ℒ𝓊𝒸𝒽𝒶

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El sol no había salido...
El amanecer se aproximaba.
Y Juan en el puerto se preguntaba;
"¿Dónde estaban...?"

"¿Juan, que pasa?" Dijo una vocecita aguda que ya todos conocían.

J-  Me asustaste.

A- Oh...
perdón, aún no respondes mi pregunta.
¿Que te pasa?

J- No es nada, solo que los barcos aún no llegan.
Según lo que tengo entendido,mayormente llegan a esta hora.

A- Tú lo dijiste, "mayormente"
Es por Spreen, no?

J- Aparte de el, necesito saber cómo está chimuelo.

A- Seguramente llegarán más tarde.

J- Eso espero.


Y de repente, un golpe seco resonó en el aire. El sonido apagado de carne contra carne. Luego, el crujir de los huesos.

Spreen ya no recordaba nada, más que aquel hombre arrancando la flecha del pecho de Auron, y la cara de Juan, pero no lo recordaba con amor, si no que con desprecio, aún así la oscuridad lo envolvía, Tres sombras borrosas se alzaban sobre el. Intentaba moverse, o si quiera distinguirlas, pero su cuerpo no respondía; el dolor de sus costillas lo tenía paralizado, una presión constante en su pecho que apenas lo dejaba respirar. Su espalda, aplastada contra la fría piedra de aquella habitación, parecía haberse fundido con esta misma.

Otra patada, directo al estómago.

Se dobló cual papel que alguien arrugaba con desprecio, sintiendo el aire escapar de sus pulmones en un jadeo agónico. Quería gritar, pero todo lo que pudo hacer fue gemir. El eco de dos risas de parte de sus agresores se mezclaba con su sufrimiento, convirtiendo lo que le quedaba de mundo en una pesadilla llena de dolor y humillación.

"¿Que pasa?
¿Donde quedó el chico valiente?"

Uno de ellos escupió las palabras, arrastrándolas con burla.

Spreen intento intento levantar la vista, su ojo izquierdo apenas logrando abrirse tras el golpe directo que lo había dejado casi ciego, del lado derecho. Vio una bota levantarse en el aire y cerró los ojos justo antes de que impactara en su costado.

El dolor lo envolvió como un fuego abrasador.

?- Luzu, basta.
Lo vas a terminar matando.

L- Eso es lo que quiero.

?- Pero no puedes.

L- ¿De que lado estás Quacks?
¿Se te olvida como este imbecil te dejo el brazo?

Q- La idea es usarlo, no matarlo.

En ese momento una pequeña risa se puedo escuchar.

Spreen, el cual no podía ni pensar, mucho menos razonar, se estaba riendo.

Otra patada, esta vez en la cara.

Ya solo existía el dolor y el sabor metálico de la sangre en su boca.

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⏰ Última actualización: Nov 15 ⏰

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