conversión

24 2 0
                                    

—¡Por favor! ¡Deme más de su bebida, Soma-sama! —rogó una chica, aferrándose a la manga del guardia—. ¡Solo un sorbo más!

—¡No puedo vivir sin ella! —gritó un hombre desesperado, mientras una larga fila se extendía detrás de ellos.

En sus aposentos, el dios Soma trituraba ingredientes en un molcajete, absorto en su propia creación. La puerta se abrió con un crujido.

—Soma-sama. Soy Zanis. —anunció este, inclinando ligeramente la cabeza antes de continuar—. La niña perdida, Liliruca Arde, ha vuelto. Dice que cambiará su conducta y servirá a la familia... —fue interrumpido abruptamente por la llegada de Lili.

—¡Soma-sama! ¡Por favor, déjeme dejar la familia! —suplicó Lili con desesperación.

Sin embargo, el dios no se inmutó. Continuó mezclando en su molcajete, como si las palabras de Lili no hubieran siquiera alcanzado sus oídos.

—¡Soma-sama! —insistió Lili, rogando una vez más, su voz quebrada por la angustia.

—¿Qué tonterías son estas? —dijo Zanis con seriedad, dirigiendo una mirada despectiva a Lili—. Arde, si quieres irte, debes pagar el precio —añadió, esbozando una sonrisa maliciosa—. Lo sabes, ¿no?

—¿El precio? —preguntó Lili, con el rostro pálido.

—Sí. Debes pagarle a Soma-sama por todo lo que ha hecho por ti —explicó Zanis, con una sonrisa cada vez más cruel—. Debería bastar con 10 millones de valis.

—¡No! ¡No tengo tanto dinero...! —exclamó Lili, interrumpida por Zanis, que restó importancia a su objeción con un gesto despreocupado.

—Es suficiente, ¿verdad, señor? —dijo Zanis, confiado en que su palabra era la ley en ese lugar.

—Hazte cargo... —respondió Soma, sin siquiera levantar la vista, dejando a Lili destrozada e incrédula.

—Qué tonta eres, Arde —se burló Zanis, frente a la celda donde Lili estaba encerrada—. A ese dios solo le interesa su alcohol. No importa lo que le digas, no te escuchará. Y tú no mencionaste nada sobre irte, ¿verdad? —añadió con un tono burlón, obligando a Lili a recordar su fatídico encuentro con él horas antes.

Flashback:

—Ahí estás, Arde —dijo Zanis, interceptando a Lili.

—¿Zanis? —respondió ella, sorprendida.

—Me alegra verte bien. Pensé que habías muerto —dijo, esbozando una sonrisa, aunque sus palabras eran veneno disfrazado.

—¿Por qué? ¿Por qué ayudan a la familia Apolo? —preguntó Lili desesperada, incapaz de comprender la traición.

—Nos contrataron, claro está. Pero tenemos otra razón para participar en este conflicto —respondió Zanis, mientras una sonrisa más oscura se formaba en su rostro.

—¿Qué razón? —insistió Lili, con el corazón encogido.

—Recuperarte, Arde. —dijo, sorprendiendo a Lili—. ¡Eres nuestra querida compañera! No podemos dejar que otra familia te tenga —añadió, claramente mintiendo, pero jugando con sus emociones—. La justicia nos acompaña.

—No... ¿Es mi culpa? —susurró Lili, casi paralizada por el shock, mientras Zanis saltaba ágilmente a un tejado cercano.

—No te preocupes. La familia Hestia, que te engañó, te utilizó y abusó de ti, pronto será destruida —dijo Zanis con frialdad, dándole la espalda a Lili, sin darle oportunidad de replicar.

—Deténganse, por favor... —suplicó Lili, con lágrimas en los ojos—. ¡Déjenlos en paz! ¡Volveré con Soma-sama! ¡Por favor!

Fin del flashback.

Danmachi: El Hijo BastardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora