SEIS

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Capítulo seis.
« El eco del silencio »

El tablero se movió con ligereza cuando el tiro fallido en la canasta lo golpeó

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El tablero se movió con ligereza cuando el tiro fallido en la canasta lo golpeó. Ni-ki soltó un bufido y continuó botando el balón con pereza. La jornada escolar había terminado hace un par de horas, y al tener que quedarse a la práctica del club de baile, había decidido esperar en el gimnasio de la escuela hasta que la hora llegara. No vivía precisamente lejos de ahí, pero particularmente esa tarde, le había resultado innecesario regresar a casa.

Con un giro rápido, Ni-ki recogió el balón y se dirigió hacia la canasta. Con una suave elevación, lanzó el balón, esta vez con más determinación. El sonido del cuero chocando contra el metal resonó de nuevo.

—Si yo fuese tú, haría las pruebas para entrar al equipo de básquetbol —Yoon atrapó el balón en el aire, mientras una sonrisa divertida se posaba en su rostro y le daba una mirada fugaz a Ni-ki, quien había entreabierto su boca para decir algo, pero simplemente prefirió quedarse en silencio.

¿Qué hacía ella ahí?

—No creo que sea lo mío —respondió finalmente, evadiendo su mirada y regresando a la banca, para tomar su mochila. Le había prometido a Jungwon que se alejaría de ella, y lo iba a cumplir. No importaba si estaban a un par de metros de distancia, cumpliría con su palabra.

Pero, ¿qué tanto tardaría en darse cuenta de que estaba ignorándola? Porque esa no era la primera vez que huía; lo había hecho esa mañana en el pasillo, mientras Yoon se encontraba guardando algunas cosas en su casillero y Ni-ki permaneció un par de segundos, que le habían parecido una eternidad, observándola secretamente. Y justo cuando ella volteó con una sonrisa en su rostro, él siguió con su camino, dejando a la chica con su mano al aire, lista para saludarlo. Ahora, mientras Yoon se acercaba para tomar asiento en la banca, a su lado, estaba pensando si no sería demasiado grosero de su parte el levantarse e irse de ahí sin despedirse. Sin embargo, la chica no parecía dispuesta a dejar que la conversación se enfriara. Se acomodó en la banca. Su risa era ligera y despreocupada, pero había algo en su mirada que sugería que no era ajena a la tensión que envolvía a Ni-ki.

—Vamos, no puedes evitarme así —dijo, desafiándolo de manera juguetona mientras comenzaba a botar el balón torpemente. Ni-ki la observó con atención. La energía de Yoon era contagiosa, y a pesar de su resolución de mantenerse alejado, una parte de él quería unirse a la diversión.

—No tengo tiempo para jugar —respondió, aunque su tono no era tan despectivo como pretendía.

—Siempre tienes tiempo —ella se detuvo y lo miró con curiosidad—. Y además, la práctica no empieza hasta dentro de una hora. ¿No quieres aprovechar ese tiempo?

Él frunció el ceño. Era cierto que la práctica no comenzaba hasta más tarde, pero su mente no estaba en eso. Estaba demasiado ocupado tratando de averiguar cómo había llegado a esta situación. El recuerdo de Jungwon le advirtió sobre lo que sucedería si se tratara acercaba a Yoon. Una parte de él disfrutaba de su compañía, pero la otra sentía que sus sentimientos jamás serían correspondidos.

 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆𝐒 | Nishimura Riki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora