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—Naoya Zenin—
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Estaba muy pesado, no podía estar de peor humor.
-Bebé, ¡estuviste reclamándome lo mismo durante los últimos treinta minutos!- exclamas con frustración, señalando el antiguo reloj que colgaba de la pared. Naoya gruñó con enojo, aún con la cara enterrada entre tus suaves muslos, dándoles un doloroso mordisco por haberle levantado la voz. -¡Ay! ¡Estás siendo muy malo, Naoya Zenin!- espetas, mientras jalas su cabello para alejar su rostro de tu sensible piel, la expresión del hombre era ilegible, un atisbo de irritación cruzaba sus afiladas facciones. -Déjame en paz, idiota- gimió mientras te daba una mirada mordaz, dejando en claro que no estaba de humor para lidiar con tus regaños. Tus manos se apretaron en su cabello, volviéndote más dominante a medida que los segundos avanzaban con lentitud, tu voz saliendo en un tono bajo, autoritario y lleno de advertencia. -Cuida esa boca, Zenin. Soy tu novia y me respetas- tus dientes apretados casi haciendo un chirrido agudo, el hombre desvió la mirada y pidió perdón en silencio.
Había sido un día largo y cansador. Naoya te pidió tener un poco de sexo para aliviar el estrés; claramente le dijiste que no y eso lo cabreó, y fue así como ambos habían llegado hasta este punto que parecía no tener fin. El hombre había sido rudo y malcriado, por lo que tenías que corregirlo de alguna u otra forma. -Nunca me darás lo que quiero, ¿no?- resopló con acritud, harto porque no le dabas la atención que quería. De todos modos, pusiste los ojos en blanco y pellizcaste su mejilla con tus finos dedos, haciéndole soltar un pequeño gemido quejoso mientras respondías con voz suave y cansada. -Deja de ser tan mimado y molesto, es cansador, Nao- tus manos se movieron a su nuca, masajeando la sensible piel de tu novio, quien dejó escapar un suspiro de rendición ante tus gloriosas manos de ángel. Nunca se cansará de tus maravillosos toques. -Sigue así...- susurró, moviéndose entre tus muslos para darte un mejor ángulo hacia la parte posterior de su cuello.
Mierda, lamentaba haberte tratado tan mal hace unos segundos. Ahora lo estabas calmando como a un bebé que hace berrinche por su leche tibia. Definitivamente, él lo sentía. Era tan bipolar.
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N/A: ¡No olviden seguirme para más!
Perdón por el retraso!¡ No tenía ideas para escribir sobre Naoya, y es que no me cae tan bien JAJAJSJS.
Tiktok: editx._allz
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