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El ambiente oscuro y silencioso del estudio apenas iluminado por una sola lámpara, era interrumpido por los gemidos roncos de los amantes desnudos que estaban entregándose a las mieles del deseo y el placer, aquello no era nada parecido al amor, aquello era sexo, sexo rudo, sexo puro el chico pelinegro gritaba desesperado

_ Más… aggg así!

_ ahh! Billy, demonios me enloqueces cuando gritas así

_ vamos Geo montame más rudo sabes que me encanta que me folles así

El pelinegro babeaba al sentir las estocadas del castaño sobre su ser, Georg listing perdía la cabeza con Bill el pelinegro se le había vuelto una adicción peligrosa, Pero de la que se veía imposibilitado de abandonar, poseer el cuerpo de Bill era el mejor infierno.

Bill se recostaba sobre la mesa de juntas dejándole a su compañero de fantasías y de grupo una exquisita vista de su culo que era partido en dos por las desenfrenadas penetraciones y él las disfrutaba bastante, era como si no hubiera fuerza suficiente para su insaciable apetito sexual, Bill era incansable y muy demandante.

_ aggg! si vamos Geo dame más

Bill comenzó a masturbarse mientras Geo era arrastrado por los deseos de su amante

Apretó su blanca nalga para después golpearla con mucha fuerza dejando su mano marcada en un color carmín sobre la blanca piel de Bill, el pelinegro gimió más fuerte provocando que se pusiera aún más caliente, se giró rompiendo la penetración de golpe, Geo odiaba cuando Bill hacia aquello pues lo lastimaba Pero a Bill parecía no importarle pues cuando el pelinegro veía la mueca de dolor del mayor solo sonreía regocijándose por el dolor provocado. Fue hasta el castaño empujándolo hasta el sillón haciendo que él se sentará

_ ahora te voy a montar yo cariño

Bill abría sus piernas y se colocaba en el regazo de Geo quien a pesar del momentáneo dolor seguía tan duro de solo ver la silueta de Bill apenas iluminada por la pequeña lámpara que había en la mesita que tenían a un lado. El pelinegro se acomodo y de un solo movimiento tomó el grande miembro que tenía Geo para apoyarlo sobre su entrada y dejarse caer de golpe, provocando en el castaño un gruñido haciendo que este enterrará las escasas uñas en su cintura. iniciando así una cabalgata desbocada, cada vez más ruda y justo antes de que ambos llegaran al éxtasis  Bill tomaba el cuello de Geo presionando lo justo para hacerlo llegar al orgasmo y él junto al castaño

Ambos terminaban cansados bañados en sudor, Pero Bill no era de arrumacos así que en cuanto se componía y terminaba su cigarro comenzaba a vestirse ante la mirada de su amante.

_ Bueno Geo, nos vemos mañana para terminar de ajustar lo que quedó pendiente, ¿vendrás con Sussane?

A Geo le molestaba la pregunta pues sabía que Bill en ocasiones coqueteaba con la chica y eso le molestaba Pero no por ella, el castaño no quería compartir a Bill con nadie

_ ¿ para qué quieres que venga?

Bill sonreía sabiendo que había conseguido justo lo que buscaba, se encogió de hombros

_ Tal vez un día la podemos invitar…

_ ¿Estás de juego no?

Decía el mayor molesto, Bill podía tocarle las pelotas en un momento

_ solo digo que sería interesante estar con los dos Geo

_ ¡Estás loco! Sentenció molesto el mayor

_ puede ser Geo y me encanta ponerte así, me excitas mucho

_ no se que coño Hago contigo

Decía el mayor que había comenzado a vestirse molesto

Bill se acercó a él y le sujetó con fuerza la cara mirándolo a los ojos, esto provocaba en Georg listing mil deseos que terminaban en una erección

El pelinegro paso la lengua en los labios del mayor y acercándose lo justo le dijo

_ haces lo que a ella no le haces, haces lo que yo quiero que hagas y que tú haces porque lo deseas. Conmigo no te hagas el santo Geo que se muy bien que te encanta esto

Lo beso apasionadamente y Geo que de nuevo estaba empalmado lo atrajo restregando su miembro sobre Bill pero este lo apartó de un empujón.

_ No Geo me acabas de quitar las ganas de jugar, odio cuando te pones tan santurrón

Se dió la vuelta y salió del estudio dejando a su amante lleno de ganas, el pelinegro salió del edificio, ya era de madrugada, encendió otro cigarrillo y fue hasta su auto, lo arrancó y comenzó a manejar hasta casa de su madre, odiaba aquella casa porque aún cuando habían pasado años de su partida todo le recordaba a él, llegó y se estacionó fuera levantó la mirada y fijó su vista hasta aquella habitación. Apretó las manos en el volante

_ maldito Tom…

Imágenes de recuerdos que dolían lo atacaron como miles de cuchillas cercenando su alma, sus ojos le comenzaron a picar tratando de retener las lágrimas hacía más de tres años que no se sentía así, no desde que había decidido independizarse de casa de su madre, una casa que le asfixiaba por cada uno de los secretos que le mataron el alma. Una casa donde la vida le obligaba a regresar después de que su madre fuera diagnosticada con cáncer de mama, el había vuelto para estar con su madre, para cuidar de ella pero eso también significaba que el regreso de Tom estaba cerca.

Una lágrima cayó por su perfecto rostro

_ Maldito… que mi cuerpo oculte lo débil que es mi corazón, cuando regreses caminaré erguido frente a ti como si las cicatrices no dolieran, como si las grietas de mi pecho no sintieran cada paso que me lleva lejos de ti, me construí una armadura hecha de sonrisas prestadas y palabras medidas, porque el mundo no tiene tiempo para corazones rotos, porque tú no tuviste tiempo para mí corazón roto.

_ cuando vuelvas yo seré tu condena.

_ cuando vuelvas yo seré tu condena

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