Cazador •MinWon|Meanie•

#48 fᥙᥱgo ᥴoᥒtrᥲ fᥙᥱgo

๛Wonwoo sentía que podía quedarse por siempre bajo el grifo de la ducha y es que sentir al agua tibia deslizar por su piel era algo de lo que se había estado privando por demasiado tiempo, ya estaba harto de tener que buscar pequeños esteros o ríos para asearse y de tener que recolectar agua lluvia para poder cocinar algo para su manada.

El agua se había convertido en un privilegio que a pesar de estar rodeado de lagos o esteros, no podían permitirse con frecuencia ya que los clanes utilizaban los mismos como recursos y no podían exponerse de esa manera a ser vistos.

Como siempre las grandes y masivas comunidades se adueñaban de algo que les pertenecía a todos y nadie podía hacer absolutamente nada para frenarlos.

Viéndolo de esta manera el mundo no había cambiado demasiado, incluso cuando él tenía un techo bajo el cual dormir veía en los noticieros a diario como hombres se mataban entre ellos por mantener sus dominios y les quitaban lo poco que tenían a quienes no podían defenderse.

Alfas dominando a omegas, alfas tomando vidas y alfas arruinando el mundo.

Probablemente habían omegas que también llevaban vidas nefastas arruinando a otros, pero Wonwoo no había conocido a uno con el poder suficiente para influir entre grandes grupos, por lo que su recelo inicial había recaído en la más nefasta de las castas a su parecer, los alfas, el eslabón más bajo de la cadena que el propio Wonwoo había creado y en la que había elegido creer por sí mismo.

Un suspiro escapó de sus labios al sentir las grandes manos de Mingyu rodear su cuerpo abrazándole por la espalda y disfrutando en silencio de la primera ducha compartida que podían permitirse.

Wonwoo tenía un alfa a quien amaba con su vida, pero eso no hacía que su concepto de los mismos cambiara.

Había conocido a muchos buenos alfas, por lo visto el destino intentó rodearlo de estos para cambiar su percepción sobre los mismos pero no había funcionado.

Esos alfas habían corrido muchos riesgos para rescatar a Joshua del cuartel, luego de que otros alfas lo secuestraran.

Luego de eso estuvieron a punto de morir a manos de los clanes, que estaban compuestos por alfas y terminaron perdiéndose en una nube de polvo luego de que uno de sus tontos compañeros alfas intentara pactar con los clanes.

Luego apareció ese no definido que parecía ser un alfa y que consiguió llevarlo con Mingyu, sólo para enterarse de que su alfa se había convertido en un desalmado que arrancaba de piel de los cazadores con sus propios dientes.

Aún deseaba que la gran mayoría de estos no existieran, se conformaría con que sólo los de su manada estuvieran vivos, ellos eran un mal menor en comparación con el resto del mundo y podía lidiar con ellos.

Sintió las manos de Mingyu frotar su cabello lavando el mismo luego de poner algo de shampoo en él.

Él no lo admitiría en voz alta pero esperar a su bebé era lo mejor que le había pasado en la vida, incluso a pesar de los malestares, el miedo y el dolor de espalda que sentía constantemente estaba convencido de que finalmente había encontrado su lugar.

Eso sin contar lo consentido que estaba siendo por todos, él ni siquiera tenía que lavar su cabello porque Mingyu lo hacía por él, no le dejaban cargar peso y siempre era el primero en recibir alimentos cuando conseguían cazar algún animal o encontraban algo para comer.

Excepto en esa jodida sede, Mingyu probaba todo lo que llegaba a sus manos antes de dárselo desconfiando de cada cosa ofrecida por los cazadores.

Incluso el agua de los dispensadores era sospechosa para el alfa, a apesar de que los mismos cazadores bebían de esas fuentes.