Capítulo 15.
Nasha sujetó el arma de fuego que tenía en la funda en su cintura, le quitó el seguro y se acercó a la ventanilla. La abrió y miró a Dafhne Fernby, quien además de ser comandante del Club Lila, era una muchacha de unos veintidós años, responsable y calculadora, hasta que su hermana mayor, Nasha, la convenció de romper el protocolo del Club Lila.
—Frena y pon esa estúpida y encantadora sonrisa que tienes —le ordenó Nasha.
—Es obvio que querrán revisar atrás, prepárense —le respondió Dafhne.
Nasha cerró la ventanilla, y en el mismo segundo el coche se detuvo. Liam se sujetó de la pared ya que frenó de repente, pero Nasha seguía en pie, derecha y con esa actitud firme y segura.
La patrulla se estacionó y salieron dos policías uniformados y armados. Se acercaron a la ventanilla de la conductora. Dafhne abrió la ventanilla con una sonrisa que parecía genuina. Ella abrió bien los ojos, porque sabía que comúnmente eran los niños los que tienen ojos grandes, y los niños son el puro ejemplo de inocencia.
—Buen día, oficiales, no excedí el límite de seguridad ni pasé una luz roja —dijo ella, sabiendo que no había semáforos en Margarita, al ser un pueblo tan pequeño no los necesitaba.
—Qué chistosa eres, señorita, pero no es por eso que te paramos. No es seguro que una chica ande sola por las calles a estas horas —le respondió el oficial David.
Mientras el oficial Tyler caminaba hacia las puertas de atrás.
—Ay —pronunció con ternura—. Es un enorme placer saber que están ustedes, los oficiales, me hacen sentir segura.
David se sonrojó, desviando la mirada.
—Ese es nuestro trabajo, señorita —respondió él con amabilidad.
Pero el oficial Tyler se acercó a la ventanilla.
—Debemos revisar el vehículo, así que le pediré que se baje —le dijo.
—Oh, está bien.
Ella apagó el motor del auto y se bajó. Haciéndose la torpe, tropezó y cayó sobre el oficial David; su cabello era castaño claro, como el caramelo, y sus ojos verdes, como el esmeralda.
—Qué torpe soy, discúlpame —dijo Dafhne con una risita.
—No se preocupe.
David estaba hecho un tomate. Su compañero puso los ojos en blanco y se dirigió a las puertas de atrás de la camioneta.
—Tus ojos son muy bonitos —comentó Dafhne, sujetándose de los hombros del oficial David.
A ella le parecieron lindos genuinamente, esos ojos, ese cabello, esa piel que se tornaba colorada.
—¿Desde cuándo eres policía? —empezó a interrogarlo, pasando la vista por el resto de su cuerpo.
—Desde hace unos tres años, más o menos. ¿Cuántos años tienes tú?
—Yo no soy policía —respondió Dafhne entre risitas.
—Me refiero a tu edad, preciosa.
—Oye, David, ven por aquí, deja de flirtear con la ciudadana.
Tyler tenía el doble de años de experiencia que David, y era quien mandaba.
—Habrá más tiempo para hablar —aseguró David, yendo con su compañero.
—Ya no habrá más tiempo —musitó Dafhne.
Entonces, los tres estaban tras las puertas.
—¿A dónde se dirigía? —preguntó Tyler.
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EL CALLADO
Misterio / SuspensoMorgan llevaba una vida monótona y aburrida, donde lo único que la alegraba eran los caramelos de limón que le regalaba su amigo Liam. Todo cambió cuando Liam la chantajeó para que invitara a su compañero de clases, Noah, a acampar en el oscuro bosq...