TRES

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Capítulo tres.
« La primera desilusión »

 « La primera desilusión »

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« Yoon. Yang Jiyoon. Jiyoonie. Yoon noona »

Los garabatos que Ni-ki escribía en la última hoja de su cuaderno, le hacían parecer que estaba prestando atención a lo que sea que la maestra Kim estuviese explicando en ese momento. Su ceño estaba fruncido, se mordía la punta de la lengua levemente y no había ninguna otra cosa que pudiese distraerlo. El color rosa brillante de la tinta de su bolígrafo, el mismo que había tomado prestado sin permiso del escritorio de Jungwon la tarde anterior, resaltaba en el fondo blanco de la hoja. "Yang Jiyoon", había escrito de nuevo, esta vez en letras mayúsculas, más grandes y torcidas que las anteriores. Parecía como si escribir su nombre una y otra vez fuera una manera de mantenerla presente en su mente.

Ni-ki no podía explicarlo bien, pero desde hacía un par de semanas, se había dado cuenta de que, su enamoramiento hacia Yoon, se había intensificado. Aun más. Esta vez era diferente, buscaba estar cerca de ella todo el tiempo, de hablar, observar y seguir cada uno de sus pasos más de cerca. No sabía si era por la manera en que sus ojos se encontraban accidentalmente en los pasillos, o por cómo su risa siempre sonaba más brillante cuando él estaba cerca. Quizás era la forma en que ella se inclinaba un poco más cerca cuando hablaban, como si las palabras entre ellos fuesen secretos que nadie más podía escuchar. Pero su nombre, ahora se le quedaba atrapado en la mente como una canción pegajosa que no podía dejar de tararear.

—Riki, ¿estás escuchando? —la voz de la profesora Kim lo sacó abruptamente de su trance. Ni-ki levantó la vista, notando que varios de sus compañeros lo miraban, algunos sonriendo, otros con la misma expresión de confusión que él mismo sentía en ese momento. Apretó el bolígrafo entre sus dedos, todavía intentando procesar el brusco cambio de ambiente, y asintió torpemente.

—Sí, lo siento... —murmuró, bajando la cabeza y evitando los ojos curiosos a su alrededor. La profesora Kim suspiró, regresando su atención al tablero y continuando la clase como si nada hubiese pasado. Quería centrarse, pero no podía evitar volver a mirar las palabras escritas en su cuaderno.

"Yoon noona."

No sabía por qué la llamaba así, pues Yoon le había dejado llamarla por su nombre, sin honoríficos, desde que eran niños. Ella era apenas un par de años mayor, pero para él esa diferencia siempre parecería un mundo entero. Tal vez era por la manera en que parecía tener todo bajo control, cómo siempre sabía exactamente qué decir y cuándo decirlo. A su lado, se sentía torpe, como si no lograra seguirle el ritmo. Pero al mismo tiempo, había algo reconfortante en esa sensación, algo que lo hacía querer estar cerca de ella cada vez más.

A la salida de clases, Ni-ki caminaba en dirección al gimnasio, el lugar donde él y el grupo de baile solían encontrarse después de la escuela. Sin embargo, al cruzar el patio, la vio. Yoon estaba sentada en una de las bancas, con un libro abierto sobre sus piernas, pero su mirada estaba perdida en algún punto del cielo. Ni-ki se detuvo a unos metros de distancia, indeciso. Podía simplemente seguir su camino, pretender que no la había visto, pero algo lo empujó a acercarse.

 𝐈𝐍𝐕𝐈𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆𝐒 | Nishimura Riki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora