Advertencias: +16, fem!reader, cock, dirty!words, dominance, vulnerability, teasing, etc.
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—Hiromi Higuruma—
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Es la primera vez que lo ves tan preocupado por una estupidez como esa.
Hiromi salió de bañarse, con la cara completamente pálida; tenía tan sólo una toalla atada alrededor de la cintura, su pecho subía y bajaba y su cara era aún peor que la de ghostface. Se acercó a ti con pasos temblorosos mientras te miraba a los ojos y el terror se reflejaba en ellos. Desató su toalla y la dejó caer al suelo, revelándote su gruesa polla flácida y caída, mientras te decía con voz indecisa. –Estoy seco– su voz salió ahogada al mismo tiempo en que comenzaste a reír en voz alta, provocando un ceño fruncido en el rostro del hombre. –¡Hablo en serio!– espetó, sus mejillas se tornaron de un rosa brillante mientras tapaba su rostro con vergüenza. Te dolía el estómago de tanto reír sin parar, y es que no podías creer lo que Higuruma te estaba diciendo. –Pero ¿de qué hablas?– respondiste dificultosamente, calmando tu risa poco a poco. Hiromi estaba mortificado por tus tontas burlas; quitó sus manos de su rostro y te miró a los ojos con seriedad, su voz grave y casi ronca. –No se me para y tampoco puedo eyacular– hizo una breve pausa, antes de continuar. –Intenté romper el reto y me masturbé mientras me bañaba, ¡pero simplemente no se para! Ya no sé qué hacer– susurró eso último mientras se dejaba caer en la cama, con su cuerpo totalmente expuesto ante el aire fresco de la habitación. –Debes continuar con el reto, Hiromi. Sino vendrán las consecuencias– amenzas tranquilamente, tratando de convencerlo para que no rompiera el trato que ambos tenían.
–Tch– pronunció en voz baja, su mano recorriendo su abdomen mientras se mantenía sobre las suaves sábanas; su cuerpo bien formado, abrazado por el colchón. Notaste cómo sus dedos bajaban hasta sus bolas, acariciándolas lentamente al mismo tiempo que dejaba escapar un suspiro de alivio. Rápidamente, te acercaste a su forma y detuviste su mano, colocándola por encima de su cabeza. –Basta. Estás haciendo trampa– dices, un poco enojada, mientras lo miras fijamente a los ojos en un intento de fulminarlo con la mirada. A Higuruma no le importaba, simplemente quería reparar su miembro aparentemente roto por el desuso. –Vamos, sólo un poco de alivio, ¿si? Admítelo. Quieres mi leche en tu boca, bebé– dejó salir esas palabras tan descaradamente, intentando persuadirte para que cedieras ante sus necesidades. Un pequeño sonrojo se formó en tus mejillas, señal de que en verdad sí querías aquello. –¡N-no, Hiromi! Tenemos un trato, ¿recuerdas? Además, dijiste que estabas seco. No quiero leche en polvo– bromeas, riendo por lo bajo mientras él ponía los ojos en blanco y te daba una cara de disgusto.
–Jaja, qué graciosa eres– pronunció sarcásticamente, quitándole toda la gracia a la situación. Realmente, disfrutaba de tus burlas hacia él, pero nunca lo admitiría en voz alta. Rodaste los ojos y una sonrisa maliciosa se formó en tus labios ante una nueva idea. –Bueno... Si rompes las reglas, deberé darte un buen castigo– sonríes con crueldad, tus ojos insinuaban un brillo de maldad en tus orbes. El hombre, en estado de vulnerabilidad, no sabía de qué hablabas. –Deberé ponerle una argolla a tu sucio pene para que no te corras. A menos que quieras comportarte como se debe, cariño– el rostro de Hiromi, que ya se encontraba pálido, se palideció aún más ante la mención de la maldita argolla para el miembro. Tuvo malas experiencias con esa mierda; la sensación de no poder eyacular cuando quería era tan torturadora que la odiaba. Su cuerpo, rígido como una roca, se estremeció ante la mera idea y las posibilidades. No, definitivamente no quería tener que pasar por eso nuevamente. –Está bien, no haré trampa. Pero, por favor, no me obligues a ponerme esa estúpida cosa– dijo en voz baja mientras miraba hacia otro lado, no podía creer que lo estuvieras dominando de ésta forma cuando siempre fue él quien te sometía y domaba. Sonreíste con alegría mientras tu novio aceptaba las condiciones. –Buen chico– dijiste dulcemente, depositando un suave beso en la punta de la gruesa polla del hombre, provocándole un escalofrío estremecedor.
Mierda, lo estabas matando.
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N/A: ¡No olviden seguirme para más!
Perdón por el retraso¡!
Tiktok: editx._allz
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