Capítulo 3: La Sombra del Pasado

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Narrador: La noche había caído sobre la pequeña ciudad costera. Lucía y Diego, armados con el mapa y el libro, se dirigieron a la playa donde creían que el tesoro estaba escondido. La luna llena iluminaba su camino, pero una sensación de inquietud los acompañaba.

—Diego, ¿estás seguro de que este es el lugar?—Preguntó Lucia mirando alrededor.

—Según las indicaciones, sí. Pero algo no me cuadra. Este lugar parece demasiado tranquilo.—Respondió mientras consultaba el mapa.

Narrador: Mientras caminaban por la playa, notaron una cueva oculta entre las rocas. La entrada estaba cubierta de algas y parecía no haber sido tocada en años.

—Mira, Diego. ¿Crees que el tesoro podría estar ahí?—Habló Lucia mientras hacía una pregunta a Diego y señalaba una cueva.

—Solo hay una forma de averiguarlo. Vamos.—Habló Diego asintiendo.

Narrador: Entraron en la cueva con cautela, usando linternas para iluminar el camino. Las paredes estaban cubiertas de inscripciones antiguas y símbolos que coincidían con los del mapa.

—Estos símbolos… parecen contar una historia. Tal vez nos digan algo sobre el tesoro.—Dice Lucia tocando las inscripciones.

—Sí, pero están en un idioma que no reconozco. Necesitaremos descifrarlos.—Decia Diego examinando las paredes.

Narrador: De repente, un ruido sordo resonó en la cueva. Lucía y Diego se giraron rápidamente, pero no vieron a nadie. La tensión aumentaba con cada paso que daban.

—¿Escuchaste eso?—Preguntó Lucia en susurros.

—Sí. No estamos solos aquí.—Asintió

Narrador: Continuaron avanzando hasta llegar a una cámara más amplia. En el centro, había un cofre antiguo cubierto de polvo. Diego se acercó con cuidado y lo abrió, revelando un montón de pergaminos y joyas.

—¡Lo encontramos! Este debe ser el tesoro.—Gritó Diego sorprendido.

—Espera, Diego. Estos pergaminos parecen ser más importantes que las joyas. Podrían contener secretos valiosos.—Habló mientras miraba los pergaminos.

Narrador: Mientras examinaban los pergaminos, una sombra se movió detrás de ellos. El hombre misterioso que habían encontrado en la librería apareció de nuevo, esta vez con una sonrisa siniestra.

—Les advertí que no se metieran en mis asuntos. Ahora, pagarán el precio.—Habló el hombre misterioso con voz grave y molesta.

—¿Qué quieres de nosotros?—Interrogó Lucia mientras retrocedía con miedo.

—Quiero lo que me pertenece. Ese tesoro es mío, y no permitiré que nadie más lo tenga.—Decia el sujeto misterioso mientras se acercaba a ellos.

— No te dejaremos llevarlo sin luchar.—Emitió Diego mientras se ponía frente de Lucia.

Narrador: El hombre misterioso sacó una daga y se lanzó hacia Diego. En el último momento, Lucía encontró un antiguo amuleto entre las joyas y lo levantó. Una luz brillante emanó del amuleto, cegando al hombre misterioso y haciéndolo retroceder.

—¡No puede ser! ¡Ese amuleto…!—Gritó el sujeto misterioso.

—¿Qué es este amuleto?—Dijo Lucia sorprendida.

—Parece que hemos encontrado algo más valioso que el tesoro. Este amuleto tiene un poder que él teme.—Habló Diego mirando al hombre misterioso.

Narrador: Con el hombre misterioso temporalmente derrotado, Lucía y Diego sabían que su aventura estaba lejos de terminar. El amuleto era la clave para desentrañar un misterio aún mayor, y estaban decididos a descubrir la verdad.

Cuándo El Amor se acaba: Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora