Hija de la empleada- ElrubiusOMG

4° "Por favor acepta".

— ¿Si te muestro las tetas me dejarías ganar?.—

— Las tienes pequeñas, no valdría la pena.— impulso el mando arriba cuando salto.

— Me dices a mi o te la estas mirando.— ninguno mira al otro estamos tan concentrados.

— Para tu información la tengo grande y ya he visto tus tetas. Y no son unas grandes berzas que digamos.— pateó su mando mandándolo a volar al otro lado. Como las luces estan apagas no distingo donde esta.

— Lo siento.— me disculpó con voz falsa.

— Serás hija puta cephei.— se levanta disgustado para accionar el interruptor de la luz.

— ¡Que no me llames cephei!.— suelto mi mando.

— Pues haci te llamas tía, acostumbraste.— cuando la luz brilla miro el suelo.— Y se hizo la luz.—

— Ruben no me gusta mi nombre.— me levantó para ayudarlo.

— Lastima.— camina detrás de un montón de ropa.— ¡Lo encontre!.—

— ¿Hace cuanto no lavas ropa?.—

— La pregunta sería, ¿Hace cuanto no dejo que marlene entre en este cuarto.— marlene es otra de las empleadas, usualmente se encarga de la ropa, pues se le da bien quitar las manchas difíciles.

Ruben activa el mando y sigue jugando mientras camina de nuevo al sofá.

— Tramposo.— salto encima tomando mi mando.

16 muertes y 4 victorias después páramos.
Mientras doy vueltas en la silla especial con rueditas de Ruben el se dedica ha buscar algo en sus carpetas. Yo no entiendo mucho de tecnología o bueno computadoras.

— Toma.—

— ¿Me vas broncear los ojos o algo por el estilo?.— es una pantalla gigante con tiras de algodón.

— No, creó... Sólo pontelo quiero mostrarte algo.— mira la pantalla del ordenador antes de ponérmelo.— Cierra los ojos y no los abras hasta que te diga.— escucho los click.

— Pesa mucho.— lo sostengo con las manos sin abrir los ojos aún.

— Espera..., espera..., ya.— obedesco.

— ¡No!. Estas loco tio. ¡Es pokemon!.— extiendo las manos, es como si pudiera tocar las colinas que están a enfrente.

— Si mueves la cabeza podrás ver más.— escucho la voz de Ruben, como si fuera un dios o algo haci dentro de pokemon.

— Estas de coña.—

— No.— giro la cabeza Encontrándome con un pikachu.

— ¡Dios!, pi pika pi.— imito la voz de pikachu.— Es, e, es..., ¡De puta madre!.  Es como si pudiera tocarlo.— muevo la silla más cerca. Mis manos tocan la cara de Ruben.— Pikachu esta obeso.—

— Ja, Ja que graciosa.— un sonido chillón resuena dos veces.

— ¿Y eso?.—  bajo las manos por los brazos de el hasta sus manos.— ¿Tu telefono?.—

— Si....   Es mangel. — aleja las manos y me quita el mundo pokemon.

— ¡Oye no, devuelvemelo!.—

— Sal conmigo esta noche.— aleja mi mundo sobre su cabeza.

— ¿Que?,     no. Vamos dámelo sólo un rato más.—

— sal conmigo y té dejaré usarlo tanto como quieras.— oferta tentadora, dos cosas.

— Ah...— si por dios.— No se...—

— Hoy no tienes excusa, no tienes pinturas, ni trabajo que hacer, los creadores salieron, sólo tu, yo y otros cinco tipos.— sus ojos dicen "por favor acepta".

— Bien.—