JUJUTSU KAISEN | NNN & DDD

𝐍𝐎𝐕𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑 𝟕𝐓𝐇

Advertencias: +15, fem!reader, dirty!words, porn, arousal, gasps, catch, cum, etc.

—Toji Fushiguro—

Era de madrugada, el sonido de la lluvia salpicando los suelos de las afueras amortiguada por las gruesas paredes del hogar. La suave brisa de la noche que filtraba por debajo de las puertas y ventanas le proporcionaba a tu cuerpo, envuelto por las sábanas, una incómoda sensación de frialdad. Rodaste inconcientemente por la cama hasta golpearte la frente con la amplia espalda de tu novio; un pequeño gemido de dolor saliendo de tus labios entreabiertos mientras te quedabas allí, inmóvil. Toji, por su parte, estaba completamente tapado por las mantas, escondiendo su robusto cuerpo debajo de éstas. Pequeños jadeos bajos llenaban el frío ambiente y lo alimentaban con calor apenas contenido, el hombre se movía entre las mantas, con revuelo, mientras movía sus caderas hacia el mismo aire.

No te despertaste por nada en particular, simplemente no podías conciliar el sueño por el frescor de la noche que se filtraba entre las paredes. Te sentaste en la cama, frotando tus ojos, con sueño, mientras tu visión se adaptaba a la sutil oscuridad y la bella luz de la luna. Te quedaste viendo hacia afuera, a través de la ventana, antes de que tus ojos cayeran hacia las caóticas sábanas que se movían, envolviendo el cuerpo del hombre que yacía a tu lado. Dejaste escapar un suspiro cansado mientras pasabas una mano sobre las mantas tocando, aparentemente, el musculoso brazo de tu novio. Un pequeño sobresalto recorrió el cuerpo del tipo, saliendo a la superficie para encontrarse con tu torpe y adormilada mirada. Te veías tan diferente a él; tus ojos cansados y llenos de sueño, tu cabello desordenado por el reciente adormecimiento. El hombre se encontraba desalineado, mechones de cabellos empapados en sudor se pegaban a su frente, sus mejillas sonrojadas y la respiración constantemente agitada. Su teléfono cayó de sus manos ligeramente temblorosas, exponiendo la pantalla en la que se reflejaban un hombre y una mujer teniendo relaciones en lo que parecía ser una cocina lujosa. Creyó estar en problemas cuando vio tu mirada fija hacia la escena; un gemido ahogado salió de su pecho mientras intentaba convencerte. –N-no me toqué– pronunció entre jadeos, se veía tan vulnerable como nunca. Aún así, sus caderas seguían pulsando contra el aire, el tacto de las sábanas tampoco funcionaba.

Arqueaste una ceja, incrédula, y tomaste las mantas con una mano, quitándolas por completo de su cuerpo; un bulto gigante formado en su short de dormir y una mancha húmeda adornando la punta goteante que manchaba su ropa. Su gran erección palpitaba de hambre y dolor mientras Toji se retorcía a tu lado, pidiendo algo de alivio y liberación. Lo miraste a los ojos, los tuyos cansados, y hablaste en tono bajo y algo adormecido. –Toji, es de madrugada. Si vas a hacer tus cosas, hazlas en silencio, y recuerda que no debes tocarte– dicho ello, te diste la vuelta, dispuesta a dormir. El hombre quedó estático y simplemente asintió; dejó su celular y audífonos en la mesita de noche, al lado de su cama, y se volteó sobre su propio cuerpo para ponerse de costado y mirarte. Sus ojos vagaban desde tu nuca hasta tu espalda y luego bajaban a tu lindo trasero. Podía imaginarse a sí mismo follándote el culo mientras gritabas por más. Joder, se estaba poniendo cada vez más duro y húmedo allí abajo. Sus caderas comenzaron a balancearse, nuevamente, hacia adelante, en el aire; tuvo que morder su camiseta para amortiguar sus gemidos y jadeos para no molestarte otra vez. Su mirada penetrante sobre tus curvas y caídas, las inminentes ganas de tomarte allí mismo subían a niveles inimaginables. Pequeños gruñidos bajos escapaban a través de la tela mordida, su cuerpo temblaba mientras golpeaba el aire con duras y erráticas embestidas; estaba cayendo en un estado de ebriedad por tu cuerpo.

Tu suave y constante respiración inundó la habitación, haciendo que la excitación de Toji pulsara más contra sus apretados shorts. Los ojos del hombre se pusieron en blanco, tiras espesas de semen comenzaron a emerger a la superficie mientras su cuerpo sufría espasmos, y un gemido estrangulado retumbó desde el fondo de su garganta. El líquido espeso brotaba a borbotones, manchando su ropa y las finas sábanas a su alrededor; había conseguido una dura liberación sin siquiera haberse tocado, pero no se sentía satisfecho en lo absoluto sino vacío. Yació allí por unos minutos, sin atreverse a mover ni un solo dedo, antes de que su cuerpo húmedo rodara hasta tu espalda y se acurrucara contra ella, en busca de un poco de consuelo. Estaba cansado y atontado pero, aún así, se quedó rápidamente dormido contra tu parte trasera. Sus jadeos pronto se convirtieron en respiraciones como las tuyas, tan pacíficas.

N/A: ¡No olviden seguirme para más!

Perdón por el retraso!¡

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