Vendrá por ti

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Capítulo 8

Mónica llamó a Luz por teléfono y le dijo que Morgan se quedaría a hacer doble turno y que se quedaría a dormir en su casa. Luz dijo que no había problema y le agradeció que le avisara, también le agradeció por darle trabajo a Morgan.

Entonces como era temprano y ya había limpiado el piso y el polvo que juntaba los muebles. No había nada para hacer hasta las cinco de la tarde que empezaba a caer gente. Morgan salió y se sentó en un banco de madera vieja, justo al frente de la Cabaña Esaú. No había un alma en la calle. Todos estaban dentro de sus casas tomando la siesta.

Entonces escuchó pasos aproximándose. Miró a la derecha y a la izquierda del camino, pero no había nadie. Entonces se puso de pie y asustadiza empezó a buscar con la mirada de donde provenía el sonido. Así que como no vio a nadie ni nada, se propuso a entrar a la cabaña, se dio la vuelta y subió los tres escalones rápidamente, intentó abrir la puerta, pero sintió una presencia, detrás suyo. Así que su corazón empezó a latir rápidamente, por el susto y aunque no quiso volteó lentamente la cabeza para ver quién estaba detrás de ella.

Era Liam que la miraba, neutro.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Morgan con la voz baja.

Ella dejó de ver sus oscuros ojos para mirar el suelo en un punto fijo.

—Quiero hablar contigo —respondió.

Ella negó con la cabeza.

—Por ahora no quiero verte, te hablaré luego.

Ella lo miró a los ojos. Él parecía estar preocupado, e impaciente. Necesitaba hablar con Morgan de algo importante, pero a ella le desagradaba su existencia y no lo quería cerca.

—Lárgate —le ordenó ella.

Intentó abrir nuevamente la puerta para entrar de una vez a la cabaña. Pero él no se lo permitió, la tomó fuerte del brazo y la obligó a bajar los escalones a arrastrando los pies. Ella intentó zafarse, pero él la sostuvo fuerte.

—¡Déjame! ¡Suéltame, Liam! —le pidió ella.

Él la llevó atrás de la cabaña y la puso contra una pared de madera.

—Joder, Morgan, ya cállate y escúchame —ordenó Liam.

—No quiero y no puedes obligarme —le dijo ella entre dientes.

Liam la tomó por el rostro y le corrió la cara para poder ver su perfil golpeado, la piel seguía rozada y un pómulo tenía tonalidades violetas.

—Vas a contestarme cada pregunta que te haga.

—¿Por qué? No quiero, déjame ignorar lo que pasó. No quiero recordarlo.

—Llamar a la policía no es una opción, pero hay que resolver esto de una maldita vez.

—¿Cómo?

—Primero respóndeme —ella suspiró—. ¿Te besó?

—Eso ya no importa.

—Dímelo, Morgan.

—Lo intentó.

—¿Qué otra cosa intentó? —Ella no contestó, bajó el rostro para no ver a Liam al rostro, sus ojos se empañaron y ella parpadeó para que no salieran sus lágrimas—, Morgan....

—Lo intentó, pero no pudo quitarme la ropa. ¿Para qué quieres saber?

—Eso no puedo decírtelo. Necesito unas fotos de tu rostro.

Ella lo empujó e intentó correr, pero él la sujetó de la muñeca.

—¡¿Por qué haces esto?!

—¡Solo quiero protegerte!

—¡Lo hubieras pensado antes de llevarme al bosque!

—¡Tú quisiste ir!

—¡No sabía que no alejaríamos tanto!

Ella se volteó y empezó a golpearlo y a moverse de un lado a otro para que él la soltara.

—Déjame, Liam —chilló con los dientes apretados.

—Scott vendrá por ti.

Morgan dejó de forcejear, y miró a Liam, aterrada.

—¿Qué? —preguntó con la voz baja, casi un pensamiento.

—Nunca deja algo sin terminar. Debes esconderte. Puedo llevarte a un lugar seguro, solo necesito una foto de tu cara, si no nadie nos creerá lo que pasó.

—¿Quién puede ayudarnos? ¿Te irás de Margarita?

Liam negó.

—Sé de alguien que puede ayudarnos, solo debo pedirle ayuda y mandarle las fotos como prueba, así que colabora maldita sea.

Morgan aceptó. Entonces Liam le sacó fotos de su rostro. También le dijo que contará lo sucedido mientras la grababa. Morgan sentía un nudo en la garganta al hablare hizo un esfuerzo sobrehumano para no llorar, pero igualmente su voz salía quebrada. Igualmente, la entrevista duró poco más de un minuto.

Liam dijo que debía buscar un lugar seguro donde quedarse por el momento, le dijo que su casa no lo era porque Luz no podría defenderla, además Morgan pasaba las noches sola, así que era una presa fácil. Entonces Liam la dejó sola en La cabaña Esaú, y ella se desesperó porque no sabía dónde iba a quedarse.

EL CALLADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora