13- Arcade

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De pronto fue consciente de lo que estaba haciendo, llevaba ya varios minutos llorando y gritando en el hombro de Juanjo. Él ni siquiera había abierto la boca, no había dicho nada, solo estaba allí sosteniéndole, dejando que se desahogara. Era la primera vez que se mostraba tan vulnerable con alguien que no fuera su hermana, sintió un poco de vergüenza cuando abrió la mandíbula y soltó el trozo de sudadera que tenía entre los dientes.

- Lo...lo siento, nose...

- No, no pidas perdón, ni se te ocurra.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, se había quedado casi sin fuerzas, después de haber soltado toda aquella tensión, se sentía mas libre que hace unos minutos, y el nudo del pecho no estaba tan apretado, pero es como si se hubiera quedado sin sangre en su cuerpo, el calor le abandonó y ese escalofrío comenzó a pasar a un leve tembleque.

Juanjo lo notó ya que aun le sujetaba por la cintura mientras lo miraba atentamente, para ver como reaccionaba. No lo pudo evitar, se quitó rápidamente la sudadera y se la metió por la cabeza al vasco, dejándole la capucha puesta. Le quedaba grande, pero realmente aquello no desentonaba demasiado, Martin siempre solía llevar camisetas con una o dos tallas más de lo debía.

- Sácame de aquí, por favor, no puedo...- Martin miró hacía la puerta de la salida de emergencias y se tapó la cara con las manos.

- Vamos- Juanjo le ayudó a levantarse al comprender que no sería capaz de volver allí dentro, no después de del ataque de ansiedad que acababa de presenciar.

Lo agarró por los hombros para guiarlo y que no perdiera el equilibrio, mientras él andaba a su lado con las manos en el el bolsillo de la sudadera y la cabeza gacha mirándose a los pies. La capucha le tapaba por completo, por lo que aquella postura le evitaría tener que cruzar la mirada con nadie.

No levantó la cabeza hasta que Juanjo lo hizo pasar a por una puerta y lo metió en un ascensor, reconocía aquel ascensor, en las últimas semanas había estado allí varias veces, siempre que Juanjo les había invitado a una noche de peli y palomitas. Se había tomado muy al pie de la letra lo de quedar varias veces en casa de unos u otros para hacer planes juntos. Si no era en casa de Juanjo, era en su casa o en la de Denna, iban cambiando.

- Venga vamos, coge una manta del sofá mientras te preparo algo caliente. ¿Tee o cola-cao?- Juanjo lo dirigió hacía el sofá de su piso, en una esquina tenía varias mantas bien dobladas, mullidas, y calentitas.

- No hace falta en serio...

- ¿Eliges o elijo?

- Cola-cao- Martin suspiró dándose por vencido y yendo a coger una de esas mantas, ya que el cuerpo seguía tiritando, no había forma de que se calmara.

Juanjo no tardo demasiado en volver de la cocina, traía entre sus manos una taza enorme y humeante entre sus manos, acompañado de una sonrisa.

- Toma, ten cuidado porque quema bastante, bebe poco a poco.

No le respondió, Martin sacó las manos de entre la manta para agarrar la taza y le dio un sorbo pequeño. Si que estaba realmente caliente, pero aquello hizo que por fin desde hacía mucho rato volviera a sentir calor en su interior. Cuando llevaba la mitad de la taza, la dejó en la mesa que tenía frente a él y se quedó mirando a Juanjo, el cual no le apartaba la mirada desde que se había sentado a su lado.

No era capaz de verbalizar ni un simple gracias, por lo que hizo lo único que en ese momento le apetecía, se dejó caer sobre el pecho de Juanjo, colocándose de nuevo la capucha para esconderse, sentía la necesidad de permanecer oculto, incluso de Juanjo.

Luz en mi oscuridad (JUANTIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora