Hija de la empleada- ElrubiusOMG

capitulo 6: huir...

Yo no sabía que los anillos son tan molestos. Bueno un poco. Siempre se esta enganchando en mi uniforme del trabajo y todos la miran como si en algún momento se fuera a caer de mi dedo. Estoy segura que sólo esperan eso para hacerse con el.

Cuando tomó mi descanso de 10 minutos en lañ parte trasera del local me dejó caer sobre las bancas acolchadas sin algún cuidado.
Me duelen los pies, hoy, hay tantas personas que no lo creó. No se compara con el día que vine a entregar el teléfono lidia. ¡Dios! ¡Todo el tiempo que tengo aquí y no he probado ni el agua de este lugar!, debe ser afrodisíaca.

Desabrochó los primeros dos botones de mi blusa y tomó una gran bocanada de aire. Pix entra haciendo lo mismo que yo. Pix es una chica pelirroja muy linda de ojos verde y una delantera por la que Rubén haría todo un mar de baba, no se cual es su nombre todas la llaman pix.

— Hola. —
Pasa por mi lado y se coloca abriendo su casilla.

— Hola. —
Respondo secamente.

— ¿Hoy no vino rubius?. —

«Asi que lo conoces»

De alguna manera ahora estoy celosa.

— No, tiene muchas cosas que hacer. —
Me he vuelto experta en mentir y eso esto o decir qué probablemente aun este dormido, exhausto y satisfecho después de un mes.

— ¿Y sabes algo de lidia?. —

— No... Creó que esta enferma. —
¡Boom!... Sip nadie sabe sobre esto... Ni siquiera la familia de lidia o la de jeb ha excepción de mi y Rubén claro.

El turno es cansado y hoy cerramos tarde.

~ ¿Reservan mesas? ~
Recibo un mensaje de Rubén antes de salir.

— Ni idea. —
Digo para mi misma.

Salgo del área de casilleros y paso por la cocina.

— ¡Daniel!. —
Grito mientras sigo hacia la puerta.

— ¡Dime!. —

— ¿Reservan mesas?. —
Pasa a mi lado.

— No es común, pero si. —

— Reserva una mía. —
Me paro a su lado.

— Bien, en marcha. —

Cuando cae el sol Rubén esta en la puerta esperando por entrar... con mangel, willy, vegetta y alex.

Recibo a Rubén en la puerta y le digo donde esta su mesa.
Se supone que no debo hacerlo pero los acompañó hasta la mesa y hay me quedó esperando sus órdenes.

— Dejad de mirarla tanto, cabrones. —
Se queja Rubén haciéndome gracia. De pronto siento su mano subiendo por mi pierna en la parte de atrás.
Golpeó su mano y preguntó con una sonrisa forzada y mirada de "Aquí no y lo sabes" :

— ¿Que van a ordenar?. —

— Un celoso caliente, por favor. —
Dice alex mirando a Rubén.
— Manchó, eres imparable. —
Le réplica con cara de pocos amigos y dejando en claro que al menos el se dio cuenta de su movimiento.

— Si, tuvieras mis vista harías lo mismo, pequeño alex. —
Okay... Basta. Le quitó el menú de la mano y lo golpeó antes de alejarme.

∆∆∆

— Me humillaste. —
Le digo a Rubén cuando se deja caer a mi lado en su cama.

— No es verdad, nadie lo notó. —