Percy Jackson siempre había sido diferente, pero a los catorce años, su vida dio un giro inesperado. Una noche, mientras caminaba por las calles oscuras de Nueva York, una extraña sustancia negra se deslizó sigilosamente hacia él, envolviendo su cue...
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Percy suspiró aliviado después de correr varios metros. Había notado que su madre estaba más cansada de lo normal por culpa de su trabajo, y eso le preocupaba. Toda su vida, ella había estado cuidando de él y enfrentando a Gabe y los monstruos. Ahora, sentía que era su turno de hacer algo por ella.
--- ¿crees que podamos cumplir el sueño de mamá de ser escritora ahora que no tiene que preocuparse tanto por mi seguridad gracias a ti?
Dijo, recostándose en el suelo del bosque y mirando hacia el cielo nublado.
Venom tarareó en su mente, como solía hacer cuando estaba pensando profundamente.
—Creo que sí, Percy. Tal vez podamos agarrar algo de lo que escribe mamá Sally y presentarlo a una editorial.
—¿Tal vez preguntarle a tía Annie? ¡Ya sé! Vamos a buscar el libro que mamá escribió hace años, hacemos una copia y se la mostramos a una editorial.
Percy sintió una chispa de esperanza. Se puso de pie y comenzó a caminar hacia casa, con Venom animándolo en cada paso.
—Necesitamos asegurarnos de que el libro esté en perfectas condiciones. Revisaremos cada página y haremos las correcciones necesarias, dijo Percy con determinación y sin más corrio en dirección a su casa tomando impulso antes de que venom tomara el control por completo y con un salto alejándose varios metros facilitando la llegada a su casa .
Percy, emocionado, irrumpió en el departamento casi tumbando la puerta. Se concentró en buscar aquel libro, el cual encontró después de que él y Venom casi destruyeran media casa. No entendía cómo su madre siempre encontraba todo tan fácilmente.
Cada vez que él perdía algo y no lo encontraba, ella aparecía y lo hallaba como si nada. ¿Sería un superpoder? No tenía idea.
—Bendito libro, mira cómo me costó encontrarte—se quejó Percy, mientras agarraba dinero y dejaba una nota a su madre. Tomó un taxi hacia el trabajo de Annie.
El viaje fue todo un espectáculo. El conductor parecía estar peleando con su esposa por teléfono, y Percy no pudo evitar escuchar toda la conversación. ¡No era un chismoso! Simplemente tenía curiosidad. Al parecer, ella lo acusaba de serle infiel, y el conductor insistía en que estaba trabajando.
La discusión se acaloró tanto que Percy tuvo que intervenir. Habló con la mujer por teléfono, intentando calmarla, pero quedó casi sordo por los gritos que ella pegaba. Finalmente, llegaron al destino y Percy, aún algo aturdido por la experiencia, agradeció al conductor y se dirigió hacia el edificio donde trabajaba Annie.
Una vez dentro, se sintió más tranquilo. Subió las escaleras de dos en dos, ansioso por compartir su plan con Annie. Cuando llegó a su oficina, la encontró revisando unos documentos. Annie levantó la vista y sonrió al ver a Percy.
—¡Percy! ¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendida.
—Annie, necesito tu ayuda—dijo Percy, extendiendo el libro hacia ella—. Quiero cumplir el sueño de mamá de ser escritora. Venom y yo pensamos que podríamos presentar su libro a una editorial, pero necesitamos hacerle algunas correcciones primero. ¿Podrías ayudarnos?
