capitulo 13:el sacrificio final

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Narrador: Lucía y Diego llegaron al templo oculto, guiados por el mapa proyectado por el corazón de cristal. El templo, antiguo y majestuoso, estaba cubierto de enredaderas y musgo, como si el tiempo hubiera intentado ocultar sus secretos.

—Este es el lugar —dijo Diego, mirando las inscripciones en las paredes—. Aquí encontraremos la verdad.

—Sí, pero debemos estar preparados para lo que venga —respondió Lucía, con una mezcla de determinación y temor.

Narrador: Entraron en el templo, y las luces clara y oscura a su alrededor comenzaron a brillar intensamente. Sabían que estaban cerca de descubrir algo importante. En el centro del templo, encontraron un altar con un antiguo libro de hechizos.

—Este libro debe contener las respuestas que buscamos —dijo Diego, abriendo el libro con cuidado.

Narrador: Mientras leían el libro, una verdad aterradora se reveló ante ellos. El amuleto tenía el poder de salvar la tierra, pero requería un sacrificio. Lucía, como portadora del amuleto, debía entregar su vida para activar su poder completo.

—No… esto no puede ser —dijo Diego, con lágrimas en los ojos—. No puedo perderte, Lucía.

—Diego, es la única manera —respondió Lucía, con voz temblorosa—. Debo hacerlo para salvar la tierra.

Narrador: Lucía se acercó al altar y colocó el amuleto en el centro. De repente, una energía oscura comenzó a rodearla, drenando su fuerza y vitalidad.

—¡Lucía, no! —gritó Diego, tratando de alcanzarla—. ¡No puedes hacer esto!

—Debo hacerlo, Diego —dijo Lucía, con lágrimas corriendo por su rostro—. Es mi destino.

Narrador: La energía oscura se intensificó, y Lucía comenzó a sufrir. Cada segundo era una agonía, y su cuerpo temblaba de dolor. Diego, impotente, solo podía observar con el corazón roto.

—¡Por favor, detente! —gritó Diego, con desesperación—. ¡No puedo perderte!

—Te amo, Diego —susurró Lucía, con su último aliento—. Siempre te amaré.

Narrador: Finalmente, la energía oscura consumió a Lucía por completo. Su cuerpo se desplomó en el suelo, sin vida. Su alma, brillante y pura, ascendió al cielo, dejando a Diego en un estado de completo shock.

—No… esto no puede estar pasando —dijo Diego, cayendo de rodillas junto al cuerpo de Lucía—. No puedo vivir sin ti.

Narrador: Diego abrazó el cuerpo sin vida de Lucía, llorando desconsoladamente. El templo, ahora lleno de una tristeza palpable, parecía resonar con el dolor de Diego.

—¿Qué voy a hacer sin ti? —susurró Diego, con la voz quebrada—. No puedo seguir sin ti.

Narrador: Mientras Diego lloraba, el templo comenzó a cambiar. Las paredes se iluminaron con inscripciones antiguas que contaban la historia del amuleto y su poder. Diego, aún en shock, trató de leerlas, buscando alguna esperanza.

—Debe haber otra manera… —dijo Diego, con desesperación—. No puedo aceptar esto.

Narrador: Pero las inscripciones solo confirmaban lo que ya sabían. El sacrificio de Lucía era necesario para activar el poder del amuleto y salvar la tierra. Diego, roto y sin rumbo, sabía que debía encontrar una manera de honrar su memoria y continuar su legado.

—Te prometo, Lucía —dijo Diego, con lágrimas en los ojos—. Encontraré una manera de seguir adelante. Haré que tu sacrificio no sea en vano.

Narrador: Con el corazón lleno de dolor y tristeza, Diego se levantó, decidido a cumplir su promesa. Sabía que el camino sería difícil, pero estaba dispuesto a enfrentarlo, llevando siempre el recuerdo de Lucía en su corazón.

Narrador: Mientras salía del templo, Diego sintió una presencia a su lado. Era Sombra, la criatura que Lucía había fortalecido. Sombra, ahora más poderosa que nunca, parecía entender el dolor de Diego y se quedó a su lado, como un guardián silencioso.

—Gracias, Sombra —dijo Diego, acariciando suavemente a la criatura—. No sé qué haría sin ti.

Narrador: Juntos, Diego y Sombra comenzaron su viaje de regreso, sabiendo que debían proteger la tierra y honrar el sacrificio de Lucía. Cada paso que daban era un recordatorio del amor y la valentía de Lucía, y Diego sabía que debía ser fuerte por ella.

—Voy a salvar este mundo, Lucía —dijo Diego, mirando al cielo—. Lo haré por ti.

Narrador: Con el corazón lleno de determinación y tristeza, Diego continuó su camino, sabiendo que la memoria de Lucía siempre estaría con él. El sacrificio de Lucía había salvado la tierra, y Diego estaba decidido a proteger ese legado, sin importar el costo.

Cuándo El Amor se acaba: Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora