capitulo 15

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Alastor llegó al tercer día de clases sintiendo una mezcla de cansancio y fastidio. Mientras se arreglaba frente al espejo, su mente divagaba en pensamientos que lo incomodaban cada vez más. Tal vez, si hubiera seguido el camino tradicional para los donceles, ahora estaría en un ambiente mucho más sencillo. Se imaginó levantándose con una melodía suave, preparándose para ir a clases de etiqueta, donde aprendería a cómo verse presentable, a cómo lucir su figura con gracia, servir el té correctamente, y a reírse delicadamente en las situaciones adecuadas... 

-No, definitivamente no -murmuró para sí mismo, sacudiendo la cabeza.

A pesar de todo, le gustaba el lugar donde estaba. Su carrera, aunque difícil, era desafiante y lo mantenía curioso. Ese era el tipo de vida que quería. Con ese pensamiento en mente, completó su rutina, tomándose más tiempo para maquillar sus ojos y asegurarse de que olía bien. Ese pequeño ritual le daba confianza, algo que sentía que necesitaba más que nunca.

Cuando llegó al aula, aún faltaban diez minutos para que comenzara la clase de Charlie. El lugar estaba vacío, salvo por la máquina de ayer, ese "ventilador" gigante que no podía quitarse de la cabeza desde que lo vio por primera vez. Alastor se sentó en el medio del aula, pero su mirada fue inevitablemente atraída hacia la máquina.

Había investigado sobre ella la noche anterior, estudiando su mecanismo a lo más cercano que había encontrado y lo poco que recordaba de la clase. Según la profesora, estaba dañada y obsoleta, pero él había encontrado detalles que lo hicieron pensar que no era tan difícil de reparar. Solo necesitaba algo de trabajo y herramientas. Una idea empezó a formarse en su cabeza. Si lograba repararla, todo cambiaría. Sería visto de otra manera, incluso podría ganarse el respeto de sus compañeros y profesores.

-¿Por qué no? -se dijo en voz baja.

Lleno de una nueva determinación, se levantó rápidamente de su asiento y se dirigió a la máquina. Observó a su alrededor para asegurarse de que aún estaba solo, y luego se acercó al escritorio de la profesora. Había herramientas básicas ahí, suficientes para lo que necesitaba. Agarró algunas de ellas sin pensarlo mucho, con las manos temblando ligeramente por la emoción.

-Bien, aquí vamos -murmuró.

Abrió una pequeña compuerta en el costado de la máquina y se metió de la cintura hacia arriba en el interior del "ventilador". Comenzó a revisar las partes dañadas, ajustando tuercas, reconectando cables y asegurándose de que todo estuviera en su lugar. El sonido metálico resonaba suavemente en el aula vacía mientras trabajaba con rapidez.

Encontró una pequeña puerta en el costado de la máquina, justo lo suficientemente grande como para que pudiera meter la mitad superior de su cuerpo. Se arrodilló y, con cuidado, deslizó el panel hacia un lado. El aire polvoriento le dio la bienvenida cuando asomó la cabeza dentro del armazón metálico.

Era más compleja de lo que pensaba. La cantidad de cables, engranajes oxidados y piezas sueltas lo hicieron sentirse intimidado por un momento. Pero se recordó a sí mismo que había investigado sobre este tipo de dispositivos la noche anterior. Con un poco de suerte, y algo de paciencia, podría arreglarlo.

-Si lo hago bien... -pensó, empezando a desmontar una parte de la estructura-, puede que esto cambie todo.

Tomó un destornillador y comenzó a ajustar algunos de los tornillos flojos. Luego, fue probando las conexiones de los cables. Los engranajes estaban trabados por óxido, pero eso podía arreglarse con un poco de lubricante. Alastor trabajaba rápido pero con cuidado. Sus movimientos eran precisos, aunque la ansiedad comenzaba a hacer mella en su mente. ¿Y si lo atrapaban? ¿Y si la profesora Charlie se enojaba por haber tocado su preciada máquina?

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: 3 days ago ⏰

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