Fiesta

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Estaban todos reunidos preparándose en la casa de Fyodor, quien, vale la pena destacar, no había aceptado ser el anfitrión, pero allí estaban, organizando lo que prometía ser su "mejor joda", según Nikolai, claro. El ambiente estaba lleno de risas y conversaciones animadas, con música sonando de fondo mientras la expectativa crecía.

— ¿Cuándo van a llegar Ranpo y Poe? —preguntó Dazai por cuarta vez, claramente impaciente.

— Uh, no. Seguro se quedaron garchando —dijo Nikolai con una sonrisa burlona. En ese momento, como si los hubieran invocado, Ranpo irrumpió en la casa con Poe detrás de él, ambos riendo y discutiendo de manera juguetona.

— ¿Qué estás hablando, mío, cara chota? —preguntó completamente indignado el azabache, logrando sacarle una carcajada a Nikolai.

— ¡Por fin! Se tomaron su tiempo —se quejó entre risas, disfrutando de la incomodidad de Dazai.

— Boe, re desesperado —dijo Chuuya, poniendo los ojos en blanco y recibiendo un gesto infantil de parte de Nikolai, quien observaba la escena con una mezcla de irritación y diversión.

La casa de Fyodor, aunque pequeña, estaba decorada de manera acogedora. Las luces tenues y las velas encendidas creaban un ambiente cálido, perfecto para una noche de diversión. Todos comenzaron a ponerse en marcha, buscando el mejor lugar para disfrutar de la fiesta. Cuando finalmente llegaron al boliche, no tuvieron dificultades para acceder; Fyodor era un maestro en las falsificaciones y había preparado todo meticulosamente, asegurándose de que no hubiera rastro de nada que no cuadrara.

Una vez dentro, todos comenzaron a dispersarse un poco. Chuuya, por ejemplo, fue directo a la barra para ver qué vinos vendían, mientras que Dazai y Ranpo se dirigían a la pista de baile. Nikolai se quedó cerca de Fyodor, insistiendo en que bailara.

— Dale, Fyo, no seas amargo —le dijo, intentando convencerlo.

Pero el azabache claramente negó, irritado por la insistencia de Nikolai. Lo que nadie se esperaba era que, después de unos tragos, Fyodor comenzara a tironearle el brazo a Nikolai para que fueran a bailar. Eso causó mucha gracia a los demás, porque, ¿quién lo imaginaría? El serio, frío, calculador, distante, indiferente y reservado Fyodor querría bailar con Nikolai, después de haberle dicho unas cinco veces que no lo haría.

— Dale, Niko, acompáñame. — La voz de Fyodor sonó casi como una súplica, lo que sorprendió a Nikolai.

Nikolai, por supuesto, aprovecharía para hacerse el difícil y duro, solo para no parecer tan fácil y que no se le notaran las ganas que tenía de bailar con el azabache. Además, no todos los días podría ver a Fyodor suplicándole que lo acompañara a bailar. Y aunque parezca mentira, Nikolai conservaba su sobriedad, ya que solo le había robado un poco de vino a Chuuya.

La mayoría del curso de economía había comenzado a grabar para tener con qué joder a Fyodor mañana en el aula, y Nikolai sabía que la noche prometía ser memorable. Después de unos minutos, finalmente dejó su fachada de chico difícil y se dejó arrastrar por Fyodor hacia la pista de baile. Para su suerte, comenzó a sonar un buen cuarteto, específicamente "Amor Clasificado". ¿Y quién imaginaría que Fyodor era un buen bailarín? O por lo menos, uno decente.

— ¿Sabes? No pensé que cambiaras de opinión y bailaras conmigo. — La sonrisa de Nikolai era amplia, casi burlona.

— Calla —dijo Fyodor, sintiendo que se comenzaba a sonrojar, por lo que optó por desviar la mirada hacia otro lado. La música los envolvía y, aunque se esforzaba por parecer indiferente, había algo en la atmósfera que lo hacía sentir más relajado.

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