Percy Jackson siempre había sido diferente, pero a los catorce años, su vida dio un giro inesperado. Una noche, mientras caminaba por las calles oscuras de Nueva York, una extraña sustancia negra se deslizó sigilosamente hacia él, envolviendo su cue...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Percy Jackson tenía solo once años cuando su vida cambió para siempre. Era una tarde fría en Nueva York y Percy caminaba solo por las calles, intentando aclarar su mente después de una discusión en la escuela. A medida que avanzaba, no podía sacudirse la sensación de que algo lo estaba observando.
De repente, algo negro y viscoso surgió de las sombras, moviéndose con una velocidad asombrosa. Antes de que pudiera reaccionar, la sustancia lo envolvió, cubriendo su cuerpo como una segunda piel. Percy luchó y gritó, pero el simbionte, Venom, era demasiado fuerte. En un abrir y cerrar de ojos, la oscura entidad se fusionó con él, susurrando en su mente.
Soy Venom - decía la voz, resonando dentro de su cabeza. -Ahora somos uno. Te ayudaré a proteger a quienes amas.
Percy sintió una oleada de poder recorriendo su cuerpo. Su fuerza aumentó, sus sentidos se agudizaron y una oscura energía lo rodeó. Al principio, el miedo lo consumió, pero pronto comprendió que Venom no buscaba dañarlo, sino protegerlo.
-¿Por qué yo? - preguntó Percy en su mente, tratando de entender.
-Porque eres especial - respondió Venom. -Eres un semidiós, hijo de Poseidón. Conmigo a tu lado, nadie te hará daño.
—¿Hijo de Poseidón? Eso es imposible —negó Percy, sacudiendo la cabeza en incredulidad—. ¿Cómo podría ser cierto?
—Es la verdad, Percy —dijo Venom, su voz resonando en su mente—. Los signos siempre han estado ahí, solo que no los habías visto. El poder del mar fluye en tus venas.
Percy sintió una mezcla de asombro y confusión. Siempre había sospechado que era diferente, pero esto era mucho más de lo que podía haber imaginado. —¿Entonces, todo lo que he sentido, todo lo extraño que me ha pasado...?
—Todo eso tiene sentido ahora —respondió Venom—. Y juntos, somos más fuertes. Podemos proteger a tu madre, y a ti mismo, de los peligros que acechan en las sombras.
Percy respiró hondo, tratando de asimilar la nueva realidad. —Está bien. Si esto es cierto, entonces tengo que aprender a usar estos poderes. No solo por mí, sino por mi madre.
Venom pareció sonreír dentro de su mente. —Esa es la actitud correcta, joven semidiós. Te enseñaré a dominar tus habilidades, y juntos, seremos imbatibles.
Percy miró sus manos, sintiendo el nuevo poder fluir a través de él. —Está bien, Venom. Vamos a hacerlo. Por mamá.
- —¿Y entonces... eres un parásito? —preguntó Percy, su voz llena de curiosidad y una pizca de temor.
La voz de Venom resonó en su cabeza, claramente molesta y ofendida. —¡No soy un parásito! —rugió Venom—. Soy un simbionte. Nos beneficiamos mutuamente. Te proporciono fuerza y habilidades, y a cambio, tú me das un hogar y supervivencia. -¡ Diculparse!
Percy sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero también una extraña sensación de entendimiento. —Lo siento, Venom. No quise ofenderte. Solo intento entender cómo funciona todo esto.
—Acepto tus disculpas, Percy —respondió Venom, su tono suavizándose un poco—. Pero debes recordar que somos un equipo. Juntos somos más fuertes que cualquier amenaza.
Percy asintió, comprendiendo la magnitud de su nueva realidad. —Está bien, Venom. Trabajaremos juntos. Pero tienes que prometerme que protegeremos a mi madre antes que nada.
—Es un trato —dijo Venom con determinación—. Cuidaremos de tu madre y de ti. Y no permitiré que nadie te haga daño
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
