capitulo 11

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El tan esperado día finalmente había llegado: el inicio en la Universidad de Élite. Alastor despertó temprano, lleno de una mezcla de emoción y nerviosismo que no pudo sacudirse durante toda la mañana. Sabía que este sería el comienzo de una nueva etapa, y aunque sentía orgullo por haber ingresado, también estaba consciente de los desafíos que lo aguardaban. Su madre lo despidió en la puerta, dándole un abrazo largo y lleno de afecto.

—Cuídate, hijo. Y no olvides que siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase —le dijo, con una sonrisa tierna, mientras le acariciaba la mejilla.

Alastor asintió, intentando no mostrar la ansiedad que lo invadía. Sabía que este nuevo mundo no iba a ser fácil, pero estaba decidido a dar lo mejor de sí mismo.

La universidad estaba llena de actividad. Cientos de estudiantes, tanto de primer como de segundo año, llegaban con maletas, cajas y pertenencias mientras se acomodaban en los dormitorios. Era un ambiente vibrante, pero también intimidante. Alastor, siendo el único doncel que ingresaba a la carrera de Ingeniería Mecánica, sentía que todas las miradas estaban sobre él, como si destacara entre la multitud, aunque la mayoría de los estudiantes estaban demasiado ocupados con sus propios asuntos.

La situación comenzó a complicarse cuando llegó el momento de asignar las habitaciones. Todos los estudiantes de primer año compartirían cuarto con alguien de segundo año, como una forma de facilitar la integración y ayudar a los nuevos a adaptarse. Sin embargo, cuando llegó el turno de Alastor, la distribución no fue tan sencilla.

—¿Dónde lo ponemos? —se preguntaban los encargados mientras revisaban las listas.

Alastor, que escuchaba la conversación desde un rincón, trataba de disimular su incomodidad. Sabía que, siendo un doncel, las reglas eran un poco más rígidas cuando se trataba de compartir habitación con varones. Las normas de la universidad indicaban que, en general, no era "apropiado" que los donceles compartieran espacio con hombres, para evitar posibles situaciones comprometedoras. Pero el problema era que no había habitaciones individuales disponibles.

—¿No podemos ponerlo en una habitación vacía? —sugirió uno de los encargados.

—No hay más habitaciones disponibles. Ya están todas ocupadas —respondió otro.

Mientras el debate continuaba, Alastor intentaba mantener la calma. Su incomodidad era evidente, pero no quería causar problemas ni ser visto como una complicación para los encargados. Sabía que cualquier decisión que tomaran estaría fuera de su control, pero eso no hacía que la situación fuera menos tensa.

Finalmente, luego de varios minutos de deliberación, se llegó a una decisión.

—Alastor, compartirás habitación con Zestial —dijo uno de los encargados, señalando el nombre en la lista.

Zestial era un estudiante de segundo año, un varón al que no conocía, pero Alastor no tenía más opción que aceptar. Con un pequeño asentimiento, recogió sus cosas y se dirigió a la habitación asignada.

En el camino, no podía evitar sentirse un poco nervioso. No sabía qué esperar de su nuevo compañero de cuarto. ¿Sería uno de esos tipos que se reirían de él por ser doncel? ¿O quizás alguien desordenado y descuidado que no respetaría su espacio personal? Todo tipo de ideas pasaban por su mente, mientras caminaba hacia el edificio de dormitorios.

Al llegar a la habitación, Alastor se detuvo un momento frente a la puerta, tomando aire antes de entrar. Esperaba encontrar un cuarto desordenado, lleno de cosas esparcidas por todas partes, pero para su sorpresa, el lugar estaba limpio y ordenado. Las camas estaban impecables, y el escritorio y las estanterías estaban bien organizados. Nada era como se lo había imaginado.

En una de las camas, un joven estaba recostado, leyendo un libro. Debía ser Zestial. Alastor lo observó un segundo antes de aclararse la garganta.

—Hola... soy Alastor. —Se presentó, tratando de sonar lo más natural posible.

Zestial levantó la mirada del libro y lo miró durante un segundo, antes de responder con un tono neutro, pero educado.

—Hola. Soy Zestial. Bienvenido.

No hubo ningún gesto de emoción ni una cálida bienvenida, pero al menos no hubo rechazo ni burlas, lo que fue suficiente para Alastor. Zestial volvió a su lectura, dejando a Alastor con la sensación de que su nuevo compañero de cuarto, aunque algo distante, no parecía ser alguien con quien tendría problemas... al menos no de inmediato.

Con todo el día por delante, Alastor comenzó a desempacar sus pertenencias, colocándolas cuidadosamente en el armario y organizando su escritorio. Mientras lo hacía, no podía evitar observar a Zestial de reojo. El segundo año no parecía interesado en entablar conversación, lo que, de alguna forma, alivió a Alastor. Prefería tener a alguien tranquilo y reservado como compañero, en lugar de alguien que intentara hacerle la vida imposible desde el primer día.

Una vez que terminó de acomodar todo, decidió salir a conocer un poco más de la universidad. Quería explorar los edificios, los laboratorios y los espacios comunes, para familiarizarse con el lugar antes de que comenzaran las clases. La Universidad de Élite era enorme, y aunque le intimidaba un poco perderse, sabía que tarde o temprano tendría que aprender a moverse por ella.

Antes de salir, se colocó la pulsera que su madre le había dado. Ese pequeño gesto le dio algo de confianza, recordándole que, aunque estaba solo en un nuevo entorno, no lo estaba del todo. Llevaba consigo el amor y el apoyo de su familia.

Zestial ni siquiera levantó la vista cuando Alastor salió de la habitación, lo que le permitió al doncel irse sin más interrupciones. Afuera, el campus estaba lleno de vida, con estudiantes de todas las carreras y años recorriendo los pasillos y jardines. Alastor caminó por los distintos edificios, sintiendo una mezcla de emoción y nervios por lo que estaba por venir.

"Esto es solo el comienzo", pensó. "Voy a hacerlo bien. No importa lo que piensen los demás".

Y así, con esa determinación, Alastor comenzó a explorar su nuevo hogar, preparándose mentalmente para lo que sería el desafío más grande de su vida hasta el momento.

Doncel [Static-Radio]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz