Viviendo Entre Sombras

I

        INVIERNO EN EL CORAZON

Epoca de invierno y se despertaba en su caliente cama, abrio los ojos y busco el reloj en la mesa de noche,  11 : 15, si que era tarde, se removio un poco hasta quedar acostado mirando el techo, su cuerpo desnudo podia sentir un poco el frio que se colaba por alguna rendija de las ventanas, que diferente a la noche anterior en la cual el calor reinaba en la habitacion.

Si que fue una noche inolvidable, aun sentia los besos las caricias y el sudor recorrer su piel, entonces giro la cabeza a la derecha y la vio, una mujer pelirroja muy hermosa que dormia apaciblemente, su respiracion era tranquila y parecia tener buenos sueños porque sonreia, le dedico una ultima mirada y se levanto para ir directo a la ducha, sentia su piel salada y pegajosa vestigios de la noche anterior, asi que era urgente bañarse.

Abrio la ducha y en seguida sintio como su cuerpo era cubierto por el agua caliente que salia por las diminutas aberturas de la ducha, se deleito en el calor y frescura que le daba, esa era una de las pocas cosas que realmente disfrutaba, una vez limpio salio y se seco con una gran toalla naranja que se encontraba colgada en un perchero, despues se coloco una bata de igual color pero con bordes negros, y salio.

Atraveso el pasillo que dejaba atras el cuarto de baño y su habitacion, recorrio el lugar sin pararse a observar nada, salvo un hermoso cenicero de vidrio que se encontraba en la mesa de cafe, lo levanto y fue directo al balcon de la sala, deslizo la puerta de vidrio y salio, encendio un cigarrillo y se puso a fumarlo, sintio la gelida brisa acariciar su rostro, a pesar que hacia un horrible frio el no sentia molestia, es mas esa brisa casi le acariciaba el corazon otorgandole una paz inexplicable.

Se quedo alli apoyado a la baranda viendo el horizonte que constaba de algunos edificios y el parque central que se divisaba a lo lejos, pero el edificio que se alzaba imponente ante los demas era uno de color verde de unos veinte pisos, tenia curiosidad de saber que es lo que se hacia en aquel edificio y conocer a las personas que trabajaban en el, no porque tuviera algun interes en particular solo era simple curiosidad.

- Si te quedas mucho tiempo ahi te resfriaras - dijo aquella conocida voz femenina

Se dio la vuelta y la vio tan hermosa como siempre, y otra vez traia puesta     su camisa, se le veia tan bien que se vio tentado a sacarle una foto pero eso transgredia los terminos del acuerdo que tenian asi que se abstuvo de hacerlo.

- Si sigues fumando te enfermaras...¡ya cuidate mas Naruto! - le regaño aquella mujer

- Lo se, pero es un mal habito que no puedo dejar Sara...sabes que siempre fumo despues de tener sexo salvaje como el de anoche - contesto con una sonrisa maliciosa

- Nunca cambias...siempre tan directo, bueno me voy a bañar - dijo con un suspiro - Ya entra, no estare mas para cuidarte - le dijo severamente frunciendo el entrecejo

- Vaaale - contesto burlonamente

Apago el cigarro en el cenicero y entro cerrando la puerta de vidrio tras de si, mientras Sara se bañaba el se     cambiaba de ropa, abrio su gran closet y su mirada recorrio todas las ropas que alli habian, despues de unos segundos opto por vestir unos vaqueros negros, con una camiseta blanca y encima un sueter de punto con cuello en V cuyo color era azul, podia no ser muy abrigador pero ante todo jamas se debia perder el estilo.

Salio de su habitacion y asombrosamente Sara ya se encontraba vestida con un lindo vestido de color verde agua que le llegaba hasta las rodillas.

- Sientate en seguida hare el desayuno - le dijo con esa sonrisa tierna que poseia

Naruto se sento en el comedor esperando el delicioso desayuno que aquella mujer le prepararia, de todas las cosas la que mas extrañaria seria eso, los desayunos que le preparaba eran unicos y sabia que no encontraria a otra persona que los hiciera tan bien, dio un gran suspiro, al recordar que ese seria el ultimo dia que la veria.