A la mañana siguiente, Quirón trasladó a Percy a la cabaña tres. No tenía que compartirla con nadie. Tenía toda una habitación para sus cosas: , un set de ropa de repuesto y una bolsa de aseo. Se sentaba en su propia mesa, seleccionaba todas sus actividades, mandaba apagar las luces cada vez que le daba la gana y no escuchaba a nadie más.
Y era totalmente miserable.
Justo cuando había empezado a sentirse aceptado, a sentir que tenía un hogar en la cabaña once y que podía ser un chico normal – o tan normal como puede ser uno cuando es mestizo – lo habían separado como si tuviera alguna rara enfermedad.
Nadie mencionaba a Cancerbero (el perro guardián del infierno), pero Percy tenía el presentimiento de que todos hablaban a sus espaldas. El ataque había espantado a todo el mundo. Envió dos mensajes: uno, que él era el hijo del Dios del Mar; y dos, que los monstruos no pararían hasta matarlo. Ellos podrían incluso invadir un campamento que siempre había sido considerado seguro.
Venom, sintiendo su tristeza y aislamiento, susurró en su mente:
—Percy, sé que te sientes solo ahora, pero no olvides que me tienes a mí. No importa lo que digan o piensen los demas de ti
Percy pasó varios días en soledad, todos se alejaban de él. Percy podía jurar que algunos lo miraban con miedo. No sabía si era por ser hijo de Poseidón o por la paliza que le dio al hijo de Ares.
Cada día se sentía más aislado, la cabaña tres se había convertido en una prisión de lujo. No importaba cuánto intentara acercarse a los demás campistas, siempre había una barrera invisible que lo separaba de ellos. Esa soledad comenzaba a pesarle en el corazón.
Una noche, mientras contemplaba el reflejo de la luna en el lago, Percy no pudo evitar pensar en su madre. Recordaba los momentos sencillos pero cálidos que habían compartido, la seguridad que siempre había sentido en su hogar.
—Ojalá pudiera volver a casa —murmuró, su voz apenas audible.
Venom, siempre presente en su mente, trató de consolarlo.
—Percy, no estás solo. Me tienes a mí. Y aunque las cosas sean difíciles ahora, recuerda que eres más fuerte de lo que crees.
Percy suspiró, apreciando las palabras de Venom, pero el anhelo por la calidez de su hogar seguía presente.
ESTÁS LEYENDO
VENOM -- Percy Jackson y venom (Perisse)
FanfictionPercy Jackson siempre había sido diferente, pero a los catorce años, su vida dio un giro inesperado. Una noche, mientras caminaba por las calles oscuras de Nueva York, una extraña sustancia negra se deslizó sigilosamente hacia él, envolviendo su cue...