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El amanecer en la mansión de Minho apenas despuntaba. Los primeros rayos de luz se filtraban a través de las enormes ventanas, bañando la habitación en una suave luz dorada. Minho se encontraba despierto, observando a Ji —quien dormía profundamente a su lado— con una expresión de diversión en el rostro. El alienígena, ajeno a las insinuaciones juguetonas de Minho durante la noche anterior, seguía completamente inmerso en su propio mundo. Minho se giró sobre su espalda, suspirando. Era como intentar coquetear con una roca... una adorable y encantadora roca que no entendía nada.

Sin embargo, la tranquilidad de la mañana se rompió abruptamente cuando la puerta principal de la mansión se abrió de golpe, acompañada por un estruendo de voces.

—¡Hyung! ¡¿Dónde estás?! —La voz despreocupada de Seungmin resonó por toda la casa, como si no existieran relojes ni conceptos de tiempo adecuado.

Minho apretó los ojos y maldijo entre dientes. Se olvidó de que sus hermanos habían prometido una "visita sorpresa". Claro, sorpresa para quien se olvidara de la conversación. Desde el vestíbulo, la calma voz de Sunghoon también se escuchó, aunque lo suficientemente fuerte para que Minho la percibiera desde la cama.

—Seungmin, deja de gritar. Seguro está durmiendo. Aunque, conociéndolo, no sería raro que estuviera despierto haciendo algo raro...

Minho no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa resignada. Sus hermanos, siempre tan impredecibles. Se volvió hacia Ji, que seguía profundamente dormido, ignorante del caos que estaba a punto de desatarse. Minho le tocó el hombro suavemente, susurrando en su oído.

—Ji, despierta. Mis hermanos han llegado, y... bueno, mejor que estés preparado.

Ji abrió los ojos lentamente, mirando a Minho con la confusión de alguien que aún no está seguro si sigue soñando. Parpadeó varias veces antes de sentarse bruscamente al escuchar un estruendoso grito de Seungmin:

—¡Hyung, ya vamos hacia tu cuarto si no sales en cinco segundos!

Ji lo miró con los ojos muy abiertos, claramente nervioso. Minho soltó una risa baja, disfrutando de la confusión del alien.

—Tranquilo, son... inofensivos. Solo... energéticos. —Minho se levantó de la cama y tomó a Ji de la mano—. Vamos, es hora de que los conozcas.

Mientras caminaban hacia el vestíbulo, Ji intentaba alisar su desordenado cabello, claramente incómodo. Minho, divertido, simplemente le dio unas palmaditas en la cabeza. Llegaron al vestíbulo, donde Seungmin y Sunghoon ya esperaban. Seungmin, con una sonrisa traviesa, fue el primero en romper el silencio.

—Vaya, hyung. —Su mirada se deslizó de arriba abajo por Ji—. Así que... ¿este es el chico lindo?

Ji lo miró sin comprender del todo el tono insinuante, aunque se sonrojo por el apodo, mientras Sunghoon, con su habitual expresión seria, simplemente inclinaba la cabeza en señal de saludo.

—Encantado de conocerte —dijo Sunghoon, sin cambiar su semblante—. Soy Sunghoon, el hermano más responsable, claro...

Minho puso los ojos en blanco mientras Seungmin soltaba una pequeña risa, dándole una palmada en la espalda a Ji, lo cual provocó que el alien tropezara hacia adelante.

—¡Hey! No lo asustes en su primer día, Lee Seungmin —regañó Minho, sacudiendo la cabeza. Ji, por su parte, se enderezó rápidamente, sonrojándose ligeramente por la atención repentina.

Después de la breve y caótica introducción, Minho sugirió que todos desayunaran juntos. Seungmin, como siempre, fue directo a la cocina, mientras Sunghoon lo seguía con un suspiro de resignación. Minho y Ji intercambiaron una mirada antes de seguirlos.

˚✧₊⁎★Alien☆.。o○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora