Capítulo 14

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Magena

Me duele todo el cuerpo, pero hay un calor que me cubre todo el cuerpo. Unos fuertes brazos que me rodean. Lo reconozco, mi corazón se rompe al recordar todo por lo que he pasado la últimas horas y aun así me abraza como si fuera al valioso. No, no lo merezco. ¿Cómo puede amarme? Cuando mi cuerpo ha sido ultrajado.

Si poderlo detener comienzo a sollozar, no quiero hacerlo, sin embargo, mi cuerpo no responde no quiero que Nanuk se entere que he despertado. No lo logro. Él comienza a darme la vuelta. No quiero verle, trato de oponerme, no obstante, es más fuerte que yo, posicionándome frente a él.

-No llores. Ya no podrán hacerte daño. Nos encargamos de todos -Me da un beso en la frente.

-¿Cómo puedes aceptarme después de lo que ha ocurrido? -Lo digo bajo. No quiero que nadie me escuche.

-Yo te elegí, como mi compañera. Debí cuidarte, me confíe demasiado, debí actuar como me lo indicaba mi instinto. Te juro que eso no volverá a suceder -Lo escuché suspirar.

-Yo soy la única culpable de lo sucedido. Creí en mi hermano, mis sentimientos por él me nublaron la razón -Llorar no haría que el tiempo retrocediera.

-¿Cómo te sientes? -Nanuk cambió de tema.

-Me siento como si el mundo me hubiese caído en sima -Les respondí.

-Iremos con el médico en Anchorage. Conozco uno de confianza. Quiero estar seguro de que estás bien. Mírame por favor -No lo quería mirar.

-No te avergüence mirarme a los ojos. Yo no lo hago -Me reprende.

Lo veo ahí, frente a mí, su cuerpo imponente me cubre con su calor y seguridad. No sé que haría sin él, Anika y Drake. Ahora ellos son mi familia.

-¿Qué hay de tu familia? ¿De tu gente? -No me aceptarán.

-Lo que ha ocurrido es solo del conocimiento de Anika y Drake. Ellos jamás dirán nada y los demás chicos no saben nada -Suspiro aliviada.

-¡Nanuk! Estamos por llegar a Anchorage -La voz de Drake se escucha a través de la puerta.

-He llamado por radio, habrá una ambulancia esperándonos -Mientras se levanta.

Anika entra en el camarote, mientras Nanuk sale y cierra la puerta. Ella me abrasa con fuerza.

-Estoy bien -Le digo para calmarla.

-No llegamos a tiempo -Niego.

-Llegaron en el momento justo -Le doy un beso en la mejilla.

-No volverán, acaba...lo siento -Mira para otro lado. Puedo deducir el final de mi hermano.

-Tranquila, puedo imaginar su final -Nanuk regresa con una bata de hospital.

-Anika, puedes ir a alguna tienda por ropa para Magena -Le entrega dinero.

-Si y sé a cual tienda iré. Nos vemos luego -Me da un abrazo y se marcha.

-Toma esta bata. No me agrada que lleves el olor de otro en tu cuerpo -Me despoja de la camisa que llevaba puesta.

Me lleva en brazos hasta la ambulancia, me carga en su regazo hasta llegar al hospital, donde me espera una camilla -Nanuk saluda a un médico cuando llegamos a emergencias. Hablan por unos segundos después se dirigen hacia mí.

-Doctor Norton, ella es Magena, mi compañera -Nanuk tiende su mano.

-Es un gusto volver a verte, Nanuk. Señorita vamos a llevarla a que la revisen -Con esas palabras nos adentramos en un pasillo puertas en sus costados,

En la habitación me toman muestras de sangre, me hacen preguntas y estudios clínicos de los que muy pronto trataré de olvidar.

Cuando ya están los resultados, Anika aparece con ropa para mí, la cual me entrega, para cambiarme de nuevo. Esto no ha terminado, Gad no va a detenerse, la próxima ves vendrá el mismo acompañado de sus leales esbirros. El doctor nos interrumpió en la sala de espera traía una carpeta.

-¿Qué resultado dieron los análisis de sangre? -Preguntó Nanuk poniéndose de pie.

-Todo está en orden. Nada de sexo al menos por dos semanas -Nos dijo muy bajo.

-¿Podemos irnos? -Quiero irme no quiero estar en este lugar.

No dirigimos los cuatro en silencio hacia el barco que nos esperaba, a pesar de las protestas de Nanuk, camine, tenía que dejar de ser la victima de unos desgraciados sin escrúpulos.

El viaje a la isla Kodiak y en especial al pueblo de donde venían mi compañero estaba bastante lejos, así que me la pase descansando, los medicamentos antiinflamatorios me tenían muy cansada, eventualmente despertaba para hacer necesidades y comer. Nanuk se turnaba con Anika para acompañarme; mientras él tomaba turnos al timón junto a los demás muchachos.

Estaba muy nerviosa pese a los medicamentos me costaba conciliar el sueño. No soy cambia formas, soy una humana común, sé que su madre es igual que yo, pero ¿me aceptará? ¿Tendré que luchar por hacerme un lugar?

-No pienses tanto. Lucharé con cualquiera que no quiera aceptarte -Nanuk me saca de mis pensamientos.

-No quiero que tengas problemas por mi -Suspiré.

-No los tendré, soy el futuro jefe de esta manada. Ya demostré mi fuerza, de ser necesario lo haré de nuevo -Se sienta a mi lado abrazándome.

-Quiero que te tranquilices estamos por llegar al muelle de nuestra manada. Si te ven nerviosa, serás como una presa. Levanta el rostro, no hables si no te sientes segura de lo que dirás. Lo más probable es que mi padre nos esté esperando -Trago el nudo que se me ha formado en la garganta.

-Ahora vamos que quiero que bajemos primero –Al llegar a la cubierta Anika y Drake ya están ahí junto a los otros tres chicos chicos.

-Gracias por apoyarme -Le digo a los chicos.

-Ahora eres parte de la manda, Magena y nosotros cuidamos de todos -Dice uno de los chicos y los demás asienten.

En el muelle nos espera un hombre igual de imponente que Nanuk, mejor dicho, Nanuk es una copia más joven del hombre. Tomo la mano de mi ahora compañero. Nos pasamos al muelle el hombre no deja de ver nuestras manos unidas.

-Al fin llegan. Necesitamos hablar, hijo -Los miro. Él me analiza.

-Padre, te presento a Magena, mi pareja -El señor no se sorprende.

-Mucho gusto, señor -El me dio una leve sonrisa.

-Es un gusto conocerte. Ya habrá tiempo para conocernos. Ahora tengo asuntos que tratar con mi hijo. Drake acompáñalas a la casa principal -Me separo de Nanuk.

-Tranquila. Drake llévalas con mi madre, por favor -'

-Vamos chicas, que tengo hambre -El toma de la mano a Anika y a mi me insta a caminar.

Camino decidida a enfrentar lo que vine.

La Perdición del KodiakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora