Capítulo 11.
Morgan se fue a dormir al sillón de la sala, entonces cayó en un sueño profundo.
La habitación estaba oscura, el único sonido era el del motor del refrigerador y el de la respiración de Morgan. Toda la habitación olía a detergente de limón, pero era agradable para ella, mucho mejor que el olor anterior.Entonces, las puertas que daban al balcón se abrieron con el viento, que rugía furioso, trayendo consigo hojas y frío, pero ella no despertaba.
Ella se movió poniéndose de costado sobre el sillón y buscó con qué taparse, pero no encontró nada.
Alguien entró por el balcón, con pasos largos pero lentos. Se acercó a ella, mirándola con intriga. Él quedó frente a ella y se puso de cuclillas para mirarla dormir; ella tenía los ojos cerrados y respiraba despacio por la nariz. Un mechón de su oscuro cabello caía por su cara. Él, con delicadeza, se lo apartó para poder ver su rostro.
Él era oscuro y frío como la noche. Su rostro estaba oscuro y no podía distinguirse. La única luz que había era la de la luna que entraba por el balcón. Morgan sintió una presencia que le provocó escalofríos.
Abrió los ojos, pero antes de que pudiese decir algo, el chico la sostuvo del cuello, quitándole las palabras. Ella abrió de par en par los ojos, aterrada.
Entonces vio ojos verdosos y oscuros clavados en los de ella.
—¿Qué haces? —susurró ella, con la voz tan baja que pudo haber sido un pensamiento.
—Responde —contestó él, con voz firme y autoritaria.
Ella no entendió a qué debía responder. Quiso gritar para llamar a Noah y que la ayudara, pero no podía.
—¿Qué? —murmuró, con un hilo de voz, llena de confusión.
—¡Respóndeme! —exigió él, alzando la voz, con impaciencia.
—¡Tú respóndeme a mí! ¿Quién eres y qué haces aquí? —replicó ella, tratando de sonar valiente, aunque su voz temblaba.
—Te lo pregunté porque no comprendía cómo nadie quiso probarte, pero sí entiendo por qué no te quisiste entregar a nadie, porque eres inalcanzable. Solo debes responderme —dijo él, con una mezcla de admiración y frustración en su voz.
—¿A qué? —preguntó ella, cada vez más confundida y asustada.
—¿Puedo probarte? ¿Puedo tocarte donde nadie lo hizo? ¿Puedo ver lo que nadie vio? ¿Soy digno de tu locura y pasión? —preguntó él, con una voz cargada de deseo y desesperación.
—Ni sé quién eres —respondió ella, con voz temblorosa, tratando de mantener la calma.
—Claro que lo sabes —aseguró él, con una sonrisa oscura, convencido de sus palabras.
Morgan gritó al sentir cómo se inclinaba hacia ella, colocándose encima suyo para clavarle los colmillos en el cuello.
Entonces despertó con el corazón acelerado. Miró hacia todos lados, pero su mirada se detuvo en un punto fijo. Entre las sombras, sentado en el suelo, con la espalda apoyada en las puertas del balcón, estaba Noah, mirándola con neutralidad. Ella se sentó rápido y vio que estaba cubierta por una frazada.
—¿Qué haces allí? —preguntó ella, intentando recuperar el aire con una mano en el pecho, jadeó, con voz entrecortada.
—¿Por qué gritas? —preguntó él, bajando la mirada, con voz monótona.
—Porque amo gritar por las noches —respondió ella con sarcasmo. Él no pareció entenderlo y la miró, extrañado—. Tuve una pesadilla —añadió, con un suspiro.
—¿De qué iba? —preguntó él, con voz indiferente.
—Alguien venía por mí —respondió ella, con un tono de miedo aún presente en su voz.
Él no le dio importancia.
—Morgan —dijo él, con voz seria.
—¿Qué? —respondió ella, con un tono de irritación.
—Dime dónde puedo encontrar a Scott —pidió él, con voz firme.
Ella se volvió a acostar, tapándose hasta el cuello.
—No tengo la más pálida idea de dónde puedes encontrarlo —respondió ella, con voz cansada.
Ella cerró los ojos con intención de volver a dormirse, pero él volvió a hablar.
—Pregúntale a Liam —dijo él, con voz baja.
Ella abrió los ojos y lo miró, intrigada.
—¿Para qué quieres saberlo? —preguntó ella, con curiosidad.
Noah desvió la mirada hacia un costado.
—Solo quiero dejarle en claro una cosa —respondió él, con voz sombría.
—¿Qué cosa? —preguntó ella, con un tono de preocupación.
—Que nadie te puede tocar.
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EL CALLADO
Mystery / ThrillerMorgan llevaba una vida monótona y aburrida, donde lo único que la alegraba eran los caramelos de limón que le regalaba su amigo Liam. Todo cambió cuando Liam la chantajeó para que invitara a su compañero de clases, Noah, a acampar en el oscuro bosq...