Amorfoda principio y fin

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—Cuéntame —pronuncio mientras me acomodo en el asiento al lado de Pedri en el avión.

—No sé de qué me hablas —una sonrisa se le escapa

—Ya, ya, tú hazte el interesante, pero tienes una cara de haber follado que ni tú te la aguantas.

Esa boca hay que lavarla con jabón.

Pedri se sonroja y abre la boca para hablar, pero la cierra en el momento en que ve a alguien acercándose.

—¡VENGA, QUE NOS VAMOS! ¡PREPARAD VUESTROS TRASEROS PARA MOVERLOS BIEN DESPUÉS! —y ya ha vuelto el Nico de siempre.

—No pienses que esta conversación ha terminado aquí —le advierto.

Me levanto del asiento y voy al mío, ya que este es de Gavi, y esos dos necesitan estar más juntos que nunca.

Me siento en mi sitio, me pongo los auriculares y miro por la ventana; aún faltan unos minutos para despegar. "Where She Goes" suena en mis auriculares cuando alguien se sienta a mi lado. Lo que no me esperaba es que mi compañero de viaje fuera Gavi; se suponía que Lamine iba a sentarse para seguir con la farsa. Miro a ver si lo veo, y está donde yo había estado hace unos minutos, al lado de Pedri.

—¿Tú no deberías estar al lado de Lamine? A ver, no me malinterpretes, me caes bien —cuestiona Gavi. Yo encojo los hombros, ya que yo tampoco sé lo que pasa.

—Sinceramente, no lo sé —respondo.

Intento pensar qué he podido hacer. A lo mejor es una tontería y solo ha querido estar con su amigo, pero entonces no me hubiera estado ignorando desde que salimos de casa. Odio esta parte de mí: con lo más mínimo me rayo la cabeza y le doy mil vueltas a la mínima tontería.

—Bueno, no te rayes. Toma, me he descargado una película, pero creo que tú la necesitas más.

---

—Bro, pensaba que ya no ibais a llegar —dice Javi.

Después de ver la peli de Gavi, que anda que podría haber elegido otra... "El diario de Noah", ¡Dios, qué vergüenza! Me he puesto a llorar a moco tendido, y Gavi se ha estresado porque no sabía qué hacer, así que él también se ha estresado. Hemos acabado los dos llorando y comiendo chocolate.

Al aterrizar, hemos ido hacia el hotel. El concierto no es hasta las ocho y media, así que hemos ido a la piscina del hotel. Todo ha sido genial.

No mientas.

Bueno, todo menos que Lamine me ha estado ignorando todo el rato.

Ahora ya son las siete, y estamos en el reservado VIP para el concierto.

Quién pudiera tener amigos ricos, ¿eh?

En el reservado nos hemos encontrado con los Buyers, dos youtubers de fútbol, y su sobrino, que es un año menor que yo.

—Pero estamos aquí, ¿no? Anda, dame un abrazo —dice Nico.

Nos saludamos entre todos, y en el momento en que me toca darle los dos besos a Alen (así se llama su sobrino), noto que es un poco más alto que yo, pero no mucho. Tiene ojos y pelo marrón y piel bronceada. Lleva un conjunto de chándal de Adidas.

—¿Y tú quién eres, nena? —pregunta.

¿Sabéis esas cosas que amas y odias a la vez?

Ejem, Lamine.

Bueno, esos son los apodos, porque hay apodos y apodos; de esos que te encantan y de esos que te dan ganas de tirarle a la cabeza una sartén. Pues "nena" es uno de esos.

Un clásico no muy clásicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora