casa sólo se escuchaba el cuchillo sobre la tabla de cortar, hasta que una bestia impactó contra ellos. Lo único que pudo ver Kyoka era una negra túnica con los ojos inyectados en sangre llevarse a Atsushi por la ventana y después el silencio, en sus oídos resonaba un pitido mientras procesaba lo que acababa de pasar. Un minuto más tarde cogió su móvil. 

-¡Suéltame! ¿Quién eres? !Suéltame¡

El chico forcejeaba pero el agarre era bastante fuerte y no era capaz de moverse. Unos minutos más tarde nota como bajan al suelo y ve como entran a una especie de apartamento. Es violentamente lanzado a la cama y enseguida se pone en guardia. Cuando al fin le puede poner cara a su agresor, ve que es una persona bien conocida. Akutagawa le observaba, estaba agitado y respiraba con pesar, pero no transmitía ninguna amenaza. “¿A dónde fue la hostilidad de hace unos momentos?”,se preguntaba Atsushi.

-Tenemos que hablar.
-Eh… ¿qué?
-Vas a ser la madre de mis hijos.

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Capítulo corto el de hoy pero es que pasan cositas y esperad al siguiente porque pasan aún más cositas XD.
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