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EXTRA 12

Festival de Medio Otoño

El Festival de Medio Otoño caía un lunes que justo coincidía con otros días festivos consecutivos, permitiendo que los trabajadores se tomaran tres días de vacaciones. Tras conversar con Han Gu, Chu Ling decidió volver a su ciudad natal.

El sábado por la mañana temprano, los dos estaban listos, así que partieron con Han Le, de cuatro años, y Han An, que apenas acababa de cumplir un año.

Desde que se casaron, la vida de ambos se había vuelto poco a poco más ajetreada. Después de tener hijos, tenían que planear todo con anticipación cada vez que salían. Temían que no llevaran los juguetes de Han Le, que no llevaran la leche en polvo y los pañales de Han An, que se les olvidara algo y que sus dos pequeños retoños fueran ruidosos.

El padre y la madre de Chu Ling sabían que cuidar de niños de esta edad era bastante problemático, así que les plantearon que no era necesario que los visitaran durante estas vacaciones porque sólo serían unos días libres.

Chu Ling había pensado lo mismo en un principio, pero un día, al salir, oyó a varias tías de la casa de al lado quejarse de que sus hijos mayores se negaban a visitarlas. Durante las vacaciones, eran las únicas que se sentían realmente solas y sólo durante el Año Nuevo Chino sus casas eran más animadas, pues los niños de tal y tal familia venían a visitarlas... y bla, bla, bla...

El tono afligido con el que hablaron hizo que Chu se sintiera inexplicablemente culpable. Aunque era cierto que estaba ocupado, también era verdad que no había vuelto a su ciudad natal desde hace mucho tiempo. Sabía que, aunque sus padres le habían dicho que no los visitara, también debían estar deseando que volvieran sus hijos y nietos. Es así que, Chu Ling decidió volver a su ciudad natal para celebrar el Festival del Medio Otoño de este año e inesperadamente, Han Gu estuvo de acuerdo de inmediato e incluso reorganizó su horario de trabajo.

Debido a los días festivos consecutivos, había más gente viajando de lo habitual. Se encontraron con atascos en la carretera y no llegaron a su destino hasta cerca del mediodía.

Aunque se mantuvieron en contacto durante todo el camino, el padre y la madre de Chu Ling los esperaron junto a la puerta de su casa. Al ver a la pareja, no pudieron evitar decirles: "Dijeron que habría atascos en el camino así que por eso les dijimos que no volvieran... Sólo estarán aquí dos días y tendrán que volver corriendo inmediatamente...".

Aunque les hubieran dicho eso, ambos padres no pudieron ocultar la expresión de felicidad de sus rostros, sobre todo después de ver a sus dos adorables nietos. Mostraron una sonrisa tan radiante que hasta sus ojos dejaron de verse.

Chu Ling tampoco pudo mantener su aspecto habitual. Sonrió y dijo: "No dicen más que tonterías".

La familia charló un rato en el exterior antes de trasladar rápidamente los pasteles de luna y los implementos diarios para niños a su auto para que los distribuyeran a los vecinos luego.

Al verlos cargar bolsas grandes y pequeñas llenas de cosas, la madre de Chu Ling sonrió y sacudió la cabeza, sin evitar decir: "Es bueno que cuando la gente vuelve, traiga muchas cosas. Hasta parece que se mudarán...".

Chu Ling, perplejo, preguntó: "Cuando yo era joven, ¿no hacían lo mismo?".

La madre de Chu Ling sonrió y dijo: "En el pasado, la gente no prestaba mucha atención a estas cosas. Se criaba a los niños de forma despreocupada, siempre que tuvieran suficiente comida y ropa cálida, estarían bien".

Chu Ling, que había sido criado despreocupadamente, guardó silencio un momento y miró a Han Gu. Han Gu no habló, pero vio un atisbo de risa en sus ojos.