Capítulo 13.

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Esta vez, el sueño era diferente. En todos los sentidos.

Volaba sobre una carretera comarcal a unos cien kilómetros por hora, totalmente libre. Después de toda la opresión, las restricciones, el sufrimiento, el sentimiento de estar encarcelada constantemente, ahora podía extender mis alas magulladas y volar lejos, lejos de cualquier barrera, de cualquier jaula que quisiera encerrarme de nuevo.

Sentí una caricia en mi brazo. Bajé la vista y allí estaba él, con una de sus sonrisas que lo hacían tan especial para mí. Él era serio, reservaba cualquier mueca, pero, cuando mostraba la espectacular curva de su sonrisa, una llama viviente en mi pecho despertaba. Eso lo hacía especial, más especial que cualquiera que pueda llegar a conocer.

No volábamos, conducíamos, pero sentía que planeábamos bajo millones de estrellas que guiaban nuestra marcha. Estaba feliz, más feliz que nunca. Y, después de mucho tiempo, esperanzada. En el sueño, no sabía bien los motivos de tales sentimientos, pero estaban ahí.

Y entonces ocurrió. El coche derrapó, las ruedas chirriaron y echaron chispas contra el asfalto, él intentó controlar el vehículo inútilmente. Chocamos, volviéndolo todo una mezcla borrosa entre colores cálidos que nos amenazaban ferozmente. Una penumbra inquietante me arrastraba, llevándome lejos del fuego, del peligro. De los ojos grises que ahora dormían, ajenos a todo mal.

Desperté sobresaltada, intentando retener el aire que se escapaba de mis pulmones.

-Alice, Alice, tranquila, es una pesadilla-dijo alguien a mi lado.

Al ver a mi hermano, me sobresalté. Me alejé de él y choqué contra la pared, haciéndome daño en la cabeza.

-¿Qué haces aquí?-pregunté con voz temblorosa.

Me percaté entonces de que aquella no era mi habitación.

-Mejor dicho, ¿qué demonios hago yo aquí?

Logan estaba inquieto, sudaba y apartaba sus ojos azules de los míos.

De repente, un millón de recuerdos se agolparon en mi cabeza, causándome un fuerte dolor. Me llevé las manos al cráneo mientras miles de imágenes borrosas cruzaban mi mente, la mayoría tan rápido como se marchaban de nuevo. Pero logré quedarme con algunas imágenes importantes, o recientes, mejor dicho. El corazón me iba a cien por hora. Al mirarme las manos, noté que los dedos me temblaban y un hormigueo me recorría el cuerpo.

-¿Dónde está?-soltaron mis labios, pero ni siquiera pensé esas palabras.

-Descansando. Llevas horas durmiendo, desde que te desmayaste en la cafetería.

Mi hermano se rascó la nuca. Estaba cambiado. Lo noté más delgado, más pálido y con más barba que de costumbre.

-¿Por qué me lo ocultaste? Logan, recuerdo cosas nuevas, pero no todo. Lo recuerdo a él...-luché por que las lágrimas no escaparan de mis ojos.

Él suspiró.

-Joder, Alice... Es difícil de explicar, son demasiadas cosas. ¿Qué recuerdas, exactamente?

Respiré hondo, intentando ordenar los recuerdos que revoloteaban por mi mente.

-Recuerdo... recuerdo que llevaba tiempo saliendo con él, lo amaba de verdad, pero es solo un recuerdo.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Que ya no sé si lo amo.

Nos quedamos en un silencio incómodo, así que me esforcé por seguir hablando.

-También recuerdo que ni papá ni mamá aceptaban nuestra relación. Y luego recuerdo el accidente, pero es borroso.-Volví a quedarme en silencio, mirando a un punto fijo durante un rato-. Creo que... huíamos. De verdad lo amaba, recuerdo momentos aleatorios, pero sé que lo nuestro era real... Y que me sigue importando, a pesar del tiempo y los recuerdos. Y, entre tanto, todos me lo habéis ocultado. Era lo más importante en mi vida y lo alejasteis de mí.-Una lágrima se deslizó por mi mejilla-. ¿Qué razón puede haber para separar a dos personas que se aman?

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora