Anthony POV:
Me desperté, ya sin estar mareado. Hoy tenía el día libre, ya que era miércoles, así que le diría a Charlie que me ayudase. Le iba a pedir ayuda, cosa en la que soy terriblemente malo. Habia pensado algunas maneras para hacerlo, pero seguia sin saber como pedirselo. No es muy normal que alguien te diga "Hola que tal, ¿me podrias ayudar a desencadenarme de mi jefe abusador para poder estar con mi novio y dejen de violarme tios que ni siquiera conozco?". Estaba tan confuso. Tan perdido. Pero aun asi lo iba a hacer.
Me vesti y baje a desayunar como siempre al bar. Husk tenia cara de no haber dormido en toda la eternidad.
-Hola gatito- salude mientras me sentaba- tienes cara de mierda, aunque sigues guapo.-dije con una risilla que lo hizo sonreir.
-Angel...-respondio- llevas toda la puta noche hablando en sueños. Diciendo cosas sobre Valentino, alguien que se llamaba James y algo de tu madre he escuchado.- se paso una mano por el pelo y me dio mi comida, mientras cambiaba su expresion- Ahora que lo pienso, nunca me has hablado sobre tu pasado en vida.
Vale, he de admitir que no me esperaba eso. Mi cara se volvió una mezcla entre sorpresa y angustia. Solo Cherry sabia sobre eso, pero puede que fuese hora de hablarlo con alguien más.
-Esta noche- sone mucho mas borde de lo que pretendia- a las diez y media en mi habitación. Te lo contaré todo.
Me fui dejando a Husk con la palabra en la boca y busque a Charlie. La encontré regañando a Niffty por acosar a Sir Prentious.
-Niffty, espiar a la gente mientras duerme esta muy mal, pide perdón- le dijo. Niffty aparto la vista con el ceño funcido, se veia que no queria pedir perdon. Pentious estaba a un lado con sus pequeños huevos detras de él.- Niffty....
-Vaaale,-cedió al final. Se giro hacia la serpiente con cara de aburrimiento, mientras este se hacia mas pequeño en su lugar- lo siento, pero solo era una broma.- dijo por fin para despues irse de allí con expresión de enfado. Pentious volvió a su habitacion y Charlie se incorporó con una sonrisa triunfante.
-Ah, ¡hola Angel!- dijo al percatarse de mi existencia alli- ¿puedo hacer algo por ti?
-Pues... si, venia a pedirte que me ayudases con un tema.- dije, jugueteando con mis manos algo nervioso- Si no estas ocupada, podriamos ir a un bar y hablarlo, es algo un poco... personal.
-¡Claro!, no hay mucho que hacer por aqui.- me respondio con su entusiasta sonrisa.
Nos fuimos del hotel poco mas tarde. El camino se hizo silencioso e incómodo, al menos para mi, hasta que llegamos al bar. Charlie no lo sabia, pero yo conocia ese bar de sobra. Y no solo yo.
-Bueno, ¿que puedo hacer para ayudarte?- me dijo ella tomando un pequeño sorbo al ron que habia pedido.
- A ver...- cogi una bocanada de aire, dispuesto a soltarlo todo. Ya no habia vuelta atras- ¿podrias ayudarme a romper el contrato que hice con Valentino?- al instanante Charlie dejo de beber y abrio la boca para hablar pero la interrumpi- Se que la realeza del infierno puede romper contratos, y ya no quiero seguir asi. No puedo.
-No-no se que decir Angel, nunca he hecho eso y ha verdad, no se como hacerlo. ¿Por qué exactamente quieres romper el contrato?-
No sabia responder a esa pregunta, me habia pillado desprevenido. Pero aun asi, no se como, le conte todo. El contrato, la droga roja, los abusos,.... Todo. Y sentia que cuanto mas hablaba, mas se cortaba mi voz, mas se me llenaban los ojos de lagrimas, mas queria ponerme a llorar, soltar todo el peso que habia dentro de mi.
Cuando acabe Charlie no decia nada, no parecia ni que fuese a decir algo. Iba a darme por vencido, dando por echo que eso era un no.
-Da igual si no quier-
-Angel, lo voy a hacer.- interrumpio poniendo una mano en mi hombro, con un pequeño intento de consolacion- Eres mi amigo. En verdad, eres uno de los primeros que me apoyo con el hotel. Si tengo que hacer eso, lo hare. Pero que quede entre nosotros, porfavor.
Y entonces, una pequeña llama de esperanza se ilumino en mi. E hice algo que nunca pensaria hacer. Abrace a Charlie. Fue algo, como hubiese sido automático. Y poco a poco, note como ella empezaba a corresponder.
-Ejem....- escuchamos el carraspeo de alguien a nuestro lado y nos separamos. Era el camarero, que nos miraba con una ceja encarada y limpiaba un vaso con dos de sus tentaculos- Siento interrumpir este precioso momento, pero, aqui esta la cuenta.- con otro de sus tentáculos extendio un pequeño papel y se fue. Pagamos la cuenta y poco despues volvimos al hotel.