Dios sol: Apolo

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Capítulo Dos: Dios Sol: Apolo

—Si ganamos... —continuó Apolo, señalando a Bell y Krimson—. ¡Me llevaré a tus hijos, Bell Cranel y Krimson! —gritó, mientras Hestia lo miraba horrorizada. Apolo se relamió los labios con una expresión de éxtasis, su respiración entrecortada por la lujuria y el poder que ansiaba.

—¿Qué? —gritó Hestia, sorprendida.

—No puedes quedarte a un hijo tan lindo y al Sekiryuutei solo para ti. —dijo Apolo, sonriendo con la misma expresión.

—¿Eso querías desde el principio? ¡Pervertido! —exclamó Hestia, enfurecida.

—Qué mala. Y pensar que estábamos tan enamorados en el cielo. —dijo Hermes, sonrojado, esbozando una sonrisa traviesa mientras mentía.

—¡Mentira! ¡Te rechacé sin dudarlo! —protestó Hestia, enojada—. Además, esto es una pérdida de tiempo. No tenemos por qué aceptar el juego de guerra. —añadió, dándole la espalda a Apolo y caminando hacia la salida.

—Lo lamentarás. —amenazó Apolo.

—¡No lo haré! Vamos, Bell, Krimson. —dijo Hestia, decidida.

—Sí. —respondió Bell, siguiendo a su diosa junto a su compañero.

—Una cosa... —dijo Krimson, serio, dándole la espalda al dios—. Si vuelves a amenazar a mi diosa...

—¡Boost! —gritó la voz de Ddraig, manifestándose la Boosted Gear en el brazo izquierdo de Krimson.

—Lo pagarás caro... —advirtió Krimson, con los ojos brillando como los de un dragón, mirando fijamente al dios antes de abandonar el salón.

Al día siguiente

—Los juegos de guerra son duelos entre familias, ¿no? —preguntó Bell.

—Sí. Deciden las reglas y pelean hasta el fin. El ganador se lleva todo lo del perdedor: hijos, dinero, todo. —explicó Hestia—. Apolo sabe que ustedes son los únicos miembros de mi familia, por eso hace esto. —añadió, molesta.

—Qué Dios más mezquino. —dijo Krimson con disgusto, mientras enfundaba su espada corta y su katana.

Caminando por las escaleras, Bell comentó:

—Hoy iremos a la dungeon con Welf y Lili.

—Vendremos al terminar. —agregó Krimson.

—Sí. Yo también salgo temprano, descansaremos mañana. —dijo Hestia.

—¿Qué carajo? —exclamó Krimson al abrir la puerta.

Afuera de la iglesia, un grupo de aventureros los esperaba, todos pertenecientes a la familia Apolo. Al verlos, un elfo dio la señal, e inmediatamente los magos empezaron a lanzar hechizos hacia Hestia y sus hijos. Rápidamente, Bell empujó a su diosa hacia el interior de la iglesia.

—¡Mierda! —pensó Krimson, arrojándose también.

En Orario, el estruendo llamó la atención de todos.

—¿Por qué tanto ruido tan temprano? —preguntó Anya.

—Eso... —dijo Syr, mirando hacia el origen del estruendo.

—Siento una pelea cerca. —dijo Chloe.

—¿Una pelea de familias? —preguntó Syr.

—Eso parece. —dijo Anya sonriendo—. ¿No será con el del pelo plateado y el rarito? —añadió, despreocupada.

Chloe, molesta, le dio un golpe en la cabeza—. ¡Cállate, Anya!

Ryuu, viendo el humo, miró hacia la iglesia con sospecha.

Danmachi: El Hijo BastardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora