Capitulo 18

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Rixel
Flashback

—¿Cuál es tu mayor temor? —preguntó con curiosidad.

Me llevé un dedo a la barbilla, dándole vueltas a la pregunta.

—Creo que mi mayor miedo es ser olvidado —respondí, con una seguridad que nunca había sentido antes.

Ella me miró fijamente, esos ojos azules perforándome el alma. Luego, se acercó y dejó un suave beso en mi mejilla.

—Entonces no temas, porque nunca te olvidaré.

—¿Lo prometes? —le pregunté, atrapado en sus ojos.

—Lo prometo.

Fin del Flashback

Desde que Kaia volvió a la ciudad, todo en mi vida se ha vuelto un jodido caos. Mi primito cree que él es el único que mantuvo el secreto de dónde estuvo viviendo estos últimos años, pero lo que él no sabe es que yo también hice mi parte. Aunque es cierto que él fue quien me avisó de su llegada, en mi defensa estuve fuera del país por una semana, y cuando regresé, ya se encontraba en la ciudad.

Por mucho tiempo tuve que mantenerme alejado; solo sabía de ella por Irene, su tía, con quien siempre he tenido una muy buena relación. Me costó un mundo encontrar dónde se la habían llevado, pero tras buscar sin parar, di con el pequeño pueblito y su estancia en él. Gracias a Irene pude llegar a ella el día de su ataque de pánico; de otra forma, me habría vuelto loco.

Saber que ella estaba de vuelta era una cosa, pero encontrarme con ella en el café ya era otra. Todo se descontroló cuando esos ojos azules como el mar más profundo me miraron.

En un principio no iba a acercarme, lo juro. Pero es que joder, verla tan cerca y no poder hablarle fue una de las peores cosas que experimenté en mi vida. Arriesgué mi vida a que derramara ese café sobre mí; si no hubiera sido helado, ahora mismo me estaría lamentando.

Lo cierto es que otra vez había quedado prendado por esos ojos azules que tanto me volvían loco, y si me porté como un total patán con ella, pero es que no sabía cómo reaccionar, y esa fue la única forma que se me ocurrió.

Ryan me culpa de exponerla, pero no es así; ya sabían de su presencia en la ciudad, y desde un primer momento mi intención no era llevarla a la cena, pero una vez que la vi, no pude resistirme a estar cerca de ella, y terminé haciendo una locura.

Lo peor del caso es que nunca imaginé que volviera a besarme; sus labios ya no eran inexpertos y mucho menos torpes. Sentí celos al pensar en aquel que sí pudo disfrutar de sus besos con plenitud.

Sentir su boca sobre la mía volvió a despertar esos sentimientos que por años tuve dormidos, y que me obligué a reprimir porque tenía la certeza de que jamás los volvería a experimentar. Pero obviamente, me estaba equivocando. Sus labios se sintieron deliciosos, dándome esa sensación de estar de nuevo en casa, como si no hubieran pasado años sin tenerla. Sentir su reacción hacia mí solo me confirmó que, aunque ella me había olvidado, su cuerpo no lo había hecho.

Saber que el idiota de mi primo la llevó a salir y luego enterarme de lo sucedido me asustó tanto como me indignó. Se llena la boca de decir que yo la expongo cuando fue estando con él que la lastimaron.

Cierro la ducha y me envuelvo en una toalla alrededor de la cintura. Durante esta semana estuve llamándola y enviándole mensajes, pero ella solo me ignora. Me vuelve loco no poder hacer más y solo conformarme con tan poco; odio que Ryan esté metiendo sus narices y me aterra pensar que pueda perderla, porque he sido un completo idiota desde que ella volvió.

Alguien golpea la puerta de mi apartamento con insistencia; no espero a nadie, pero con solo ese toque sé de quién se trata, así que me apresuro a abrir.
Harlyn se encuentra de pie bajo el umbral del marco, sus ojos hinchados, supongo, de tanto llorar. Es mi mejor amiga, aunque a veces sea una idiota. Llevamos varios años siendo amigos, y aunque siempre estuvo enamorada de mi primo, él de ella no; así que siempre se ha valido del compromiso arreglado que tienen para poder estar cerca de él.

No me importó que me viera con solo la toalla; sabía que no le gustaba verme de esa forma, nadie más lo hacía, a excepción de mi primo. La invité a pasar y, con mirada decaída, lo hizo. Fue directo al sofá del salón y se dejó caer, como si le hubieran quitado toda la energía.

—Déjame adivinar —dije, cruzándome de brazos—. ¿Otra vez mi primito, verdad?
Ella suspiró, y la forma en que frunció los labios me hizo saber que había acertado.

—Otra vez se enojó —respondió con voz cansada—. Pero te juro, esta vez no hice nada.

—¿Hasta cuándo vas a seguir así? —mi tono se tornó más duro de lo que quería. No soporto verla dañarse por alguien que no le corresponde—. Te estás haciendo daño y a él no le importa.

—¿Puedes hacer algo por mí? —pidió, esquivando mi reproche—. Por favor.
Me pasé la mano por el cabello, soltando un suspiro resignado.

—Lo que sea.

—Llévame a salir, como en los viejos tiempos. Necesito olvidar la mierda de vida que tengo, aunque sea por un rato.

No pude negarme. La tristeza en sus ojos me dolió más de lo que esperaba.

—Claro, espérame aquí. Me cambiaré y nos vamos. Conozco un lugar que te encantará.
Le sonreí y me dio una respuesta débil, pero auténtica. 

Tal vez salir y despejarme también me ayudaría a olvidar, aunque solo fuera por un rato, a mi pequeña de ojos azules.

Hellouuuuuu! 

Me imagino que tienen muchas preguntas, pero prometo que todas serán respondidas en cada capítulo. 

Espero que puedan ver un poco más de los sentimientos de nuestro "idiota secuestrador". Habrá más capítulos narrados por él, y créanme que entenderán muchas cosas que ahora estoy segura se estarán preguntando.

En el próximo capítulo habrá salseo, chic@s jajajaja, y espero que lo amen tanto como yo he amado escribirlo. Es de nuevo ese capítulo que me hace ilusión escribir. jajaja

Bueno, ya no doy más spoilers. jajaja Como siempre, déjenme sus lindos comentarios y teorías.

Los quiero un montón.

Bsss😘

M.G❤️✨

KaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora