¿Gavi el nuevo psicologo?

55 6 6
                                    

26 de noviembre

¿Me considero rencorosa? Sí. Así que aquí viene un capítulo interesante.

Y hablando de interesante, la nueva temporada de Outer Banks.

---

Estoy tumbada en la cama de Lamine, escuchando el sonido del agua corriendo en la ducha. Es extraño pensar que ya llevamos un mes saliendo oficialmente. Todo ha pasado tan rápido, pero, de alguna manera, también siento que el tiempo se ha detenido. Me sorprende lo fácil que es estar con él, lo natural que se siente. Pero sé que pronto tendremos que contárselo a mi prima y a Nico. Eso... va a ser interesante.

Mis pensamientos se interrumpen cuando el móvil de Lamine, tirado en la mesita de noche, empieza a sonar. Miro la pantalla y veo el nombre: *Albita*. Mi corazón se detiene por un segundo. Aunque intento no dejarme llevar por la paranoia, es imposible que no me asalten dudas. Respiro hondo. Confío en él, ¿verdad? Pero... ¿por qué la llamaría "Albita"? Suena demasiado cariñoso para alguien que se supone pertenece al pasado, ¿no?

Yo, la que se raya más que un rayador.

—Lamine —lo llamo desde la cama, con una voz más suave de lo que esperaba—, te están llamando.

—¡Cógelo tú! —responde desde la ducha, como si no tuviera importancia.

Buena señal.

De mala gana, deslizo el dedo sobre la pantalla para contestar. Al otro lado, una voz que me eriza la piel comienza a hablar.

"Hola, mor... ¿Cómo estás? Ya te echo de menos en mis sábanas, encima de ti "se escucha en la otra línea.

Pedazo de kurwa(se pronuncia curva )(y si  cerecitas, soy multilingüe, es polaco( asi que vigilar si vais a polonia).

Mi cuerpo se congela. No quiero llorar, no quiero ser débil, pero esas palabras caen como una daga en el centro de mi pecho.

"¿Mor? "insiste la voz de Alba, sin tener idea de quién ha contestado. Trago saliva y trato de encontrar mi voz.

"Ehm... hola, Lamine está en la ducha "respondo, intentando mantener la calma, aunque por dentro me estoy rompiendo.

"¿Tú quién eres? "su tono cambia rápidamente, y puedo sentir la superioridad en su voz—. Oh, no me digas... ¿la puta esa que solo utiliza para darme celos?

En otro momento, me habría quedado callada, hecha un ovillo, incapaz de responder. Pero ya estoy cansada de eso. Así que va un poco de drama.

Así nos gusta, reina.

"Mira, mor, aquí la única que va de puterío eres tú. ¿O es que se te olvida el vídeo que rula por redes? Además, puta sí, pero con mi novio. Mi novio, el que me dedica goles y que ahora mismo está en la ducha. Si solo fuera para ponerte celosa, no creo que gastaría tanto tiempo en estar conmigo a solas, ¿no? "Mi voz sale más firme de lo que imaginaba, y antes de que pueda responder, cuelgo.

Justo en ese momento, la puerta del baño se abre, y ahí está Lamine, con una toalla colgada en la cintura y gotas de agua aún deslizándose por su pecho. En otro momento, habría sonreído, tal vez reído, y me habría acercado a besarlo, pero no. Hoy no.

Lamine me mira, desconcertado, y suelta una broma, pero se detiene en seco al ver mi expresión. Su rostro se frunce, preocupado.

—¿Estás bien? —pregunta, dando un paso hacia mí.

No respondo. Cojo su móvil de la cama y me acerco a él. Se lo tiro contra el pecho con un movimiento brusco.

—Yo estoy perfectamente, mor. Pero otras... otras te echan de menos en sus sábanas, debajo de ellas.

Un clásico no muy clásicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora