capitulo 6

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Alastor regresó a casa después de un día lleno de tensión y desgaste físico. Su andar era lento, y aunque intentaba mantener la compostura, con cada paso que daba, su confianza se desmoronaba un poco más. El recuerdo de las miradas de burla, los murmullos, y su propio desempeño en las pruebas físicas lo atormentaban. Sabía que había dado todo de sí, pero también era consciente de sus limitaciones, especialmente en comparación con los demás varones que, sin mucho esfuerzo, superaron las pruebas.

Cuando llegó a la puerta de su casa, respiró hondo antes de entrar. Su madre lo esperaba con una sonrisa radiante, llena de amor y orgullo. Había preparado una cena especial, sin importar si había logrado ingresar a la universidad o no. Para ella, el simple hecho de que su hijo hubiera llegado tan lejos era motivo de celebración.

-¡Alastor! -exclamó ella con entusiasmo, acercándose a darle un abrazo-. He preparado tu comida favorita. Hoy celebramos, sea cual sea el resultado.

Pero, en lugar de la alegría que su madre esperaba, lo único que Alastor pudo hacer fue romper en llanto. Las lágrimas se derramaron de sus ojos antes de que pudiera contenerlas. Todo el esfuerzo, el miedo y la frustración acumulada durante meses de preparación y el duro día finalmente lo alcanzaron. Se dejó caer en una silla, cubriéndose el rostro con las manos mientras sollozaba incontrolablemente.

-¿Qué pasó, cariño? -preguntó su madre con preocupación, tomándolo de los hombros y mirándolo directamente a los ojos-. ¿Te fue mal? ¿Te dijeron algo?

Alastor intentó hablar, pero no pudo articular palabra. El peso del día, el juicio constante por ser un doncel en un mundo donde los varones dominaban, y la incertidumbre del resultado final lo abrumaban.

-No lo sé, mamá... -respondió Alastor entre sollozos, intentando recomponerse-. Lo intenté... lo di todo, pero creo que no fue suficiente. Todos me miraban... como si no perteneciera allí. Soy el único doncel que se presentó, y... -hizo una pausa, incapaz de seguir hablando, mientras las lágrimas continuaban cayendo-. Fue tan difícil.

Su madre lo abrazó con fuerza, acariciando su cabello con amor. -No importa lo que piensen los demás, Alastor -le dijo con voz suave-. Lo importante es que diste lo mejor de ti. No todos tienen el valor que tú tuviste para presentarse a esa prueba. Estoy tan orgullosa de ti, sin importar el resultado. Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase.

Alastor se hundió en ese abrazo, buscando consuelo en las palabras de su madre, aunque en el fondo, el miedo de no haber sido lo suficientemente bueno seguía latente. No podía evitar pensar en lo que vendría después, en lo que significaría si no lograba ingresar. Sabía que la sociedad no era amable con los donceles que intentaban salir de los roles establecidos, y eso lo aterraba.

Mientras Alastor luchaba con sus emociones, en otro rincón de la ciudad, Vicent regresaba a su hogar con una actitud completamente diferente. Caminaba con la seguridad de alguien que ya se consideraba ganador. Para él, las pruebas no habían sido más que un trámite, una formalidad para confirmar lo que ya sabía: que él era el mejor.

Al entrar a su mansión, un sirviente se acercó y le preguntó si deseaba cenar, pero Vicent, demasiado ensimismado en su éxito anticipado, rechazó la oferta con un simple gesto de la mano. No necesitaba una cena de celebración ni la compañía de su familia para disfrutar del día. Para él, todo era cuestión de esperar los resultados, que seguramente serían favorables.

Subió a su cuarto, tirando su mochila en un rincón antes de encender su consola de videojuegos. Mientras esperaba que el juego cargara, su mente vagó de vuelta a los eventos del día. Recordó con una sonrisa burlona cómo había superado cada obstáculo con facilidad, y cómo los otros postulantes, aunque competentes, no representaban una verdadera amenaza para él.

Pero entre esos recuerdos, uno en particular surgió con claridad: la imagen del único doncel en toda la prueba. La idea de que alguien como él hubiera tenido la osadía de presentarse para una carrera en ingeniería mecánica le resultaba francamente ridícula. Vicent no podía entender qué había pasado por la mente de Alastor para creer que tenía alguna posibilidad en un mundo dominado por varones fuertes y decididos.

-Qué ridículo -dijo en voz alta, riendo ligeramente mientras seleccionaba el siguiente nivel de su juego-. Un doncel... ¿Qué demonios estaba pensando?

Murmuró para sí mismo, riendo mientras recordaba los murmullos de los otros postulantes y la evidente dificultad que Alastor había tenido en las pruebas físicas. Para Vicent, era simplemente absurdo. No podía concebir que un doncel, con su cuerpo frágil y débil, siquiera intentara competir en algo tan exigente.

Mientras jugaba, Vicent recibió un mensaje en su teléfono, pero lo ignoró. Estaba demasiado inmerso en sus pensamientos, reviviendo su triunfo en las pruebas, y el hecho de que pronto sería reconocido como uno de los mejores entre los postulantes. Para él, no había ninguna duda: su nombre estaría en la lista de admitidos, y sería uno de los más destacados.

Sin embargo, cada vez que lo recordaba, una ligera molestia le invadía. ¿Por qué alguien tan obviamente inferior se había atrevido a presentarse? Vicent había sido educado en la creencia de que los varones eran superiores a las mujeres y donceles, que estaban destinados a ocupar posiciones inferiores en la sociedad. La idea de que alguien como ese tipo intentara romper ese molde le parecía casi insultante.

Para Vicent, la presencia de ese doncel había sido casi una broma. Recordaba cómo el chico delgado y frágil había intentado hacer las mismas pruebas físicas que los demás, y aunque se esforzó, no había sido capaz de igualar a los varones. Era evidente que no pertenecía allí.

-¿Cómo se le ocurre siquiera intentarlo? -se burló Vicent, sacudiendo la cabeza mientras recordaba el incómodo momento en que todos los demás lo miraron durante las pruebas físicas-. Seguramente ya estará llorando en su casa.

Siguió jugando durante unos minutos más, pero su mente seguía volviendo al doncel. A pesar de su desprecio, había algo en la forma en que ese desconocido lo había intentado con tanta determinación que lo molestaba un poco. No entendía por qué alguien tan obviamente inferior querría competir en un área dominada por varones.

-"No debería preocuparme por eso", -pensó mientras soltaba el control y se dejaba caer en la cama-. Mañana, cuando den los resultados, será el fin de su ridículo intento.

Vicent cerró los ojos, completamente seguro de que su nombre aparecería en la lista de admitidos. Después de todo, siempre había sido el mejor en todo lo que hacía, y esta vez no sería diferente.

Mientras tanto, en casa de Alastor, la situación era completamente distinta. Después de que su madre lo tranquilizó, se sentaron a cenar en silencio. Aunque su madre intentaba mantener una conversación ligera, Alastor apenas podía concentrarse en la comida. Los nervios no le permitían disfrutar del momento.

-Mamá... -dijo de repente, rompiendo el silencio.

-¿Sí, hijo? -respondió ella, sonriéndole con ternura.

-Si no logro entrar... -empezó Alastor, pero su madre lo interrumpió.

-No pienses en eso ahora, Alastor. Hiciste todo lo que pudiste. Sea cual sea el resultado, encontrarás tu camino. No todo está perdido si no entras. Hay muchas formas de lograr tus sueños, y yo estaré aquí para apoyarte en cada paso del camino.

Alastor asintió, aunque el temor seguía ahí. La idea de no pertenecer, de ser siempre visto como alguien débil por ser un doncel, lo atormentaba. Sabía que la competencia era dura, especialmente en una carrera como ingeniería mecánica, donde los varones dominaban por completo. Pero había soñado con esto durante tanto tiempo... y no estaba dispuesto a rendirse todavía.

Después de la cena, Alastor se retiró a su habitación. Se tumbó en su cama, mirando el techo, repasando una y otra vez las pruebas que había hecho ese día. Se preguntaba si había respondido correctamente en el examen escrito, si su desempeño físico había sido al menos suficiente para pasar.

Mientras ambos estaban a la espera de los resultados...

Doncel [Static-Radio]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz