La mente de Vox estaba en otro lado.
En sus mensajes y fotos con el moreno, específicamente.
El pelinegro estaba desde que se despertó en la mañana tumbado en la cama; releyendo los mensajes que se intercambiaba con Alastor desde que el Profesor de historia le dio su número para cumplir con la promesa de enviarle fotos del acuario durante el viaje escolar.
Y, Dios, no podía apartar la mirada de esas fotos.
Alastor no sabía sacarse selfies, en todas ellas el rostro del hombre aparecía borroso, no completo o en su defecto tapado por otro objeto en el marco de la foto, pero eso solo hacía que la imagen del moreno al lado de un gran tiburón martillo fuesen más encantadoras.
El ambiente oscuro del acuario, con las luces azules y violetas reflejándose en los cristales de las peceras y en los ojos de Alastor mientras un gran tiburon toro le pasaba por encima en un túnel submarino. Las medusas bioluminiscentes danzando en un pequeño tanque a oscuras, haciendo lucir sus colores vibrantes. Los mensajes con elogios cuando Vox había contestado a los mensajes y fotos exhibiendo al propio Vark, al parecer a Alastor le había hecho especial gracia la pequeña figurita en el fondo del acuario con forma de televisión antigua.
Todo ello hizo sentir el pecho del hombre muy cálido. Y después se sintió horrorizado.
Bueno, Vox siempre había sido consciente de su sexualidad. Es decir, no siempre, pero un adolescente con ilimitado acceso a Internet y sin la correcta supervisión parental podía aprender mucho en poco tiempo.
Pero, a pesar de que encontraba a su propio género como atractivo, nunca había estado enamorado persé de otro hombre. Sólo había tenido dos novias hasta ese momento: una durante la secundaria con la que apenas duró 6 meses y otra en la universidad con la que salió por dos años, así que no era alguien experimentado ni mucho menos. Además de que sus dos parejas compartían una característica: chicas bondadosas y amables, que se apiadaban de él y su rostro deformado hasta que encontraban a otro pobre desgraciado y sus complejos de salvadoras las hacía saltar sobre los brazos de ese otro desdichado.
Pero ese no era el carácter de Alastor.
Aquel hombre parecía danzar bajo su propia sinfonía, te enseñaba los pasos básicos para que pudieras seguirle el ritmo y, cuando la charla se acababa y la música se esfumaba, te quedabas vacío, anhelando por el siguiente baile. O al menos así se sentía Vox cada vez que veía al moreno alejarse para continuar con su día.
Él era solo una pequeña, minúscula, fracción de la vida de Alastor, solo era un compañero de trabajo, y a duras penas porque durante todo el curso se habían llevado a matar. ¿Podía ser la euforia de que el verano estuviera cerca lo que estaba confundiendo a su cerebro? ¿Qué tan triste era enamorarse de alguien al que realmente no conoces solo por una muestra de amabilidad, seguramente condescendiente?
- Entonces... ¿Quieres follartelo?
Oh, Valentino. Siempre con su elegante prosa y elocuencia.
- ¡Joder, no! ¡Nunca dije...! ¡Ni siquiera se me había pasado por la...! ¡Joder, no quiero ni pensar en ello!
Era culpa suya, no tendría que haber recurrido a otro compañero de trabajo, pero Vox estaba desesperado. El pelinegro tenía con aquel profesor de artes una relación extraña; nunca concretaban nada, había una línea difusa que ninguno llegaba a cruzar: Vox por pavor y Valentino porque simplemente le gustaba jugar. Sin embargo, el de rastas moradas había terminado sentado en el regazo del contrario un par de veces; pero nada más.
Vox sabía que Valentino era mucho más experimentado que él ( cosa que nunca le reconocería, porque Vox le sacaba fácilmente unos 7 años al otro y sería humillante)
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Bajo la Misma Pizarra (Radiostatic/Staticradio)
FanficVincent Vox es un profesor de tecnología para la clase B de último año, que arrastra desde hace años malas experiencias por su propia vida estudiantil. Alastor es el tutor de la otra clase de último año y profesor de historia, con el que Vox lleva u...